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CAMPO 2020

La tormenta perfecta se cierne sobre Argentina. La crisis económica en que está inmerso el país desde hace dos años es el caldo de cultivo para una situación explosiva. El presidente peronista, Alberto Fernández, cumple este martes tres meses en el cargo

La tregua de los cien días de gobierno llega a su fin tras el receso de las vacaciones veraniegas y el escenario interno, que ya se preveía complejo, se ha vuelto negro con la crisis de los mercados y el petróleo a causa del coronavirus, que el fin de semana provocó el primer muerto en el país del Cono Sur.

La Casa Rosada vivió un lunes intenso. Fernández inició la semana con un ojo puesto en la huelga de cuatro días convocada por las patronales agropecuarias mientras veía cómo el miedo al coronavirus se adueñaba de los telediarios y observaba el desplome de la bolsa de Buenos Aires, que fue el mercado que más cayó en el lunes negro.

El presidente acabó el día firmando un decreto que autoriza al ministerio de Economía la renegociación de la impagable deuda externa, antes de cerrar la jornada concediendo una entrevista televisiva que acabó a medianoche donde, a pesar de todo, se mostró optimista y esperanzado de superar toda esta gincana de problemas.

Fernández calificó de “violento” el paro de las organizaciones agropecuarias, que aglutinan a la mayoría de este sector estratégico -incluido buena parte de los pequeños productores- y que hasta el jueves no comercializarán granos ni hacienda.

La huelga tuvo un seguimiento generalizado y muchos agricultores comenzaron a movilizarse hacia la localidad bonaerense de San Nicolás, donde este miércoles se celebrará una asamblea nacional del campo.

Aunque el gobierno califica el paro como “político”, la protesta es la reacción del sector al aumento, la semana pasada, de un 10% en las llamadas retenciones a la soja, el impuesto que grava la exportación de esta oleaginosa, convertida en el oro verde argentino. Las retenciones pasan del 30% al 33%, a pesar de que el ejecutivo se ha esforzado en explicar que el incremento no afecta a los pequeños productores.

A nadie se le escapa que la movilización del campo, un poderoso e histórico contrapoder argentino, considerado oligárquico por el peronismo, recuerda a la exitosa huelga que las mismas patronales agropecuarias llevaron a cabo en el 2008 y que, curiosamente, se inició el 11 de marzo de ese año, también tres meses después de la toma de posesión del primer mandato de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, actual vicepresidenta.

Como ahora, la subida de los derechos de exportación de la soja y otros granos, motivó una protesta que durante 129 días paralizó carreteras y desabasteció al país, acabando con una estrepitosa derrota de Kirchner cuando el aumento impositivo fue rechazado por el parlamento en una votación en el Senado.

Tras un largo debate en la cámara alta, el titular del Senado y vicepresidente de Kirchner, Julio Cobos -un radical aliado al kirchnerismo-, se vio obligado a desempatar y lo hizo votando contra el gobierno. Aquel frustrado proyecto de ley llevaba el número 125, que es como popularmente se lo conoce.

“Esta vez no es la 125”, dijo el presidente Fernández en la entrevista, asegurando que el presente aumento de las retenciones había sido dialogado con el campo. “La 125 fue una ley inconsulta”, añadió, criticando implícitamente la actitud del gobierno de su actual vicepresidenta.

No fue ninguna sorpresa pues Fernández, que entonces era jefe de gabinete (primer ministro) de Kirchner, acabó dejando el cargo sólo unos días después de la derrota parlamentaria y estuvo peleado con la líder kirchnerista hasta que el año pasado se reconciliaron y ella lo ungió como presidenciable del peronismo unificado.

La caída de los mercados a consecuencia del frenazo de la economía global por el coronavirus no ayuda a la renegociación de la deuda externa argentina y la intención del ministro de Economía, Martín Guzmán, es acelerarla ante la incertidumbre mundial.

El decreto firmado por Fernández este lunes habilita a Guzmán a negociar con los tenedores de bonos argentinos en dólares nuevas condiciones, que podrían suponer una quita y nuevos plazos de pago.

Esos títulos de deuda representan alrededor de 60.000 millones de euros. Además, Guzmán también negocia con el FMI un aplazamiento de la devolución del monumental crédito pedido por el anterior gobierno del liberal Mauricio Macri, que superó los 38.000 millones de euros.

Cada mes hay vencimientos fuertes pero los de abril y agosto son especialmente cuantiosos. El presidente recordó en la entrevista que, sólo este 2020, Argentina debe devolver unos 42.000 millones de euros, más otros 12.000 millones de euros de intereses.

Por activa y por pasiva, tanto Fernández como Guzmán han reiterado que el país no puede pagar la deuda ahora y que antes hay que crecer.

Con la economía en recesión y con una previsión de caída del 1,6% para este año, el crecimiento que promete la Casa Rosada se antoja difícil. Y más teniendo en cuenta los efectos del inesperado coronavirus. A nivel sanitario, hasta este lunes se había producido un muerto y 17 casos confirmados.

A pesar del numeroso tráfico aéreo con Italia y España, sobre todo, las altas temperaturas veraniegas están contribuyendo a evitar que la enfermedad de expanda rápidamente, pero el otoño y el frío están a la vuelta de la esquina y el virus podría causar estragos, si antes no se encuentra una vacuna que frene la pandemia.

Estragos a nivel médico y a nivel económico. “China ya no está demandando lo que demandaba”, afirmó Fernández. El gigante asiático es el segundo socio comercial de Argentina y hasta ahora devoraba sus ‘commodities’, especialmente carne, soja y minerales. Tampoco el desplome mundial de crudo ayuda a la recuperación del país.

El yacimiento de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta era una de las apuestas del gobierno peronista para reflotar la economía, como ya lo fue de Macri. Sin embargo, los altos costos de producción pueden hacer inviable su explotación si los precios del crudo caen.

“El mundo se confabula para hacer más difícil nuestra salida de la crisis”, se lamentó el presidente argentino. (Jackemate.com)

 

(*) Especial de La Vanguardia de Barcelona (Catalunya)

 

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