Hora local en Rosario:
Comparte este Articulo...

Casi ciento cuarenta cardenales electores menores de 80 años, de un total de 252 purpurados, tendrán a su cargo la elección en un próximo Cónclave del sucesor de Papa Francisco, quien en la madrugada de este 21 de abril marcó el fin de un pontificado caracterizado por su enfoque progresista y sus esfuerzos por acercar la Iglesia Católica a la modernidad.

Según fuentes allegadas al Vaticano, hay poco más de una decena de ellos con posibilidades de asumir el trono de San Pedro en la Santa Sede. Además de europeos, hay cardenales africanos, de América del Norte y de Asia.

La elección del nuevo sucesor de Pedro en la Iglesia Católica Apostólica Romana recaerá en el Cónclave Papal, compuesto por los cardenales menores de 80 años, quienes se reunirán en la Capilla Sixtina para decidir el futuro de la Iglesia.

La especialista en el Vaticano ve muy difícil la elección de un latinoamericano y ninguna chance para los norteamericanos. De los no europeos, se inclina por los africanos. En ese grupo reducido incluye al congoleño Fridolin Ambongo Besungu y al nigeriano Peter Ebere Okpaleke.

Entre los probables candidatos para heredar el anillo del pescador, símbolo de los legatarios del apóstol San Pedro, se encuentran nombres de cardenales provenientes de todo el orbe, con diferentes perfiles. Estos son los principales:

Peter Turkson, Ghana, 76 años

El cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, conocido como Peter Turkson, es el primer candidato. Su nombre ya sonó en el cónclave de 2013, que finalmente aprobó la elección de Francisco. Podría convertirse en el primer papa africano en la historia.

Exobispo de Cape Coast, nacido en Ghana, fue el primer cardenal procedente de este país. Fue destinado por Francisco como enviado de paz a Sudán del Sur. Es el principal representante del catolicismo africano, defensor de la justicia social y el desarrollo sostenible y con sensibilidad hacia temas relacionados con la ecología, la pobreza y los derechos humanos.

Un posible pontificado con Turkson al frente estaría probablemente más enfocado a la doctrina social de la Iglesia y se contemplaría como continuista de su antecesor. Sin embargo, su edad, 76 años, podría ser el mayor obstáculo para su elección.

Luis Antonio Tagle, Filipinas, 67 años

El exarzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle, de 67 años, es otro de los favoritos en las apuestas. Podría convertirse en el primer papa de procedencia asiática, en un momento en el que el catolicismo experimenta un gran empuje en la región.

Fuertemente contrario al aborto, mantiene posturas bastante progresistas en otros campos, criticando el duro trato que se dispensa a las parejas homosexuales y divorciadas, pero defendiendo la justicia social.

Cercano a Francisco, actualmente es prefecto del Dicasterio para la Evangelización y se le reconoce un gran carisma y cercanía a los fieles.

Pietro Parolin, Italia, 70 años

Pietro Parolin es el actual secretario de Estado del Vaticano, una figura considerada moderada y que ha sido durante estos años de la máxima confianza de Francisco.

Su posible elección podría ser también una ruta continuista, si bien no es tan afín al ala progresista, como pareció ser el anterior sumo pontífice.

Con experiencia en la diplomacia vaticana, ha jugado un rol importante en las relaciones con países como China o Venezuela, mientras que su edad no es tan elevada como para ser considerada un fuerte obstáculo.

Peter Erdö, Hungría, 72 años

El arzobispo Peter Erdö es considerado miembro del bloque conservador del Colegio cardenalicio, y uno de los que más votos podría aglutinar en ese espectro.

Si fuese elegido, sería el segundo papa proveniente del antiguo bloque soviético, después del carismático Juan Pablo II. Se ha pronunciado en contra de que divorciados o casados en segundas nupcias reciban la comunión.

José Tolentino, Portugal, 59 años

José Tolentino, originario del archipiélago portugués de Madeira, exarzobispo de Suava, actualmente es cardenal diácono de los Santos Domingo y Sixto, y prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación.

Es uno de los nombres más jóvenes, ya que tiene 59 años. Es teólogo y profesor universitario y también se le considera como uno de los representantes más originales de la literatura portuguesa moderna, así como un eminente intelectual católico.

Matteo Zuppi, Italia, 69 años

El cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia desde 2015 y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, también podría convertirse en un sucesor continuista de la obra reformista de Francisco.

Durante los últimos años ha destacado por sus labores de paz. Así, ha mediado en conflictos internacionales como el de Ucrania, por lo que fue nombrado enviado especial del Vaticano y realizó una visita a Moscú.

Su estilo sencillo, que recuerda al de Francisco, se vierte fundamentalmente en los problemas sociales. Además, su origen italiano podría ser un atributo adicional, teniendo en cuenta que Roma no tiene en papa de esta nacionalidad desde 1978.

Mario Grech, Malta, 68 años

Mario Grech, actual secretario general del Sínodo de los Obispos, es otro de los nombres que suenan en esta carrera. Nacido en la isla mediterránea de Malta, ha tomado relevancia en los últimos tiempos por defender la importancia de escuchar a las comunidades de base y la participación activa en las tomas de decisiones en el seno de la Iglesia.

Esta visión más abierta es bien recibida por los ámbitos más progresistas, como en su mano tendida al trato con parejas del mismo sexo y divorciadas, pese a que se considera tradicionalista.

Robert Sarah, República de Guinea, 79 años

Robert Sarah es la segunda carta en juego para hacer realidad la posibilidad de tener por primera vez un papa negro. Nacido en Guinea Francesa, antes de la independencia de lo que hoy es la República de Guinea, fue obispo de Gozo entre 2015 y 2019.

Su carrera en el Vaticano comenzó en la época de Juan Pablo II (1978-2005) y se le considera uno de los candidatos más cercanos al ala conservadora. Se ha pronunciado contra el fundamentalismo islámico y contra la ‘ideología de género’, al tiempo que se ha mostrado crítico con algunas de las reformas promovidas por Francisco.

Como sucede con otros candidatos, su avanzada edad puede ser un obstáculo, a no ser que se opte por un papado de transición.

Raymond Leo Burke, EE.UU., 76 años

Raymond Leo Burke es otra de las voces conservadoras de la Iglesia católica y uno de los principales críticos de las reformas introducidas por Francisco en los últimos años, sobre todo relacionados con la familia y la moralidad sexual.

Su elección significaría un giro casi de 180 grados con respecto a las posturas defendidas por el sumo pontífice que ha fallecido hoy. Opuesto a la comunión de divorciados casados en segundas nupcias, apuesta por una iglesia aún más tradicional.

Podría convertirse en el primer papa originario de EE.UU.

Marc Ouellet, Canadá, 80 años

Otra opción conservadora sería la de Marc Ouellet, exprefecto del Dicasterio para los Obispos, nacido en Canadá y de 80 años. Si su edad juega en contra de sus opciones, su experiencia y su conocimiento de la estructura eclesiástica son un punto a favor, por lo que no lo descartan de inicio.

Fue prefecto del Dicasterio para los Obispos y ha tenido un importante papel en la selección de los obispos durante el último pontificado.

Fridolin Ambongo, República democrática del Congo, 65 años

La terna de candidatos africanos la completa el cardenal Fridolin Ambongo, también uno de los candidatos más jóvenes, con 65 años.

Oriundo de República Democrática del Congo es conocido por su batalla a favor de los derechos humanos y por la justicia social en su país. Su candidatura podría ser una apuesta por el reconocimiento del continente en el que el catolicismo está creciendo más rápidamente en los últimos tiempos.

Peter Ebere Okpaleke, Nigeria, 62 años

El nigeriano de 62 años es otra de las opciones africanas. «Podría ser el tapado», alerta San Martín. La vaticanista explica que es más de centro que Ambongo Besungu, y tiene un bagaje interesante a nivel pastoral. Nombrado por Benedicto XVI recién pudo ocupar su puesto gracias a la determinación de Francisco que luchó pro él cuando su propio país le ponía trabas a su nominación.

Charles Maung Bo, Myanmar, 76 años

Charles Maung Bo, el arzobispo de Yangón (Myanmar) de 76 años, expresó su condena contra la violencia que ha provocado la junta militar del país, especialmente contra las aldeas y las iglesias católicas. Myanmar, un país mayoritariamente budista, ha sido escenario de ataques por parte del régimen militar, que también afectaron a la aldea de Monhla, su lugar natal, asaltada por las fuerzas militares en 2022.

Nacido en esa pequeña comunidad, Bo se ordenó sacerdote en 1976. A lo largo de su carrera, sirvió en diversas parroquias del centro y noreste del país. En 2003, fue nombrado arzobispo de Yangón, cargo que desempeña actualmente. Además, presidió la Conferencia Episcopal de Myanmar entre 2000 y 2006. En 2015, el papa Francisco lo designó cardenal, y poco después, asumió la presidencia de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia, donde estuvo al frente durante seis años.

Christoph Schoenborn, Viena, 80 años

Nacido en Austria el 22 de enero de 1945 y arzobispo de Viena, 80 años, fue alumno de Benedicto, y por lo tanto, parece tener las habilidades académicas doctrinarias para atraer a los conservadores.

Sin embargo, se le asoció con una de las medidas más controvertidas de Francisco al defender su acercamiento a los católicos divorciados y vueltos a casar civilmente como un «desarrollo orgánico de la doctrina», en lugar de la ruptura que sostenían algunos conservadores. Los padres de Schoenborn se divorciaron cuando él era un adolescente, por lo que el tema le afecta de manera personal.

Pierbattista Pizzaballa, Italia, 60 años

El cardenal italiano Pierbattista Pizzaballa de 60 años, es el patriarca latino de Jerusalén y se posicione como «papable». «Si bien nació en Italia, es un hombre que hace mucho tiempo tiene su corazón y su ministerio en lo que sería una Iglesia mucho más misionera», explica San Martín, lo que lo ubica a mitad de camino entre los europeos y los no europeos.

Con una carrera marcada por la diplomacia y el cuidado de las minorías cristianas en el Oriente Medio, Pizzaballa no solo ha enfrentado desafíos religiosos y políticos, sino que también ha demostrado una habilidad excepcional para navegar las aguas turbulentas de los conflictos regionales.

Con un perfil que se aleja de las divisiones internas del Vaticano, Pizzaballa representa una opción interesante para muchos observadores del Vaticano, quienes lo ven como una figura que podría traer estabilidad y equilibrio al papado en un momento crucial.

Proceso de elección del nuevo Papa

La elección de un nuevo Papa es un proceso solemne y profundamente significativo para la Iglesia Católica, se lleva a cabo en un evento conocido como el cónclave, una reunión cerrada de cardenales convocada para elegir al sucesor de San Pedro.

Durante este cónclave, los cardenales electores -es decir, aquellos con menos de 80 años- se reúnen en la Capilla Sixtina del Vaticano para votar de manera secreta hasta que un candidato obtenga la mayoría necesaria.

Según las reglas vigentes hasta enero de 2025, hay un total de 138 cardenales electores, de un total de 252 cardenales en la Iglesia. Este sistema está diseñado para asegurar que el electorado esté compuesto por miembros del Colegio de Cardenales con experiencia y cercanía a los asuntos de la Iglesia.

Solo aquellos menores de 80 años pueden votar en la elección, lo que limita el número de candidatos y, al mismo tiempo, busca mantener el vigor y la capacidad de discernimiento del proceso.

El cónclave se desarrolla en varias rondas de votación diarias. Generalmente, se realizan hasta cuatro rondas de votación al día hasta que un candidato recibe el apoyo mayoritario necesario para ser elegido Papa.

Para que un cardenal sea elegido, debe obtener al menos dos tercios de los votos. Este proceso puede durar entre 15 y 20 días, dependiendo de la rapidez con que los cardenales lleguen a un consenso.

El cónclave, además de ser una reunión política de gran peso, es también un evento de gran significado religioso. En su ritual, se encuentran aislados del mundo exterior para garantizar que sus decisiones no se vean influenciadas por factores externos. Asimismo, recitan oraciones y celebran misas, buscando la guía divina en la elección del nuevo Papa.

Este procedimiento, que ha permanecido en gran medida inalterado durante siglos, garantiza que el proceso de sucesión sea llevado a cabo con el máximo nivel de seriedad y respeto por la tradición de la Iglesia Católica.

Tras la elección, aparece la emocionante fumata blanca, este humo blanco que emerge de la chimenea de la Capilla Sixtina es la señal inequívoca de que el cónclave ha llegado a una decisión. Y finalmente, el «Habemus Papam», donde el nuevo Papa es presentado a los fieles en la Plaza de San Pedro, marcando el final del cónclave y el comienzo de un nuevo papado. (Agencias/Jackemate.com)

 

 

Déjanos tu Comentario
Comparte este Articulo...