El Embajador Extraordinario y Plenipotenciario del Reino de Marruecos en Argentina, Fares Yassir, presidió este domingo pasado la conmemoración de los 24 años, desde aquel 30 de julio de 1999, en que ascendía SM el Rey Mohammed VI al Trono de Sus Gloriosos Antepasados.
La sede diplomática marroquí en Argentina lo celebró ante una nutrida concurrencia de 400 personalidades, entre los que se encontraron altos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores argentinos y de otras áreas del Gobierno nacional; representantes del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; legisladores nacionales; empresarios; embajadores; escritores; periodistas; académicos; miembros de la comunidad judía de origen marroquí, y nacionales marroquíes establecidos en la Argentina.
Al finalizar un espléndido día de domingo, los invitados ingresaron a esta extensión del territorio marroquí en Buenos Aires, haciéndole llegar a Fares Yassir «sus más sinceras felicitaciones por la celebración de la gloriosa Fiesta del Trono y sus deseos de éxito para los grandes proyectos emprendidos por Marruecos bajo el reinado de SM el Rey».
Fares Yassir, embajador del Reino de Marruecos en la Argentina
Entre la distinguida concurrencia se destacaron Claudio Javier Rozenwaig, Subsecretario de Relaciones Exteriores; Eduardo Casal, Procurador General de Argentina; Marcelo Cristian Tarapow, contraalmirante de la Armada Argentina; Salomón Benhamou Anidjar, Gran Rabino de Argentina; Jorge Knoblovits, presidente de la Delegación de Asociaciones Judías Argentinas (DAIA), y Amos Linetzky, titular de la Asociación Mutual de Israelitas de Argentina (AMIA).
«Un cambio espectacular hacia la modernidad»
El representante diplomático marroquí destacó en su discurso los logros de su país bajo la atenta mirada de su Soberano, precisando la simbiosis que existe entre el Trono y el pueblo marroquí, conocido por su sinceridad, optimismo, tolerancia y apertura.
“Bajo el liderazgo de SM el Rey, Marruecos ha emprendido un cambio espectacular hacia la modernidad, haciendo de su autenticidad el principal catalizador hacia el desarrollo, el bienestar y la prosperidad”, puntualizó.
Fares Yassir recordó, en este contexto, las principales reformas emprendidas por el Reino en los campos político, socioeconómico, medioambiental, cultural y religioso, centrándose especialmente en los éxitos económicos alcanzados en el campo de la construcción automovilística y aeronáutica, los fertilizantes, la logística, las energías renovables, el turismo, entre otros.
Al respecto enumeró dos grandes proyectos en particular que dan testimonio de la relevancia de las elecciones realizadas por Marruecos, que son el gasoducto Nigeria-Marruecos (inversión que podría ser de 25.000 millones de dólares o más) y el proyecto X-Link, por el que suministrará energía limpia a más de 7 millones de hogares británicos a finales de esta década (el proyecto costará unos 21.900 millones de dólares).
A nivel diplomático, el embajador destacó que Marruecos bajo el impulso real se ha adaptado a los cambios en el mundo y favorece un enfoque multilateral para defender sus intereses, a la cabeza de los cuales está la cuestión de la integridad territorial.
Y explicó Fares Yassir que “la cuestión del Sáhara constituye la columna vertebral de la política exterior del Estado marroquí, hasta el punto de que la soberanía nacional y la integridad territorial son el prisma a través del cual se valoran nuestras relaciones con nuestros socios”.
Sobre América Latina, el diplomático dijo que las dos partes comparten un patrimonio cultural y lingüístico, así como los valores y principios de libertad, justicia, democracia y respeto a los derechos humanos.
Al referirse a la relación de su país con la Argentina, señaló que los dos países mantienen «excelentes relaciones» que se reflejan en una “convergencia” de puntos de vista a nivel político y un “auge comercial” que sitúa a este país en el rango de segundo destino de las exportaciones marroquíes en América Latina, y tercera fuente de importaciones marroquíes de la región.
Es para destacar que, conducidos por su rey, la diplomacia de este reino norafricano avanza en la construcción de una estrecha hermandad entre las naciones de la costa Atlántica africana y «la otra orilla» en nuestro continente. (Agencia MAP/Jackemate.com)