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El Concejo Municipal rosarino aprobó en su sesión ordinaria de este jueves dos proyectos que presentaron los ediles Carlos Cossia (PJ Solidario), por un lado, y María Eugenia  Schmuck y Sebastián Chale (bloque Radical) en torno a la construcción de un subterráneo en el municipio de esta ciudad, a los fines de ayudar a la movilidad de los rosarinos, actualmente complicada a la hora de trasladarse de sus hogares a los trabajos

Cossia, quien viene recientemente de reunirse con el secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos,  en su proyecto de decreto encomienda al Departamento Ejecutivo Municipal para que, a través de las áreas correspondientes, “informe todo lo actuado en relación al proyecto a desarrollar en función de acuerdos ejecutivos con la Secretaría de Transporte de la Nación para la futura construcción de un servicio de transporte ferroviario subterráneo y/o mixto en la ciudad de Rosario y su complementariedad en el marco del nuevo Pliego de licitación para el Servicio del Transporte Urbano de Pasajeros”.

Por su parte, en el proyecto presentado por los ediles radicales  le reclaman al Gobierno municipal, a través de las áreas correspondientes, que realice un “estudio de factibilidad” que contemple lo siguiente “un análisis sobre las características del suelo para la implementación del metro subterráneo en la traza propuesta dentro del Plan Integral de Movilidad, que cruza el centro de la ciudad conectando la estación ‘Rosario Norte’ y la terminal de ómnibus ‘Mariano Moreno’ con la ‘Ciudad Universitaria’, pasando por la plaza Sarmiento, así como la evaluación de un tramo para una etapa posterior, que conecte el centro de la ciudad con la zona sur, tomando como eje la avenida San Martín”.

También piden un  estudio de factibilidad económica, en donde se detalle “el costo que tendría según los kilómetros abarcados por el Metro Subterráneo para el Departamento Ejecutivo Municipal, contemplando en su construcción la existencia de una estación ubicada cada un promedio de 800 metros; las posibles vías de financiamiento del proyecto, y un estudio estimado del costo que representaría a los usuarios”.

Hasta aquí una gran noticia para los rosarinos, quienes hoy sumamente viven complicados con la locura del caótico tránsito vehicular que caracteriza a esta ciudad.

Pero (y ya sé que el pero es para los argentinos un signo de sospecha y de incredulidad) debemos aclarar que, como estamos inmersos en medio de un proceso electoral nacional para elegir la fórmula presidencial, los senadores y diputados nacionales y los representantes provinciales y nacionales al Parlasur, todo esto se mezcla con los siempre presentes anuncios que luego de los comicios quedan en olvido….

Los rosarinos estamos ya curtidos con grandilocuentes anuncios incumplidos como estaciones de transferencia o trasbordo, tranvías que serían traídos desde Berna (nunca llegaron), unidades de trolebuses canadienses usados, pero en inmejorable calidad, que terminaron en la ciudad de Mendoza, tranvías del primer mundo y ya no recuerdo cuánto más sin que se llegara a cumplir.

Vengo de estar un mes recorriendo Italia, más precisamente desde Roma hacia la zona norte del país, con epicentro en Bérgamo, una ciudad pre alpina distante unos 100 kilómetros de la gran ciudad de Milano.

En esta nación europea, tan cara para muchos argentinos porque nuestros padres, abuelos o bisabuelos vinieron de esa tierra a la Argentina, en los últimos diez años ha crecido exponencialmente en cuanto al tendido de vías y modernización de su sistema ferroviario, tanto nacional como regional.

Trenes de alta velocidad y de alta prestación, regionales y locales, como tranvías surcando las calles de Milán o de Roma, es fácil verlos transitar y sus pasajeros destacar la calidad del servicio público cuando uno les pregunta.

La ocupación de los distintos servicios, dichos por los mismos funcionarios, es altísima y eso se observa simplemente concurriendo a las estaciones o paradas, donde también pueden obtener otros beneficios que agilizan tramitaciones, como el expendio de pasajes por sistema de cajeros automatizados.

Y esto sucede también en España, en sus distintas ciudades, tanto pequeñas como las grandes urbes como Madrid o Barcelona.

Y aquí, en nuestro país, nuestros funcionaros se pasan el día hablando, debatiendo o haciendo proyectos de proyectos y más proyectos, seguidos de anuncios siempre vacíos de contenido, mientras allá en Europa el silencio de los funcionarios es sinónimo de obras concretas y realizadas.

‘Mejor que hablar es hacerlas y mejor que prometer es cumplir’. Un ex presidente de origen militar hizo popular estas palabras más o menos. Hoy, nuestros funcionarios nacionales, provinciales o municipales hablan, hacen anuncios, presentan proyectos, pero en concreto no hay nada, salvo excepciones minúsculas. Y esto es indiscutible.

Cuándo, y esto lo venimos esperando muchos desde la misma llegada de la democracia, que nuestros funcionarios pasen de las palabras a los hechos concretos, armen proyectos sustentables y de envergadura para el bien de sus connacionales como en el Primer Mundo, y dejen de chicanearse unos con otros con el simple hecho de mantenerse en la banca legislativa o en el escritorio conseguido no por la voluntad popular.

Mosconi, San Martin, Belgrano, Sarmiento y otros muchos próceres argentinos concretaron obras monumentales en silencio, pero con la convicción plena de que podrían lograrlo con el esfuerzo de todos, porque había acciones políticas o políticas de Estado concretas y directas.

¿Podrán hoy nuestras actuales autoridades políticas, de signo que fueran, tanto nacionales, provinciales o municipales, ponerse a trabajar en proyectos concretos que hagan más vivible la vida de los argentinos? (Jackemate.com)

 

(*) Periodista – Director de jackemate.com

 

   

  

 

 

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