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A la edad de 90 años murió uno de los líderes revolucionarios más queridos y más odiado en el Planeta. Sin embargo, desde que triunfó la Revolución cubana y ejerció el gobierno en la isla de Cuba fue norte y guía para muchos movimientos de liberación nacional que se produjeron en los últimos sesenta años de la historia moderna en América Latina y el mundo.

Ahora, sin su presencia rectora, muchos ya piensan cuál será el futuro de Cuba. Seguirá la vida en la isla como hasta su muerte. O con su desaparición física comenzarán a desarrollarse cambios esperados por unos y criticados por otros en torno a su relación con el resto del mundo, especialmente con la potencia cercana de Estados Unidos y su pronto nuevo presidente electo Donald Trump.

Su renuncia al poder, tras casi cinco décadas, en febrero de 2008, se había transformado en un oscuro presagio: convaleciente tras una compleja operación intestinal que lo mantuvo en las sombras durante los últimos tiempos, a los 90 años murió anoche Fidel Castro, líder histórico de la Revolución cubana.

El deceso fue confirmado la noche de este viernes, por su hermano menor Raúl desde La Habana, en un mensaje televisado. La noticia conmovió a la isla, que bajo el mando de éste, busca un alivio a su debilitada economía en medio de expectativas de apertura.

Jaqueado por una complicada convalecencia, Castro había renunciado al poder el 19 de febrero de 2008, luego de 49 años al frente de la Revolución.

Su precario estado de salud lo obligó a cambiar sus habituales discursos -repletos de citas y sin límites de tiempo- por un anuncio en el diario oficial Granma. "No me despido de ustedes. Deseo sólo combatir como un soldado de las ideas", escribió.

Su alejamiento del Gobierno, sin embargo, había comenzado en julio de 2006, luego de una cirugía intestinal de urgencia. En esa oportunidad, La Habana calificó la medida como "temporaria".

Sin embargo, complicaciones en la intervención, supuestamente por un problema en su aparato digestivo, desencadenaron una larga convalecencia y nuevas operaciones, que llevaron al líder cubano al borde de la muerte y motivaron una fuerte ola de especulaciones.

Fidel no volvió a ser visto en público. Su imagen luego apareció en fotos y videos difundidos por el gobierno. "No tiene la capacidad física necesaria para hablar en un acto", explicó escuetamente La Habana, en un reconocimiento implícito de la gravedad de su estado.

Sus dardos, en simultáneo, abandonaron las movilizaciones masivas para buscar refugio en las columnas del diario Granma, donde buscó demostrar a sus adversarios que permanecía lúcido y al tanto de lo que sucedía en la isla y el mundo.

"Cuando enfermé gravemente la noche del 26 y la madrugada del 27 de julio de 2006, pensé que sería el final", contó Fidel en uno de sus textos. A su polémica historia política todavía le faltaba una última jugada. Quizás por eso, mientras el invierno avanzaba sobre La Habana y contra lo que esperaban tanto partidarios como rivales, decidió esperar a la muerte -esa que lo buscó durante tantos años- alejado del poder.

Por las redes sociales, especialmente por Facebook, salieron miles de comentarios en torno de Fidel Castro y la Revolución Cubana. Hubo recuerdos afectivos del mítico revolucionario de uniforme verde, boina negra y renegrida barba larga.

Pero también se registran opiniones críticas sobre su revolución y la vida que debieron soportar los cubanos a lo largo de estos casi 50 años al frente del Gobierno de la isla. (Jackemate.com)

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