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Por Ricardo Marconi (*)

“Cuando los seres humanos organizamos pandillas para atacarnos mutuamente, cuando proveemos lo necesario a las autoridades para que opriman a los habitantes de determinados grupos religiosos o sociales, así como a los pobres, estamos dando un primer paso hacia el origen de las grandes matanzas, utilizando nuestras capacidades culturales y nuestras estructuras sociales contra los que consideramos peligrosos”.

Lionel Tiger

La pobreza, la destrucción industrial y la falta de empleo, entre otros factores coadyuvantes han generado la aparición explosiva de organizaciones de narcotraficantes en Rosario, las que se conformaron mediante “Familias”, imitando a los mafiosos sicilianos de la ‘Cosa Nostra’ siciliana.

Los ciudadanos de la provincia de Santa Fe y de la ciudad de Rosario, en distintas oportunidades han puntualizado que “La corrupción, la complicidad y la impericia de los funcionarios por décadas en el área de seguridad permitieron el desarrollo de gavillas  que no dejaron sin usar los artículos de Código Penal y el Penal Económico en su beneficio”.

Hay opiniones contrapuestas de los legisladores respecto de la necesidad de implementar modificaciones al Código Penal para atacar la problemática enunciada y es esa una de las razones por las que la población expresa, desesperadamente, que se siente cada día que pasa más insegura, ya que no es tenida en cuenta  por los representantes que han  votado para que formen parte de la Cámara de Diputados, los que  casi únicamente se ven interesados  por ver el lugar   que, según ellos entienden,  les corresponde en las próximas elecciones.

Ya hemos puntualizado, en estas columnas, hasta el hartazgo, datos sobre el accionar del tráfico de drogas ilegales, internacional, nacional, provincial y local y en esta oportunidad la razón de ser de este espacio periodístico será “la pata financiera” para ampliar la visión reduccionista del narcotráfico.

En principio, para aquellos que no tuvieron acceso a nuestro comentario anterior sobre el tema apuntado, vamos a recordar que en Santa Fe el negocio del tráfico narco moviliza 9 millones de dólares mensuales y ello genera 5 millones limpios para las bandas cada 30 días, según un informe que concretó la Universidad Nacional de Rosario.

Relevamiento de expedientes

Un relevamiento de expedientes judiciales expone con crudeza que el lavado de dinero tiene como protagonistas a financieras, inmobiliarias, empresas constructoras y mutuales que, al parecer, serían controladas por importantes capitales rosarinos que harían su negocio “sin ensuciarse criminalmente, utilizando guantes blancos” para optimizar su pureza.

Los protagonistas de esos negocios ofrecen a los amantes de las “impurezas económicas”, una serie de oportunidades rebosantes de mezquindades, aunque pocas veces mortales.

Celulares y “actos preparatorios”

La utilización de celulares por parte de delincuentes es una parte esencial del entramado delictivo rosarino, por lo que a partir de la depuración comunicacional de los aparatos, los fiscales logran conocer la intimidad de los “actos preparatorios” de los homicidios -que ya batieron un récord en Rosario-, y otros delitos.

Ironía del destino

Mediante una ley de 1996 está prohibido el uso de celulares en los presidios, pero los reclusos no se quieren dar por enterados y los agentes penitenciarios tampoco, ya que estos últimos-evidentemente-, seguirían “haciendo la moneda” mirando para otro lado o mediante otros ardides ya denunciados.

Juego clandestino, droga y sobrevivencia

Una pata importante del manejo económico permite facilitar el tránsito de la droga y la subsistencia del juego clandestino. Los popes del primero de los negocios clandestino abonarían a las bandas para le garanticen la vida y para ello abonarían hasta 5000 dólares mensuales. Versiones periodísticas agregan el manejo de salas de juego en el trato entre las partes.

Un empresario que lucraba con el juego clandestino se vio obligado a “colaborar “económicamente con una banda de narcos y como complemento debió aportar sus influencias judiciales para no ser parte del listado de cuerpos exánimes que aparecen diariamente en Rosario.

Eso sí. Sin quererlo, expuso el contubernio entre el juego ilegal, los narcos, la policía y los funcionarios del poder político, así como del Ministerio Público de la Acusación.

Se había roto el código mafioso del silencio que tanto rédito había dado a la mafia siciliana y a sus homólogos de Rosario: “L`Omerta” y con sus palabras cayeron los acuerdos establecidos.

El “cantor de las cosas nuestras” admitió que tuvo que pagar protección de su vida mientras hacía lo indecible para dominar el mercado del juego online en la región y en su verborrágico proceder no se privó de mencionar a un senador provincial de Santa Fe.

El “zar” del juego ilegal quería optimizar su labor mediante el juego online y para ello –según sus propias palabras-, aportó 200.000 dólares a una campaña política.

Si ganaba el beneficiario, su sueño se tornaría realidad, pero una pelea política interna dejó hecho trizas el acuerdo establecido y los dólares se esfumaron, según se comentaba en el mundillo periodístico.

Obviamente, el presunto beneficiario del arreglo negó públicamente haber recibido un solo billete estadounidense y el denunciado intermediario hizo lo propio, a la vez que denunció motivaciones tendientes a perjudicarlo.

El senador del territorio provincial de Santa Fe, donde hay cerealeras y puertos que exportan el 85 por ciento de la soja que se produce en Argentina y cargamentos de cocaína, detectados en otros países de Sudamérica y en el norte europeo, quedó en el medio de una investigación judicial.

Todos los senadores peronistas y del bloque de la Unión Cívica Radical-Frente Progresista respaldaron al senador imputado y sólo votaron en contra los senadores perottistas, mientras que dos radicales se abstuvieron, con lo que el imputado logró evitar su desafuero, tras lo cual denunció a los fiscales, pero la acusación fue desestimada.

Tras el fallo del máximo tribunal provincial, en favor del senador, los fiscales apelaron a LA Corte Suprema de la Nación para que la denuncia sea revocada y se declare la inconstitucionalidad del artículo de la Constitución Provincial que enuncia los fueros parlamentarios.

Asimismo, otro mencionado como aportante de campañas políticas, conocido por su alias vitivinícola, tuvo que cumplir reclusión hasta el 2020.

La red invisible

Es improbable que se publique el listado de componentes de la red empresarial, financistas, concesionarios y asociados. Los que menos disfrutan de las riquezas son los “soldaditos” que tienen el “trabajo” más sucio de todos. Le siguen, hacia arriba, los grupos marginales en crecimiento y por su preponderancia, la crema del dinero se la embolsan las cúpulas de las bandas y clanes criminales del centro y de los barrios críticos. Estos últimos son los manipulan el dinero que se comercializa en negro.

Es que todos protegen “la suya”. Los jefes y subcomandantes de las organizaciones, con conocimiento de idiomas supervisan a los que manejan softwares mientras poseen tarjetas Premium y se visten con modistos de altísimo nivel y viven en barrios privados.  Son los que también disfrutan de las ganancias del sistema asistiendo a clubes exclusivos.

El lado “B”

Los lavadores son el “Lado B” del narcotráfico que moviliza millones de dólares y Euros en Rosario, con los que suavizarían o eliminarían obstáculos a través del que ellos denominan el “dólar banana” que se fija en la “cuevas”, según se señala en el diario La Nación.

Entre este grupo de lavadores habría contadores que venderían dólares a las bandas y movilizan importaciones y exportaciones a través de contenedores mientras conducirían los destinos de financieras o cooperativas.

Me dicen que también están los que guardan dinero en pesos, los que luego son cambiados en el mercado ilegal por los dólares necesarios para comprar remesas de cocaína. Esto último es muy difícil de constatar, pero sí es factible que ocurra.

La cuestión del tema lavado de activos da para más, razón por la cual no dejaremos el tema a la deriva. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado Ricardo Marconi – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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