Hora local en Rosario:
Comparte este Articulo...

Ningún caballero, y Adán sin duda fue el primer caballero, puede rechazar la manzana que en circunstancias un tanto confusas le ofreció Eva. Digo confusas, querida Emilse, porque la manzana era como un signo y no exactamente una manzana

Algo mucho más sabroso, y que de ninguna manera puede rechazarse. Lo que me huele a cuento es la incitación de la serpiente, aun cuando los ofidios me son particularmente desagradables. No creo que haya víbora alguna para incitar a Eva a tentar a Adán.

Eva no necesitaba recurrir a nada y se bastaba ella solita para seducir a su compañero. Por otra parte soy de los que cree que el Paraíso nació en el momento que Eva le entregó la manzana, con alguna música de Bill Evans acompañando la escena.

Hay que pensar que era la primera escena de amor en la historia del hombre. Lo mejor de la historia de Adán y Eva se encuentra en Mark Twain y me llama la atención ninguna pintura que muestre esa escena del nacimiento del amor sino que ponen el acento en la serpiente y la manzana. Adán y Eva eran libres para amarse por lo cual se amaron.

Además, Emilse, podría haber sido otra fruta, digamos un damasco, un racimo de uvas, un melón. Pero en estos días, nosotros, los descendientes de Adán, aceptaríamos que Eva nos sedujera con una Tita, un bombón de fruta o unas batatitas al almíbar.

O bastaría la presencia de Eva, la música de Miles Davis y todo sería perfecto. Hasta nos olvidaríamos de la historia de la manzana. No tengo dudas al respecto. (Jackemate.com)

 

Déjanos tu Comentario
Comparte este Articulo...