El derrocamiento del dictador sirio Baschar Al Asad y de su régimen ha dejado vía libre a Israel para hacer limpieza en todas aquellas amenazas latentes que puedan quedar ahora fuera de control, y muy especialmente los arsenales militares que antes estaban bajo dominio del gobierno.
Un ejemplo de ello son las operaciones que están llevando a cabo aviones israelíes para bombardear bases militares sirias donde se puedan esconder aviones y las tan temidas armas químicas, de gran peligro potencial en caso de caer en manos de grupos insurgentes sin control.
Uno de estos últimos ataques ha dejado una de las imágenes más espectaculares de estos últimos días, captada por varios testigos y que se han comenzado a viralizar en las redes sociales.
En estas imágenes se puede ver una explosión de proporciones enormes en un punto de la costa siria de Tartus, durante la noche del domingo al lunes, que proyectó al cielo un gigantesco hongo de fuego.
En los vídeos subidos a las redes se puede apreciar cómo, instantes después, se escucha una deflagración y se dejan sentir los efectos de la onda expansiva.
Los ataques fueron descritos por varios medios locales y, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el organismo que monitorea la guerra, fueron causados por aviones de las Fuerzas de Defensa de Israel, que bombardearon unidades de defensa aérea y depósitos de misiles tierra-tierra sirios.
Los ataques, según el Observatorio, son “los más duros en la región costera de Siria desde el inicio de los ataques en 2012″. “No es Hiroshima, no es Gaza. Es Siria”, se puede leer en una de las cuentas que han replicado la explosión.
“Una explosión masiva ha sido vista en el noroeste de Siria cerca de la ciudad de Tartus, luego de un ataque israelí contra un depósito de municiones. Se informó que la explosión fue tan grande que se midió como un terremoto de magnitud 3,0 en los sensores sísmicos cercanos”, recoge el medio especializado en temas militares OsintDefender.
Tartous bajo ataque masivo israelí
Según medios periodísticos europeos destacados en Medio Oriente, los ataques aéreos se realizaron durante seis horas sobre la ciudad costera de Tartous, al oeste de Siria, y fueron dirigidos a depósitos de municiones y misiles tierra-tierra provocando una explosión tal que provocó un terremoto de magnitud 3 en la escala de Richter. El ruido de las explosiones se escuchó incluso en el Líbano.
Un residente de la aldea de Bmalkah, a 10 kilómetros de la ciudad, dijo: «Comenzó poco después de medianoche y continuó hasta las 6:00 a.m. Fue como un terremoto. Todas las ventanas de mi casa explotaron.
«El pueblo no pegó ojo en toda la noche. Los niños lloraban. Ya no quedan ventanas en las casas», explicó a la agencia de noticias AFP otro residente.
Estos ataques son tanto más preocupantes cuanto que afectaron a infraestructuras militares cercanas a la base naval que Rusia tiene en la ciudad de Tartus, una provocación dirigida directamente a ese país.
La base de Tartus, una posición estratégica para Moscú, permite a las fuerzas rusas proyectarse hacia África y el Mediterráneo. Evacuada hace unos días, supondría un importante revés estratégico para Rusia si fuera destruida mientras el Kremlin intenta negociar con el nuevo régimen el mantenimiento de sus posiciones en Siria.
Desde la caída del régimen de Assad, Israel ha abierto un cuarto frente en Siria y se compromete a destruir metódicamente las reservas y el equipamiento del ejército sirio.
Como explica el investigador Armenak Tokmakyan, «el principal objetivo de Israel parece ser la destrucción de las capacidades estratégicas de Siria, como los sistemas de misiles antiaéreos, las armas químicas y la producción local de misiles, así como la infraestructura militar creada por Hezbollah e Irán. Parece que están aprovechando la oportunidad para infligir tanta destrucción como sea posible, asegurando que el futuro ejército sirio tardará décadas en recuperarse».
Si bien el régimen israelí ha bombardeado Siria 473 veces desde la caída del régimen de Bashar al-Assad el 8 de diciembre, Israel también ha ampliado su control sobre los Altos del Golán, colonizados en 1967 y anexados en 1981.
Ocupación colonial e ilegal
Una ocupación colonial e ilegal desde todo punto de vista. El domingo, las autoridades israelíes también anunciaron que querían duplicar la población de colonias israelíes en los Altos del Golán, para reforzar demográficamente su presencia en estos territorios, anunciando así una nueva ola de colonización. Al proyecto se han destinado 10 millones de euros y financiarán la instalación de nuevos colonos.
Al ver en la caída del régimen de Bashar al-Assad una oportunidad táctica para fortalecer sus posiciones en Medio Oriente, el Estado de Israel lanzó una campaña de destrucción masiva para debilitar permanentemente las capacidades militares sirias, aprovechando al mismo tiempo la situación para ampliar su dominio colonial.
Estos brutales ataques podrían causar una mayor escalada en la región si afectan los intereses rusos, reforzando la creciente interconexión de la situación en Medio Oriente con la guerra en Ucrania.
Mientras Israel continúa su campaña genocida en Gaza mientras fortalece su control en Cisjordania y continúa su incesante agresión contra Siria con total impunidad, la movilización urgente de las masas árabes pocas veces ha sido de tanta importancia para Palestina como para Siria.
Si bien la caída de Assad debilita a los regímenes reaccionarios de la región, que como Egipto o Jordania apoyan a Israel, las movilizaciones podrían ampliar sus demandas y provocar la caída de otros líderes reaccionarios, privando al Estado israelí del apoyo de sus vecinos. (Agencias/Jackemate.com)