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Por Ricardo Marconi (*)

Con el asesinato de Virginia Ferreyra, la profesora de danza baleada el 23 de julio pasado, en la plaza de Isola y Maestros Santafesinos, donde esperaba el colectivo junto a su madre Claudia Deldebbio, también fallecida por la misma causa, el número de hechos mortales había alcanzado en Rosario a 218.

Virginia había recibido 7 proyectiles en el abdomen y tórax, de parte de dos hombres –padre e hijo, respectivamente, de apellido Cortés-, con lo que desde el 2010 a la fecha la cifra de muertes habría llegado a 2.300.

La cifra del 2022 se modificó, a las 8 de este sábado, alcanzando a 219 con el homicidio del menor de 14 años Derián Rodrigo Varela, quien cayó exánime en el interior de su vivienda de Libertador y Fournier, de Villa gobernador Gálvez.

Se estima que Derián volvía a su casa de una reunión de amigos e ingresó a su casa para retirar una campera. Al salir, sin miramiento alguno, fue ejecutado por dos individuos que se fueron del lugar a pie desde Libertador al 1.100.

Seguramente quienes deban investigar, al menos este último crimen, saben de antemano que la mayor parte de los homicidios ocurren entre personas que se conocen, ya que la intimidad –no la distancia- estimula el crimen.

Números que atormentan 

El año 2021, en el terreno de los homicidios (241), había sido el más violento desde el 2014 (250), al menos desde que se llevan registros públicos en Santa Fe, según el Observatorio de Seguridad Pública de la Provincia.

En el 2014 hubo una tasa de 20,8 homicidios cada 100 mil habitantes y triplicaba la media nacional de esa época nefasta, que era de 7,2 por cada 100 mil habitantes.

El Ministerio Público de la Acusación comenzaba a tener sus primeras herramientas para investigar con datos ciertos y sancionar delitos, mientras la Corte suprema de Santa Fe obligaba a la provincia a reformar el Sistema procesal Penal provincial, en tanto aumentaban los hechos en los que las víctimas eran mujeres asesinadas en un contexto narco. 

Del 2015 al 2020 hubo una meseta respecto del número de crímenes cada 100 mil habitantes y 3 de las 32 seccionales de nuestra ciudad tenían números similares a las más peligrosas a nivel mundial, sobresaliendo la zona noroeste rosarina con 59 homicidios, esto es el 7% cada 100 mil habitantes, mientras que la zona sudoeste alcanzaba el 56,9 cada 100 mil rosarinos.

Virginia Ferreyra, profesora de danza, y su mamá víctimas del sicariato rosarino

Ello nos permite señalar, sin temor a equivocarnos, que Rosario y Santa Fe, son cada vez más peligrosas para intentar sobrevivir y, en algunas zonas específicas la tasa de homicidios conforma, en su totalidad, cuatro veces la de la Ciudad autónoma de Buenos Aires.

El homicidio implica una desesperada embestida contra “el edificio social”, en el marco de tragedias diarias que soportan las comunidades modernas.

Estos crímenes considerados impensados hace años en Rosario, hoy por hoy nos hacen considerar debidamente el criterio de que no hemos cambiado. Simplemente, continuamos realizando con más implacable eficiencia lo que la humanidad ha estado haciendo desde que existe sobre la Tierra.

Una lucha presuntamente perdida 

Los rosarinos, en su conjunto, íntimamente presumen que la lucha contra la droga está perdida. Legisladores provinciales vienen considerando que “hay que dar una lucha frontal contra el narcotráfico en Santa Fe”, lo que es una obviedad.

Y agregan que “la justicia federal no es eficiente ni suficiente para dar respuesta a la criminalidad que representa el narcotráfico. Día a día crecen los bunkers y los quioscos de droga”, según lo señaló en el 2018 el entonces senador Lisandro Enrico.

En ese año el kilo de cocaína en Rosario valía $ 7.200, mientras que en Buenos Aires el costo era de $ 9.000. En ese entonces la composición de la cocaína registraba un 95 % de “basura” y los “soldaditos” cobraban $ 700 diarios.

Y si nos introducimos en el pasado podemos recordar al fiscal Villate hablando del “fracaso de la criminal del narcotráfico”. Lo dijo en un momento en que se hablaba mucho de la participación policial en secuestros extorsivos y de la presión que ejercía la policía bonaerense para manejar el narcotráfico.

A ello deben agregarse los permanentes pedidos para aumentar el número de las fiscalías en Santa Fe y los insistentes comentarios sobre presuntas inconsistencias en las investigaciones en el marco de un país y una ciudad, como la nuestra, que dejó –hace rato-, de ser un Estado de tránsito en el mercado de los traficantes.

Rosario, lo saben los especialistas, es un punto de partida para la exportación de droga hacia países latinoamericanos y europeos y lo que queda –que es bastante- va al mercado de narcomenudeo, el que a su vez genera una situación social terrible en la que abunda la discriminación, la falta de trabajo, la proliferación de armas de fuego, las amenazas, balaceras y los profesionales de la salud que no dan abasto en las salas de emergencias atendiendo a baleados por sicarios, mientras piensan como hacer para juntar dólares y pagarse el pasaje, sólo de ida, a un país con futuro.

El negocio es el deseo 

  • En Rusia, como consecuencia de la invasión a Ucrania, estaría pasando de la cocaína a la heroína.
  • En Perú -noviembre de 2017-, la pasta base tenía un costo de 1.500 dólares y el kilo de cocaína llegaba a 3.500 dólares, llegándose a exportar a 12.000 dólares el kilo.
  • Méjico se está convirtiendo en el mayor distribuidor de cocaína por su manejo de la logística. Se dice que está conformada por un 45% de pasta base.
  • La cocaína sintética llegaría a tener 90 % de pasta base.
  • Marruecos “enfría” millones de dólares en cocaína y se estima que más de 44.000 millones de dólares son manipulados por fideicomisos.
  • En Estados Unidos se habla del “índice Mc Donald” de la cocaína, denominado como índice Big-Mac. El kilo estadounidense ya sobrepasó los 250 mil dólares.
  • La inteligencia estadounidense analiza permanentemente los juegos de computadoras, ya que los narcos estarían utilizando la Play Satino, difíciles de interceptar.
  • Las estadísticas en Argentina, en el campo que nos ocupa, no son suficientemente creíbles y en potencial podría mencionarse que más de 140 mil chicos/jóvenes, cobrarían con droga.
  • En un estudio estadístico sobre gestión de causas, construido a partir de la información relevada por el Ministerio Público Fiscal en el período 2005-2008, se hizo foco en causas iniciadas en las fiscalías federales con competencia en la provincia de Buenos Aires.
  • La estadística se consideró por la distribución del delito y el territorio, permitiendo ello confirmar algunas consecuencias negativas, que se venían advirtiendo en debates parlamentarios, en las evaluaciones de agentes destacados en la materia y en estudios realizados por organizaciones de la sociedad civil.
  •  La Ley 26052 de Desfederalización de la Competencia Penal, en materia de estupefacientes, publicada en agosto de 2005 en nuestro país, introdujo modificaciones a la Ley de Estupefacientes 23.737, vigente desde octubre de 1989.
  • Para tener una referencia anterior sobre la cantidad de causas iniciadas en fiscalías federales con competencia en la Provincia de Buenos aires, en el período 2005-2008, las podemos enumerar señalando: 2005, 25.204; 2006, 29872; 2007,18.005 y 2008, 18.814.
  • En el año 2005, dentro del total se involucró al interior del país, excepto la Provincia de Buenos Aires.
  • En el área estupefacientes, la variación internacional de causas por estupefacientes fue considerada de la manera siguiente:  2005-2006 87,8%; 2006-2007 33,3%, y 2007-2008 22,6%.
  • Para concluir con lo señalado en el período enunciado, podemos agregar que en la Provincia de Buenos Aires   se dio a conocer   en el lapso 2005/2008, los totales de causas siguientes: 2005: 1.044; 2006: 1.222; 2007: 816 y 2008: 631.
  • Para que se dieran los resultados obtenidos, se consideraron ítems tales como comercio simple, tenencia con fines de comercialización, tenencia para uso personal y tenencia simple.
  • De lo explicitado se infiere que   antes de la implementación de la Ley 26052, en Buenos Aires, las causas para consumo y tenencia simple acumulaban el 63% en total y se subdividían en 25 y 38 %, respectivamente.
  • En el interior del país, por el contrario, aumentó el número de causas de manera notable en el área de tenencia para comercialización: 2005: 12% a 2008: 43%, mientras que las de comercio simple, pasaron de: 2005: 12% a 2008: 20%.
  • La probabilidad de ser víctima de homicidio doloso en Rosario sería casi de 5 veces más que en la provincia mediterránea.

Y aquí nos detenemos. No es propósito de quien esto escribe agobiar al habitante de Rosario con la realidad. Sólo pretendemos alertar sobre ella para que tomen los cuidados necesarios en el infierno para no ser quemado por su fuego. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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