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Una fuerza de paz conjunta, el retiro de sus embajadores y aumentar las sanciones económicas acordaron la Liga de los Estados Árabes con el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en torno de la ya abierta guerra civil en Siria, cuyo presidente, Bashar al Asad, quien reprime brutalmente desde hace casi un año a su pueblo que reclama reformas democráticas

La organización tomó estas decisiones en una reunión extraordinaria en la ciudad capital de Egipto, El Cairo, de los jefes de la diplomacia árabe que tiene el objetivo de buscar una solución a la crisis siria.

El 4 de febrero pasado, Rusia y China vetaron por segunda vez en el Consejo de Seguridad un proyecto de resolución que condenaba la represión en Siria y que era apoyado por el resto de los países del máximo organismo de decisión de las Naciones Unidas.

Los ministros árabes de Relaciones Exteriores convinieron este domingo solicitar una resolución del Consejo de Seguridad para crear una misión integrada por miembros de la LA (Liga Árabe) y de la ONU que compruebe sobre el terreno el alto el fuego en Siria, indicó la agencia internacional de noticias ‘Europa Press’.

Además, pusieron fin a la anterior misión de observadores árabes, cuyo trabajo había quedado suspendido desde el 28 de enero pasado debido a la escalada de la violencia en Siria.

La decisión de la LA coincide con la dimisión del jefe de la citada misión de observadores árabes, el general sudanés Ahmed Mustafá al Dabi, cuestionado por su actuación en los crímenes de la región sudanesa de Darfur, y la propuesta de que el exministro jordano de Asuntos Exteriores Abdulilá Jatif, encabece la nueva misión conjunta con la ONU.

Asimismo, la organización panárabe acordó aumentar la presión contra Damasco con la suspensión de “todas las formas de colaboración diplomática con los representantes del régimen sirio en los distintos países, entidades y conferencias internacionales”, según el proyecto de resolución.

Otra de las medidas de presión adoptadas es intensificar la aplicación de las sanciones económicas y la suspensión de los tratos comerciales con el régimen sirio, excluyendo lo que afecta directamente a los ciudadanos.

Por otro parte, la LA se comprometió a “abrir canales de comunicación con la oposición siria y facilitar todas las formas de apoyo político y financiero a la misma”.

Asimismo, los jefes de la diplomacia árabe decidieron pedir a la oposición que “unifique sus filas” y mantener con ella un diálogo serio previo a la conferencia internacional sobre Siria, que determinaron celebrar el próximo día 24 de febrero en Túnez.

Entre otras decisiones adoptadas, figura la intención de ayudar a que las organizaciones internacionales humanitarias puedan atender al pueblo sirio, así como la organización de campañas para donaciones populares y la formación de un fondo internacional.

Desde que comenzaran las protestas contra el gobierno de Al Assad en marzo pasado, más de 6.000 personas fallecieron por la represión gubernamental, según la ONU, aunque Al Assad culpa de la violencia a supuestos grupos terroristas.

Las tropas del Ejército de Siria volvieron a atacar este domingo varios bastiones de la oposición y mataron, al menos, 30 personas, según fuentes opositoras.

La mayoría de las muertes ocurrieron en Homs, centro de Siria, pero también fueron atacadas las provincias de Daraa y Hama, un día después de que al menos 50 personas murieran en esa región.

El líder de la red Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, instó a los sirios a no fiarse de la LA ni de Occidente en su levantamiento contra el gobierno del presidente sirio.

“Nuestra gente en Siria no cuenta con Occidente, Estados Unidos, los gobiernos árabes o Turquía”, dijo al Zawahiri en un video colgado en una página web islamista.

Desde el Vaticano, el papa Benedicto XVI, volvió a realizar un llamamiento para que ponga fin a la violencia en Siria e instó a las autoridades a atender las demandas de los manifestantes prodemocráticos “urgentemente”, indicó la agencia de noticias alemana DPA.

Tras el tradicional rezo del Angelus, el Papa se dirigió a los fieles congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano y se refirió a los “dramáticos y crecientes episodios de violencia en Siria”

“En mis oraciones recuerdo a las víctimas, muchas de las cuales son niños, así como a los heridos y a todos aquéllos que sufren las consecuencias de un conflicto crecientemente preocupante”, añadió. (Jackemate.com)

 

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