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Por Ricardo Marconi (*)

En Puerto Príncipe, la capital haitiana el líder de una pandilla más notoria es  Jimmy “Barbecue” Cherizier. Su gente utiliza armamento semiautomático para recorrer las calles y más específicamente el barrio Delmas 6, junto a sus seguidores para controlar la ciudad mientras se enfrenta a las autoridades locales, motivo por el cual los ciudadanos se cubren como pueden  de ráfagas de balas constantes.

Así viven los ciudadanos que sobreviven milagrosamente en Puerto Príncipe, donde las pandillas controlan el 80% de la ciudad, estima la Organización de las Naciones Unidas.

Haití ha estado en un estado de crisis  durante décadas, pero múltiples fuentes de seguridad estiman que últimamente la cuestión ha recrudecido por el enfrentamiento de pandillas, dirigido a estaciones de policía, el aeropuerto internacional y la penitenciaría nacional. El caos actual  no tiene precedentes.

El Gobierno de Haití declaró el “deterioro de la seguridad” y señaló “actos criminales cada vez más violentos perpetrados por bandas armadas”, incluidos secuestros y asesinatos de ciudadanos, violencia contra mujeres y niños y saqueos.

Grupos armados atacaron en su momento las dos prisiones más grandes del país y una fuente de las Naciones Unidas dijo que se cree que alrededor de 3.500 prisioneros escaparon de la Penitenciaría Nacional en Puerto Príncipe, por lo que se presume que la situación se agravará.

Huida casi generalizada

Jimmy “Barbecue” Cherizier. jefe de una de las pandillas más criminales de la isla caribeña

Más de 300.000 civiles haitianos se han visto obligados a huir de sus hogares debido a la violencia de las pandillas, según las Naciones Unidas y por ello crecen sin parar los sitios de desplazamiento.

Innumerables civiles han sido afectados por el fuego cruzado de pandillas que dirimen sus posiciones cerca de los mercados y los médicos se desesperan ante la imposibilidad de salvar vidas por falta de medicamentos y suministros, razón por la cual las morgues están abarrotadas.

“Se puede oler el olor a cuerpos descompuestos  en la calle olerlo en la calle”, dijo Clarke un corresponsal que viene cubriendo desde 2011 la situación imperante en Haití. “La pudrición alcanza a los cadáveres que nadie reclama y por lo tanto no son enterrados”, agregó.

Por otra parte, el cementerio recibe diariamente números cuerpos que llegan en procesiones fúnebres que parecen interminables.

Jimmy “Barbecue” Cherizier, es  un exagente de policía que lidera una alianza de pandillas en Puerto Príncipe y habría dejado claro que su objetivo es  derribar el Gobierno del primer ministro Ariel Henry.

Cherizier quiere modificar el sistema político actual pero ello se ve enfrentado con la decisión de sus hombres de usar pasamontañas  para no ser identificados. Cherizier es el único que no usa máscara: un rostro desafiante de la resistencia haitiana”, dijo Clarke.

Se presumía que Henry, quien asumió el liderazgo del país después del asesinato del presidente, celebraría elecciones y transferiría el poder antes del 7 de febrero. Pero terminó cambiando de actitud y ahora dice que no podía dimitir porque las condiciones en el país no eran lo suficientemente seguras para organizar una elección. Un clásico de los que ejercen poderes de facto.

«Mi Gobierno interino está trabajando mano a mano con la policía para restaurar la vida normal en el país», dijo en un discurso a la nación. “Somos conscientes de que muchas cosas tienen que cambiar, pero debemos hacer esos cambios juntos y con calma”, argumentó Henry.

Cherizier ha enfrentado sanciones tanto de la ONU como del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. La ONU ha acusado a Cherizier de abusos contra los derechos humanos, incluida la orquestación de ataques mortales contra civiles a lo largo de los años, diciendo que sus acciones “han contribuido directamente a la parálisis económica y la crisis humanitaria en Haití”.

Cherizier vive en su modesta casa en la cima de una colina en Delmas 6, ya que no quiere que la gente viva cerca de él. Estados Unidos acordó enviar al gobierno de Haití 200 millones de dólares y el secretario de Estado Antony Blinken calificó la situación en Haití como “uno de los desafíos más urgentes que enfrentamos como comunidad internacional”.

Jean Junior Joseph, asesor del primer ministro Henry, dijo a CNN que «Las pandillas tienen más municiones que nosotros», afirmó.

Para intentar restablecer el orden en su país, Henry ha pedido ayuda militar. El despliegue de una fuerza de seguridad multinacional encabezada por Kenia recibió luz verde del Consejo de Seguridad de la ONU el año pasado y Henry visitó recientemente Kenia para ultimar los detalles, pero no está claro cuándo podrían llegar esas tropas. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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