Hora local en Rosario:
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Abandonada a un destino distinto por la que fue construida hace más de un siglo por los británicos se encuentra actualmente la emblemática e histórica estación ‘Rosario Central’, que funcionó como terminal de trenes de pasajeros interurbanos y provincial hasta diciembre de 1977, cuando la última dictadura militar decidió cerrarla como tal.

Hubo muchos intentos por volverla a activar. El fallecido director de Ferrocarriles Argentinos (FA) en el gobierno radical de Don Raúl Alfonsín, el rosarino dirigente ferroviario Don Miguel Espósito, hizo ingentes esfuerzos por volverla a su destino original y activar nuevamente los “trenes locales”, como decía a quienes lo conocieron en sus tertulias periodísticas.

El destino le fue esquivo, porque desde el mismo Gobierno nacional alfonsinista y funcionarios de la hoy desactivada FA torpedearon una y otra vez ese intento de volverla a poner como terminal regional e interurbana.

Otro grande que también lidió en favor de su reactivación hasta el último día de su vida fue Don Jaime Remolins, el último gerente general de la línea Mitre.

Con Jaime tuve largas conversaciones en torno a esta problemática y a quien –debo confesar- fue mi maestro, con quien aprendí muchos de los secretos que aún guardan los ferroviarios cómo hacer circular los ferrocarriles, pero que no pudo volver a disfrutar de los trenes porque su vida un día se apagó, pero sus enseñanzas serán eternas porque viven en quienes las recibieron.

A fines de 1989, en el entonces gobierno provincial peronista liderado por el médico santafesino Víctor Félix Reviglio, hubo un débil último intento de ponerla como terminal de un servicio de ferrobús metropolitano.

El Pitufo’ de Materfer

Apenas funcionó con una unidad motriz –en realidad el proyecto preveía dos, al menos- armada por la cordobesa firma Materfer, pero también fue fondeado por muchos que vieron en el llamado ‘Pitufo’ una competencia fuerte en el transporte masivo de personas.

Así que ‘Rosario Central’ otra vez vio postergado su funcionamiento de destino. En la época gubernamental del intendente radical rosarino Horacio Usandizaga se perdió el paso por túnel entre esta estación y la zona portuaria.

Y qué decir cuando llegó el verdugo mayor del sistema ferroviario más grande de latinoamericana, el ex presidente Carlos Saúl Menem, con aquella frase letal de ‘ramal que para, ramal que se cierra’, siguiendo los preceptos liberales de los años noventa del siglo pasado.

A contramano de Europa, cuyos gobiernos invertían más en sus ferrocarriles, pasando en pocos años del sistema  de trenes tirados por locomotoras diésel a la electrificación total del servicio.

Y la estación ‘Rosario Central’, un verdadero calco de ‘Birmingham Central Station’, en el Reino Unido, quedó abandonada a otra suerte, la actual, que es ser la ‘Isla de los Inventos’, un sitio dedicado a los niños en una estación ferroviaria levantada a menos de diez cuadras del microcentro rosarino y de la zona bancaria mayor de la ciudad.

Junto con este ‘invento infantil’, que podría funcionar mejor en otra parte de la ciudad (el predio de la ex Sociedad Rural o en uno de los galpones portuarios donde se construyó la ‘Ciudad Joven’ serían un buen lugar para relocalizarlo), se levantaron sitios gastronómicos y parques para recreación en los terrenos donde en otrora había vías que unían a esta estación con ‘Rosario Norte’, la pequeña terminal rosarina de trenes de la ex línea Mitre, hoy en uso con oficinas municipales y del Renaper en su totalidad  por la casi ausencia de trenes nacionales.

Hasta ahora han sido vanos los intentos (pero nunca se bajaron los brazos) de hacer comprender a las autoridades municipales, provinciales y nacionales de la necesidad de ponerla  en funcionamiento como fue en su origen.

Hay quienes alegan que no ya no es la misma que fue en su tiempo y que sería muy costoso reponerla como tal. Algo defendido con un desarrollo de pensamiento pueril y carente de razones presentes y ni qué pensar con la vista puesta en un futuro cercano.

Son los mismos que pregonan que no pueden venir más automóviles al centro, pero insisten vaya a saber por qué razones en la necesidad de construir cocheras subterráneas debajo de su predio. Un despropósito y un contrasentido que se registra a la vista de su análisis.

Son los mismos que dicen que no se puede reactivarla porque el tendido de vías o gálibo ferroviario, que circunvala el ejido urbano rosarino y une al centro con el sur, el oeste y el norte, está usurpado con cientos de viviendas precarias de humildes familias.

Pero fueron las mismas autoridades políticas las que hicieron la ‘vista gorda’ cuando desde Menem y hasta ahora, que se volvió al tren como medio de transporte seguro, cómodo y económico,  se fueron ocupando esos predios federales sin decir nada.

Escondieron debajo de la alfombra

Ocultaron el problema (lo escondieron debajo de la alfombra) porque no circulaban trenes de pasajeros como en otrora. Pero ahora no saben cómo salir de la encerrona que ellos mismos se fabricaron, y pretenden -con soluciones a contrasentido de la realidad- activar nuevos servicios ferroviarios nacionales y provinciales.

Hasta muchos dijeron “cómo vamos reactivar ‘Rosario Central’ si ya no hay vías que unan a esta estación con ‘Rosario Norte’ al menos”.

Con que vacuas razones pretenden defender o justificar desactivar definitivamente esta necesaria terminal ferroviaria rosarina, por donde aún deambulan las almas de cientos de trabajadores ferroviarios o de pasajeros que conocieron el amor de su vida mientras viajaban en algunos de esos trenes regionales o provinciales que terminaban o salían de ‘Rosario Central’.

Solo con hacer un túnel para unir estas dos estaciones ferroviarias, que tendría menos de 1.500 metros de extensión, bastaría para reactivar el sistema. El alto costo para su construcción -como muchos justifican para no hacerlo- se pagaría en decenas de años, como ocurre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Y su uso, con un buen sistema de trenes locales e interurbanos, justificaría con creces las razones para que muchos que hoy se movilizan al centro en sus automóviles dejaran de hacerlo porque les resultaría más eficiente y económico a sus bolsillos, con lo cual también se despoblaría de vehículos la zona central del municipio.

La vieja ‘Birmingham Central Station’

“Es igual a la vieja Birmingham Central Station”, fue lo que me dijo un amigo británico cuando se sorprendió al verla desde la continuación hacia el río de la calle Presidente Roca. Lo había llevado a propósito hasta allí para ver su reacción.

“¿Por qué la tienen así abandonada a esta estación ferroviaria?”, fue la inmediata pregunta que recibí de James, a lo que sólo le respondí contándole lo que hasta aquí he escrito en este artículo. “Están locos ustedes. ¿Cómo abandonar esta joya histórica de estación ferroviaria a otro destino?”

No hubo respuesta de mi parte. Un largo silencio y una fotografía fue lo único que hice, y es la que acompaña a este material.

James sólo se mostró apenado e incrédulo con lo que le había mostrado, mientras que en mí aún existe la esperanza que todavía hay tiempo para evitar que Rosario pierda definitivamente esta terminal ferroviaria regional y provincial. Espero que nuestras autoridades lo entiendan así y obren en consecuencia. (Jackemate.com)

(*) Director de Jackemate.com

 

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