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Por Ricardo Marconi (*)

Está más que claro que una invasión rusa a Ucrania podría derivar en un colapso en varios sentidos. Y si ello deriva de inmediato en la intervención militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el conflicto escalaría a tal punto que generaría miles de muertos si el enfrentamiento resulta ser de mediana intensidad, pero habría millones de cadáveres si se produce un conflicto nuclear.

Las últimas versiones a nivel internacional indican que Occidente no estaría viendo con claridad lo que han indicado dirigentes rusos. Esto es que las tropas de Rusia, en las fronteras con Ucrania, se estén retirando luego de concluidos los movimientos previstos como entrenamiento.

Es por esa circunstancia que Europa considera aún como “latente” la probabilidad de que se haga realidad la invasión mil veces referida y si ello fuera así, la guerra factible se tornaría un hecho imprevisible.

De concretarse la ocupación territorial, la NATO encabezada por Estados Unidos, se vería arrastrada a un enfrentamiento armado inconmensurable y sus aliados entrarían obligadamente en la guerra para que sus estados no fueran ocupados ni atacados.

“Un ataque a Ucrania es un ataque a la NATO y los norteamericanos defenderán cada metro cuadrado con todas sus fuerzas” aseguró el presidente Joe Biden

Es más, no es una locura considerar que un error de cálculo puede llegar a producir una cifra millonaria en muertes por la ampliación del enfrentamiento.

Biden-Putin: Una equivocación en el tablero bélico podría causar una catástrofe

La decisión mortal de traspasar fronteras

Si hay movilizaciones militares soviéticas que traspasen las fronteras de Estonia, Letonia y Lituania, está previsto que requieran urgente ayuda y el Báltico se transformará en un infierno que permanecerá por un tiempo difícil de calcular.

En el momento de generarse esta columna, seguramente, se estarán reuniendo los secretarios y ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas y el secretario de Defensa de Norteamérica Lloyd Austin, se está reuniendo con colegas de los estados del Báltico.

Y eso no es todo. Vale apuntar que un incidente involuntario implicará que se encienda la mecha en el occidente ucraniano y se comience con una escalada difícil de detener.

Decimos esto sin dudar porque ya se inició una sesgada ciber guerra, por lo que aumenta, minuto a minuto la posibilidad de un acto violento en las aguas del Mar Negro, donde se mueven con extrema precaución las Armadas de Ucrania, Estados Unidos y Rusia.

Se habla insistentemente de un ataque a las comunicaciones del Mando Central Ucraniano, así como al sistema eléctrico civil y ello derraparía, inmediatamente, en un enfrentamiento que tiene que ver con la “guerra de señales” que ya hemos detallado en anteriores columnas, en la que la NSA de Estados Unidos lleva una ventaja imposible de vencer. El almirante retirado de la OTAN James Stavidis, acaba de puntualizarlo y ello confirma los datos adelantados minuciosamente por esta columna para Jackemate.com 

Un misil disparado accidentalmente, sin control, y lo no deseado puede transformarse en una realidad explosiva y mortal.

Biden anunció que responderá a los ataques cibernéticos y Jim Townsed, el principal funcionario político del Pentágono en Europa, ve que son escasas las probabilidades de que el presidente Putin ordene la invasión.

Y no quiero ni pensar especulativamente en que se produzca, por error, el derribo de un avión de cualquiera de las partes enfrentadas. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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