Apurarse no es una cualidad saludable, y en política apresurarse es sinónimo de irresponsabilidad. Y esto ocurrió justamente el miércoles de la semana pasada con el moderno (¿moderno?) servicio de trenes de pasajeros entre Rosario Sur y Retiro que había comenzado a operar nuevamente hace apenas dos semanas atrás. Una formación de origen chino recientemente adquirida, que transportaba unos 85 pasajeros, que había salido de la terminal porteña a las 16 horas tirada por una máquina diésel cero kilómetro de similar origen, presentó un desperfecto energético y quedó varada en el empalme Coghlan, a apenas 20 minutos del andén de partida
Una vieja locomotora diésel 6609 -aún con los colores de Nuevo Central Argentino (NCA)- debió remolcar la formación hasta una playa de maniobras en Migueletes, en la frontera entre Capital Federal y el partido de San Martín, en provincia de Buenos Aires.
Desde allí, el pasaje subió a colectivos dispuestos por Trenes Argentinos y llegaron a Rosario, pero con un alivio: El tramo que el tren lo hace en 6 horas y media, lo terminó haciendo en mucho.
"Las máquinas nuevas son diésel, pero lo que tuvo fue un problema eléctrico en la cabina que provocó una falla general. Como todo motor mecánico, sino hay chispa no hay arranque", aclaró un vocero de Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (Sofse), según publica en su sitio digital el matutino rosarino ‘La Capital’.
Como el problema no se pudo resolver en el lugar, a la altura de la conectividad con el ramal a José León Suárez, se decidió montar un operativo para que una vieja locomotora diésel enganchara los coches y la máquina diésel adquiridas a la China.
La vieja locomotora diésel 6609 llevó dicha moderna formación hasta una playa de maniobras en la estación ‘Migueletes’, en el partido de San Martín, donde otrora paraba ‘El Rosarino’ antes de arribar -en cuatro horas y quince minutos- a Retiro.
"El inconveniente se produjo en medio de las vías electrificadas, por lo cual los 85 pasajeros no podían ser descendidos allí”, aclararon desde Sofse.
Y agregaron: “Una vez, que se desalojó la zona y se encontró este lugar, ascendieron a colectivos y prosiguieron su marcha a Rosario", para luego admitir sin sonrojarse de vergüenza que "llegaron más rápido (que las seis horas y media que demora el servicio en la actualidad) y por supuesto no pagaron nada".
Desde el punto de vista técnico, los funcionarios afirmaron que este tipo de fallas no se pueden prever con anticipación, incluso habiendo partido hacía instantes de Retiro. Y si bien el servicio diario se normalizó el jueves pasado, el regreso de la medianoche desde Rosario Sur a Capital Federal fue cancelado.
"Nos resultó imposible garantizar la llegada de una formación para que regresara a Capital (Federal). Por eso el servicio se reanudó con normalidad al otro día, desde Retiro", siguió explicando la vocera de la empresa estatal ferroviaria.
Ambas fuentes consultadas remarcaron que estas fallas "son rutinarias, normales, ordinarias y parte de la operatoria", para remarcar que "en 90 a 100 días más, el tiempo de traslado será el mismo que los servicios de colectivos de larga distancia".
Nuevamente la improvisación gana sobre la profesionalidad. Una vez más demostramos desde la Argentina que algo que funciona normal en otras latitudes aquí no sucede igual. Y las explicaciones de los funcionarios responsables son que las razones o causas que la provocaron no surgieron de parte de ellos. El problema lo tiramos a la otra orilla y son los usuarios quienes siempre terminan pagando los platos rotos de la improvisación argentina. (Jackemate.com)