Un AVE unirá las ciudades santas musulmanas de Medina y La Meca, en el Reino de Arabia Saudita. La construcción estará a cargo de un consorcio español semi público y el contrato por 6.700 millones de euros se firmó este sábado en Riad, la ciudad capital.
Hasta la fecha es el contrato más grande para la industria española y el proyecto, sin embargo, acumula otros hitos y muchas singularidades ya que, además de suponer la puesta en marcha del primer ferrocarril de alta velocidad por el desierto, representa una victoria inédita del sector español frente a los competidores franceses, lo que abre posibilidades de futuro para un tipo de transporte que cada vez tiene más adeptos.
Desde el propio tipo de concurso elegido por el Gobierno saudí para licitar el tren, que tras amagar con una concesión se decantó por el modelo de contrato de llave en mano, que, en esencia, supone entregar al cliente la infraestructura lista para su uso a cambio de un importante montante de millones, algo que en este caso no supone ningún problema por la riqueza del país.
La condición de que fuera un sistema ya probado con éxito y en uso durante al menos tres años y las duras negociaciones, que han movilizado hasta al Rey de España y al presidente francés, Nicolas Sarkozy, no han sido las habituales. Tal, y como reconoce el presidente de Talgo, Carlos de Palacio, cuya empresa ha liderado el consorcio junto a las públicas Renfe y Adif, "no habrá otro cliente ni otro proyecto como este".
En cualquier caso, pese a las oportunidades que aparezcan en el futuro sean diferentes, el contrato, a cuya firma han acudido la ministra española de Fomento, Ana Pastor, y el titular de Exteriores, José Manual García-Margallo, supone un importante espaldarazo para la imagen de la alta velocidad ahora que Brasil, Rusia, Turquía o EE UU en un futuro se plantean implantarlas en sus territorios.
"Ahora, a San Petersburgo", anunciaba exultante tras el acto protocolario el presidente del consorcio, Manuel Benegas, entre felicitaciones mutuas de los que han sido sus compañeros de trabajo, que no de empresa, en los últimos tres años.
Muchos de ellos, además, lo seguirán siendo en la fase de ejecución que empieza y que tendrá en la arena, que hoy, como todos los días, cubría con un leve manto la capital saudí, y en la singularidad que supone trabajar en un país que no es el tuyo sus principales retos.
El AVE a la Meca, que replica exactamente el modelo español, "será un ejemplo a nivel internacional" para optar a otros concursos, ha destacado Pastor.
Para el ministro de Exteriores, que ha enfatizado que sin la mediación del Rey "el proyecto no hubiera sido posible", la adjudicación demuestra que "las empresas españolas poseen la tecnología y el tamaño necesarios para llevar a cabo proyectos tan complejos como este".
De momento, lo que asegura la construcción del tren de los peregrinos es un espaldarazo a la competitividad española, así como unas exportaciones iniciales para España de 2.700 millones de euros en un momento en el que el mercado exterior supone un pilar para salir del estancamiento económico.
Por este motivo, también representa creación de empleo en un país con cinco millones de parados, algo que ha sido destacado por parte de todas las empresas presentes en Arabia Saudí.
El trabajo de ingeniería del proyecto ha corrido a cargo de compañías españolas y desde España (la pública Ineco, Consultrans o Indra, esta última en el apartado de gestión informática de la red). Sobre el terreno, Copasa, OHL y Cobra serán las responsables de construir la vía y la catenaria. La operación del servicio y las estaciones, una vez se ponga en marcha el servicio dentro de unos cuatro años, correrá a cargo de Renfe y Adif.
Tanto la señalización de la doble vía, responsabilidad de Dimetronic, así como las 36 unidades del tren Pato comprometidas, una de ellas exclusiva para la familia real, se fabricarán en un futuro próximo en las plantas de Talgo en Madrid y Álava.
Sin embargo, para ir abriendo boca, en el centro de la sala donde se ha realizado la firma, a la que han sido invitados medios españoles, una maqueta del Talgo 350 como el que llegará a La Meca pintada en oro, blanco y verde hacía las delicias de los súbditos saudíes. Mientras, en un rincón de la sala, los pliegos con más de 40.000 folios del contrato agrupados en cajas hacían lo propio entre la extensa delegación española desplazada a Riad. (Jackemate.com)