Por Ricardo Marconi (*)
El Departamento de Estado norteamericano viene siguiendo de cerca la problemática del narcotráfico en Venezuela y estima que el titular del gobierno de ese país, Nicolás Maduro está perdiendo poder, debido a que los políticos y las fuerzas armadas comprueban que cada día se está haciendo más difícil sostener sus negocios ilegales, a la vez que notan que disminuyen sistemáticamente sus ganancias millonarias.
Asimismo, a nivel de trascendidos en altos niveles gubernamentales, se sostiene que continúa actuando sin control el aparato represivo del país caribeño, conformado por militares, policías, personal del servicio penitenciario y agentes dedicados a tareas de espionaje.
Obviamente no se discute que, apoyado por la represión Maduro, no sólo desconoció el triunfo electoral de Edmundo González Urrutia, a la vez que continúa desarrollando negocios clandestinos.
El presidente estadounidense Donald Trump aprobó el plan elaborado por el secretario de Estado Marco Rubio para enfrentar más a fondo la problemática del narcotráfico en América Latina.
Debido a esta última consideración, se estima que Maduro tendría previsto iniciar negociaciones para iniciar un proceso de transición política destinado a dejar el poder, a los efectos de que se genere una agenda política que desemboque en una democracia. Urrutia y Machado consideran esa actitud como prioritaria.
Es más, los triunfadores reales del acto eleccionario trunco, estiman que Maduro estaría perdiendo recursos millonarios, provenientes de delitos y otras dictaduras como las de Miguel Díaz Canel y Daniel Ortega, empezarían a perder fuerza tanto política como represiva.
En diversas columnas de esta página, desde hace un apreciable tiempo, se vienen sosteniendo el crecimiento del mercado ilegal del narcotráfico con datos insoslayables y debemos apuntar ahora que Trump firmó una orden presidencial, dirigida al Pentágono, a los efectos de que se utilice la fuerza militar contra los cárteles de la droga, considerados por la Casa Blanca como organizaciones terroristas.
En ese sentido, se autorizó a las fuerzas armadas y a la CIA para concretar operaciones militares en el mar y en “territorio extranjero”. Esto último puso en alerta máxima a la dictadura madurista y las agencias internacionales de noticias comenzaron a cubrir esas alternativas noticiosas con la mayor precisión informativa posible.
Y, en razón de ello, como complemento, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro designó al Cartel de los Soles como organización terrorista internacional.
Esta última decisión tiene que ver, en las últimas horas, con que la dictadura de Hugo Chávez habría fortaleció la actuación del Cartel de los Soles con el uso ilegal del aparato estatal.
La información tendría que ver con que Chávez permitió que esta organización terrorista utilizará puertos y aeropuertos para mover toneladas de cocaína hacia Medio Oriente, Europa, África y América Central.
Es que -según informaciones aún no confirmadas oficialmente por Estados Unidos-, el Cártel de los Soles se vinculó con las FARC y el ELN en Colombia, el Cártel de Sinaloa en México y Hezboallah en el Líbano, implicando ello una decisión de altísima gravedad
En el mismo sentido, agencias de noticias dan por sentado que Maduro está más que relacionado con el Cartel de los Soles, y a su lado se ubican los altos mandos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. 
La gravedad de las informaciones que trascienden, seguramente si se confirman, implicará que Estados Unidos emplee “todos los recursos a disposición para evitar que Nicolás Maduro continúe lucrando con la destrucción de vidas estadounidenses y la desestabilización de nuestro hemisferio”, según posteó el Departamento de Estado en X, cuando se conoció el anuncio de la Secretaría del Tesoro.
La hoja de ruta del secretario Rubio vincula a todo el gobierno republicana. La OFAC actúa bajo las órdenes de Scott Bessent -secretario del Tesoro-, y fue clave para designar al Cartel de los Soles como organización terrorista.
El Departamento de Justicia aseguró que se pagarían 50 millones de dólares por la información que permitiera capturar al dictador venezolano.
“Maduro no escapará a la justicia y será responsable de sus despreciables crímenes”, sostuvo la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, al anunciar la recompensa de los 50 millones de dólares.
Un dato exhibe, con claridad meridiana, la voluntad política de Trump para terminar con Maduro: en 2001, la Casa Blanca no ofreció ese volumen de recompensa por Osama Bin Laden, responsable de los ataques terroristas ejecutados por Al Qaeda contra Estados Unidos. 
Despliegue de buques de guerra
Tras desplegar buques de guerra, Estados Unidos está preparado para usar “todo su poder” contra el narcotráfico vinculado a Maduro. Al menos eso se estima, ya que, con la orden de Trump, Pete Hegseth -secretario de Defensa- solicitó a la Armada de Estados Unidos que prepare un plan de contingencia contra Maduro y los negocios ilícitos del Cartel de los Soles.
Ese plan militar significó que más de 4.500 marineros y 2.200 infantes de marina partieran a bordo de los buques USS San Antonio, USS Fort Lauderdale y USS Iwo Jima.
Esa flota de los Estados Unidos, que salió de la Base Naval de Norfolk (Virginia), se ubicará frente a las costas de Venezuela, por ahora, en aguas internacionales.
Al margen de proteger su propia seguridad territorial, la actual estrategia de Estados Unidos también asfixia los negocios ilegales que comete la dictadura venezolana por vía marítima.
El Cártel que nos ocupa, trafica cocaína, fentanilo, petróleo, oro y uranio a través de barcos sin bandera reconocida y submarinos. La cocaína y el fentanilo se distribuyen en Estados Unidos, causando miles de muertes al año.
Sobre esta última cuestión, en Jackemate.com se ha explicitado, sin rodeos, la llegada de los buques USS San Antonio, USS Fort Lauderdale y USS Iwo Jima, apoyados por submarinos, aviones de reconocimiento y la inteligencia militar del Pentágono, fueras militares que tienen previsto establecer una red de prevención que paralizaría las operaciones ilegales.
La Casa Blanca pretende que cuando los fondos millonarios dejen de fluir, y los cuestionamientos internos acorralen a Maduro, la oposición podría profundizar su diálogo con los militares irritados o disidentes para forzar la transición democrática. (Jackemate.com)
(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política