Hezbollah (Partido de Dios en árabe) lanzó este martes una andanada de proyectiles hacia el centro de Israel, que activó las alarmas antiaéreas en las zonas más pobladas del país, pero no habría causado heridos ni daños materiales. La pregunta que muchos analistas se estarían haciendo por estas horas, es si este nuevo, pero pequeño ataque desde el Líbano sería sólo para probar la consistencia defensiva del llamado ‘escudo de acero’ israelí frente a un próximo y más potente lanzamiento de misiles desde territorio de Irán.
Según el ejército israelí, se dispararon cinco proyectiles desde Líbano a territorio de Israel, y la mayoría fueron interceptados por el sistema de defensa antimisiles del país. Uno solo cayó en una zona despoblada.
El incidente se produjo mientras Israel intensificaba sus ataques en el Líbano contra una institución financiera gestionada por el grupo político-paramilitar Hezbollah, y Estados Unidos presionaba para la reanudación de las conversaciones para un alto el fuego en la Franja de Gaza tras la muerte del líder de Hamás, Yahya Sinwar.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se ha comprometido a aniquilar a Hamás y recuperar a las docenas de rehenes que siguen en manos del grupo insurgente. Hamás sostiene que solo liberará a los cautivos a cambio de un alto el fuego duradero, de la retirada total de las tropas israelíes del enclave y de la liberación de presos palestinos.
El 7 de octubre de 2023, insurgentes encabezados por Hamás abrieron agujeros en la valla de seguridad y asaltaron el sur de Israel, matando a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomando a otras 250 como rehenes.
El Estado de Israel respondió con una ofensiva que se ha cobrado la vida de más de 42.000 palestinos en Gaza, según las autoridades de salud locales, cuyo conteo no distingue entre víctimas civiles y combatientes. La guerra ha arrasado grandes zonas de la Franja y desplazó alrededor del 90% de sus 2,3 millones de habitantes. (Independ/Jackemate.com)