Al cumplirse el 150º aniversario del inicio de las obras del tendido de vías del entonces Ferrocarril Central Argentino, ocurrido un 20 de abril de 1863, se descubrió una placa recordatoria en la entonces estación Rosario Central
Fue por iniciativa de la Asociación Rosarina Amigos del Riel, y durante el acto la concejala rosarina del PRO, Laura Weskamp, afirmó que “somos hijos de esta obra, que da trabajo productivo a miles de familias y en virtud de la cual se han desarrollado pueblos y ciudades enteras a la vera del ferrocarril”.
Y agregó: “Hoy nos encontramos en uno de los sitios fundacionales de nuestra ciudad, donde comenzaron los trabajos del tendido del ferrocarril del río Paraná a Córdoba”.
La placa recordatoria se descubrió en el frente de esta estación (construida por los ingleses) del entonces Ferrocarril Mitre, del que salían y llegaban a diario más de 150 servicios urbanos, metropolitanos y regionales.
La edila del PRO también destacó que este sitio sigue siendo “estratégico” porque se encuentra ubicado “a tan sólo unas cuadras” del centro comercial rosarino.
"Como concejala he estado peleando para evitar la anulación definitiva de la estación”, precisó, y añadió: “La idea es poder rescatarla como terminal de pasajeros de un sistema de transporte ferroviario metropolitano moderno y sustentable", en contraposición con un proyecto del gobierno municipal de construir en el lugar una cochera subterránea para automóviles.
También participaron del acto junto con Amigos del Riel la gerente del Ente de la Movilidad de Rosario, Mónica Alvarado, y representantes de la empresa Nuevo Central Argentino (NCA) y de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Un poco de historia
La línea se comienza a construir el 25 de abril de 1863, iniciándose el tendido a partir de la ciudad de Rosario. La línea de trocha ancha (1,676 m) avanzó hacia el oeste, alcanzando el 1 de mayo de 1866 la población de Cañada de Gómez, abriéndose al servicio el primer tramo, de 71 km.
El 1 de septiembre de 1867 la línea llega hasta Villa Nueva (hoy Villa María), a 253 km. de su inicio. Y en ese punto se paralizan las obras.
El ministro Rawson presenta su protesta por la paralización de los trabajos. Además, las quejas de los usuarios por la deficiente calidad del servicio prestado no dejan de aumentar.
La estación central de Rosario ni siquiera se ha comenzado a construir. Las estaciones intermedias no existen. El telégrafo no se ha implantado. La compañía argumenta que si no se hace entrega de las tierras pendientes no pueden continuar los trabajos.
La realidad es que requieren nuevos aportes financieros que, nuevamente, saldrán de las arcas públicas.
Por ley del 12 de septiembre de 1867, el Gobierno autoriza la realización de un nuevo aporte de 1.500.000 pesos fuertes, que se suman a las cantidades previamente aportadas (200.000 pesos fuertes como suscripción de acciones, 214.952 como ganancia garantizada sobre las cantidades invertidas en la construcción hasta Villa Nueva (cantidades que, en realidad, nunca fueron realmente invertidas por la empresa contratista).
El convenio por el cual se hace este aporte, dice que el Gobierno entrega títulos por 1.000.000 de pesos fuertes, y recibe a cambio acciones por 750.000. Ejemplo flagrante de corrupción, ya que este convenio está firmado el 12 septiembre de 1867 por el doctor Lucas González, en nombre del Gobierno, como Ministro de Hacienda, y a favor del Ferrocarril Central Argentino. En Junio de 1868, el mismo Lucas González firmará otros documentos, pero entonces lo hará en representación del mismo ferrocarril.
Finalmente, el 13 de marzo de 1870, el trazado llega hasta la ciudad de Córdoba, y la línea es inaugurada oficialmente por el Presidente Domingo Faustino Sarmiento el 13 de abril del mismo año. Era la línea ferroviaria más larga del país en ese tiempo, y el primero en unir dos provincias.
La estación terminal de Rosario, la Estación Rosario Central, finalmente se comienza a construir en 1868 y se completa también en 1870.
La inauguración oficial de la línea daba derecho a la empresa a percibir la suma de 553.280 pesos fuertes anuales, correspondientes al 7% garantizado de las 6.400 libras por milla estipuladas en el contrato.
Esa suma debía proceder de los ingresos por transporte de pasajeros y mercancías, y completada por la Administración, tal como garantizaban los contratos suscritos.
Durante 18 años no se construyó un solo kilómetro más de vía. En 1888 la línea mantenía los mismos 396 kilómetros. (Jackemate.com)