Solo 24 personas han ido alguna vez al espacio profundo o al área que está fuera del campo magnético terrestre. Se trata de los astronautas de las naves Apolo que llegaron a la Luna, el último de ellos en 1972
Hoy los sueños de explorar el espacio profundo están surgiendo de nuevo. Tanto los programas espaciales gubernamentales como algunas corporaciones privadas tienen los ojos puestos en volver a la Luna para visitas más largas y en aventurarse a ir más lejos, hasta Marte, en las próximas décadas.
Michael Delp, profesor de ciencias humanas en la Universidad Estatal de Florida, dijo que los investigadores necesitan estudiar y comprender más los efectos de los viajes al espacio profundo en el cuerpo humano, según un articulo publicado recientemente por el conocido diario estadounidense ‘New York Times’.
En un trabajo publicado a fines de julio, una semana después del aniversario número 47 del primer alunizaje, Delp y un equipo de investigadores afiliados a la NASA analizaron cómo los viajes al espacio profundo pudieron afectar la salud cardiovascular de los astronautas del proyecto Apolo.
Compararon a los astronautas de las naves Apolo, ya muertos, con otros astronautas que nunca estuvieron en viajes orbitales o solo volaron en la parte baja de la órbita terrestre. Delp y sus colaboradores encontraron una tasa más alta de muertes por causas cardiovasculares entre los astronautas del proyecto Apolo.
A partir de otras investigaciones realizadas con ratones, los investigadores sugieren que la causa de la enfermedad cardiovascular de estos astronautas pudo haber sido la radiación del espacio profundo.
Su estudio, publicado en la revista ‘Scientific Reports’, es el primero que analiza específicamente la salud a largo plazo de los astronautas que fueron a la Luna en las naves Apolo.
Los expertos tienen dudas sobre la legitimidad científica de estudiar a una cantidad tan pequeña de astronautas. A la fecha, solo siete de los 24 astronautas que viajaron a la Luna como parte del proyecto Apolo han muerto. De esos siete, tres murieron por enfermedad cardiovascular.
El problema con una muestra pequeña es que la diferencia de una sola persona puede alterar drásticamente las estadísticas, señaló Jay Buckey, profesor de Medicina e Ingeniería en el Dartmouth College, que no participó en el estudio.
Algunos factores de riesgo que no se analizaron también podrían explicar por qué al menos dos de los astronautas del proyecto Apolo murieron por enfermedad cardiovascular.
Buckey preguntó: “¿Eran fumadores? ¿Había antecedentes de cardiopatía en su familia? ¿Tenían niveles de colesterol altos? Todos esos son factores que podrían provocar cardiopatías, sin tener que incluir la radiación cósmica de la galaxia en el conjunto de ellos”, aseguró. (NYT/Jackemate.com)