Por Ricardo Marconi (*)
TERCERA PARTE
Los cinco camiones salieron, en 1947, desde el aeródromo de Nuevo México en una noche cerrada con un cargamento muy especial, presumiblemente secreto. El tiempo pasó inexorable y en 1961, el coronel Philip J. Corso, experto en temas de inteligencia militar se sacó los lentes y se frotó con los dedos los ojos, ya que no podía creer que estaba recibiendo.
Eran informes confidenciales sobre aspectos diversos de una autopsia a un ser “no terrestre” que se habría realizado en Fuerte Riley. El cuerpo había sido cargado en esos camiones junto a fragmentos de una nave estrellada en Roswell que había sido estudiada.
De la nave, calificada como un Objeto Volador No Identificado, se comenzaron a analizar lo que se consideraron tecnologías desconocidas que se presumía que en la Tierra no se fabricaban. Al menos, la inteligencia estadounidense lo desconocía.
El primer criterio en el que se pensó, según el informe, fue el de que “era una nave secreta extranjera”. Esa premisa duró pocas horas, ya que, a una apreciable distancia de la nave caída, se hallaban seres que evidentemente no eran terrestres. Unos estaban muertos y otro se hallaba en grave estado, pero vivo y las fuerzas armadas lo trasladaron a una base militar secreta que se presume era el Área 51.
Versiones y conjeturas ocuparon las tapas de los medios escritos, radiales y televisivos. Y hasta se llegó a decir que en el archivo secreto del Vaticano había dispositivos y reliquias relacionadas con ese episodio.
Majestic-12
En nuestra columna anterior nos comprometimos a avanzar sobre una cuestión que, por su relevancia, se conoció en determinados niveles, donde el secreto es el pilar de todo proceso de seguridad nacional. Nos referimos a Majestic-12.
Se crea el Majestic -12, que luego es conocido a nivel mundial como MJ-12 esto es una supuesta organización que es considerada, en el ámbito, de las agencias de Inteligencia Militar como otra de las tantas teorías de conspiración del fenómeno OVNI.
De esas teorías surge que el Majestic-12 es el nombre, en clave, de un presunto comité secreto de funcionarios gubernamentales, compuesto de altos mandos militares, así como de científicos, formado en 1947 mediante una orden ejecutiva del presidente Harry S. Truman, con el propósito de facilitar la recuperación e investigación de naves extraterrestres estrelladas en la Tierra.
El Comité había sido aparentemente presidido por Vannevar Bush y estaba compuesto, además, por Robert Oppenheimer y Albert Einstein y todos los restantes presuntos miembros del MJ-12 eran personas destacadas por sus méritos militares y por sus conocimientos científicos. Hay que algunos de ellos habían fallecido cuando aparecieron los documentos por primera vez.
Los presuntos miembros del Comité Majestic -12 fueron: Almirante Roscoe H. Hillenkoetter; doctor Vannevar Bush; James Forrestal (sustituido después de su muerte por suicidio, por el general Walter Bedell Smith; Nathan Twining; general Hoyt Vandenberg; doctor Detlev Bronk; doctor Jerome Hunsaker; el almirante Sidney Souers; Gordon Gray; doctor Donald Menzel; general Robert Montague y el doctor Lloyd Berkener.
1971: Lago Groom, Nevada
David Ader dio a conocer públicamente que se negó a participar en un programa secreto de ingeniería inversa sobre sistemas de electro fusión electromagnética que atrajo la atención de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, a partir de los dichos de Ader, quien de esa manera puso el tema en la agenda pública. Y por ello la CIA empezó a vigilarlo.
Luego, los militares, pasado un tiempo prudencial, lo llevaron de visita al Área 51, donde fue recibido por el jefe del organismo, el general Curtis Le May, oportunidad en la que se le mostró un “motor de fusión contenida”, tan grande como un colectivo escolar, que –según el invitado-, “era del tamaño de un camión de 8 ruedas, el que, a su entender, no había sido construido por humanos, ya que las técnicas empleadas estaban más allá de nuestras capacidades”.
Ader, al hacer públicas sus opiniones, dijo que lo que le mostraron “no tenía pernos, ni tornillos, era una sola cosa sin costuras y era parecida a una berenjena”. Y agregó algo curioso: “El interior parecía a la panza de una rana y su superficie era húmeda y muy suave, a la vez que respondía al tacto. Pensé en una obra de ciencia ficción por lo que, sin duda, no respondía al funcionamiento de un sistema de propulsión terrestre”.
Ader, al analizar el motor, estuvo convencido que “en los últimos 15 años, se había avanzado tecnológicamente como en los últimos 5.000 años”.
Bob Lazar “destapa la olla”
El periodista George Knapp, reconocido investigador estadounidense de un medio de comunicación, tuvo conocimiento de las declaraciones del científico Bob Lazar y, al tomar los datos específicos que le llegaron tan detalladamente, admitió que el declarante “indudablemente dice la verdad”. Es que era difícil mentirle, ya que trabajó 30 años sobre el tema Ovnis.
Lazar se desempeñó, según sus declaraciones, en el Sector S.4 del Área 51, donde se le ordenó realizar “ingeniería inversa a 9 platos voladores” y él contó que lo hizo muy a fondo en lo atinente a los “amplificadores de gravedad”.
Fue el primero que hizo referencia al Elemento 115 y los científicos le respondieron que “no existía”, pero en el 2013, sus detractores tuvieron que admitir que se habían equivocado: El Elemento 115 sí existía y, probablemente, era utilizado para “doblar el tiempo y el espacio”.
Knapp luego admitió: “Nosotros no sabemos cómo hacerlo aún, ya que dicho elemento no es estable en la Tierra”.
El espacio-tiempo y Nicolás Tesla
La cuestión científica del espacio-tiempo ha sido concienzudamente analizada por Nicolas Tesla, quien estaba años adelantado a su época.
Existen 37 átomos de oro creados en la Tierra, pero sólo uno de ellos es estable, afirmó Knapp “y con el mismo se hacen anillos”. Sí debemos agregar algo importante: La fabricación es costosísima y el tiempo y la energía está restringida”.
Se ha comprobado que los que los presuntos Ovnis vuelan a más de 32.000 kilómetros /hora y sin utilizar combustible líquido. La forma de la nave ha sido construida para que sirva como una “onda guía” de radiación electromagnética, de alta frecuencia, que produce un efecto antigravitatorio.
Sartatti es un científico que afirma que la “nave podría volar con una batería de 5 voltios y no requiere mucha energía para maniobrarla. Ahora sé que se hacen pruebas con la nave denominada “Astra”, en el marco del Proyecto Aurora, y con ello Estados Unidos ha obtenido la más potente nave de combate y reconocimiento de inteligencia aérea a 40.000 kilómetros por hora.
Ben Rich, director de la empresa, Skunk Woorks, en el período 1975-1991, dijo en 1993: “Mostrando este disco secreto en 1993, exhibiremos “un disco a una diap distinta en que se viaja por el vacío para llevar a un E.T. a su casa”.
Por otra parte, agregó que “todos los principios del espacio-tiempo están conectados. Es más, subrayó que: “una de las naves fue probada en la época de la década del 90, lográndose que fuera invisible a los radares y tiene un neutralizador de la gravedad”. El ya citado David Aidar afirmó que “la nave Astra aún no existe oficialmente”.
Noviembre de 1989. Bélgica
Precisamente, en la fecha indicada, autoridades de la policía belga lograron ver una nave de las denominadas Astra junto a 150 testigos circunstanciales. El 30 de marzo de 1990, quizás por un error técnico, apareció en los radares militares y, de inmediato, partieron en su búsqueda aviones F-16 del área de Bedovechain, bajo el código EBNV -90, y al llegar los aviones al punto donde detectaron la existencia de la nave, esta aceleró de 200 kilómetros por hora a 1.700 en segundos, mientras realizaba maniobras que contradecían las leyes básicas de la física.
En otro episodio, el 3 de febrero de 1990 se decidió interrumpir un partido de fútbol en la ciudad de Spa, cuando todos se pusieron a ver a una nave que, a baja altura, sobrevoló la cancha. Posteriormente se indicó que la nave había sido vista en Alemania y en la República Checa.
Los jugadores lograron divisar que en la base del presunto OVNI había instalados tubos, cilindros, mangueras y había una luz blanca que iluminó a los jugadores y al público. Con el paso del tiempo, se estableció que una nave similar había sido vista a la distancia en el Área 51, identificándosela como una nave Astra TSR-3D.
Washington DC 2008
En el Departamento de Defensa de Estados Unidos dos individuos ingresaron a la oficina de Elizondo, un especialista del área de Inteligencia y le arrojaron a la cara una pregunta que, a muchos de nosotros, gente del común, de todos los países del orbe, alguna vez nos han preguntado: ¿Qué piensa de los Ovnis?
En ese caso en particular, la consulta sirvió para que el especialista comenzara a investigar por su cuenta en profundidad y luego de 5 años, él y su equipo no pudieron ofrecer una respuesta definitiva. Elizondo renunció.
Antes de tomar esa decisión, junto con periodistas del New York Times fio filmaciones de naves del 2004 y del 2017 y hasta profundizó el caso del USS- Nimitz, que en esta columna relatamos puntillosamente, ya que las naves militares que siguieron a los Tic- Tac, eran aviadores de combate expertos en conflictos bélicos, con los índices más altos de seguridad de EE.UU.
Ahora ya no es un secreto la existencia de presuntos aparatos extraterrestres. El público norteamericano no puede ser engañado porque saben que los radares tomaron a esas naves, no sólo desde los aviones, sino también desde los barcos de guerra.
Noviembre de 2004
Sobre el Océano Pacífico y a la altura de San Diego, Estados Unidos, naves de origen desconocido volaban contra la aplicación de las teorías de Isaac Newton. Iban del espacio al agua sin interrupciones y los científicos admitieron que “era posible que no vinieran de la Tierra”.
En oficial de la Marina, a cargo del radar, los visualizó a los Ovnis varias veces en dos semanas enteras, violando el espacio aéreo militar y el comandante encargado de las naves interceptoras consideró que eran dirigidas mediante un sistema híbrido.
Las naves, visualizadas en el radar del USS Princeton por el comandante Fraver sólo estaban registradas como figuras incomprensibles y él tuvo que admitir que “no había visto nada igual, a pesar de su vasta experiencia en la Fuerza Aérea estadounidense.
Con sorpresa tuvo que admitir desde el comando del USS Princeton, que “se movían de norte a sur, a nivel del mar y a 8.500 metros de altura y a 100 nudos” y sobre ello especificó: “Es raro, porque al volar tan alto era poco posible que lo hicieran tan lento. Técnicamente debían caer en picada y, para colmo, no había señal electrónica”.
El comandante había ordenado la intercepción que se denominó “Vuelo del Águila Rápida” y en el transcurso de la operación llegó a escuchar a uno de sus pilotos gritar: “Santo Dios, me tienen en la mira”.
Kevin Day uno de los mejores pilotos con que contaba en esos momentos Estados Unidos en el campo de la intercepción aérea tuvo que admitir que las naves a interceptar “volaban sin explosión sónica y uno de los Tic Tac, se introdujo en el mar al ser perseguida. No tenía puertas, ventanas, alas o sistema de propulsión visible.
No eran hostiles en conjunto y actuaban como una banda de aves que se separaban y volvían a juntarse. Mientras esto ocurría, los datos en nuestros aviones desaparecieron de las pantallas y lo mismo ocurrió con el radar. Los datos no volvieron a recuperarse”.
Los marinos del Princeton, mientras esto ocurría, sólo se preguntaban si lo que sucedía era una prueba de armamento militar secreta que no les había sido comunicada. El comandante, posteriormente declaró: “No sé quién, en su sano juicio, haría pruebas sin avisar con anticipación a la Marina. Podría haber ocurrido cualquier cosa con gravísimas implicancias militares y humanas”.
A fines del 2019
Estados Unidos conformó una Academia Militar que se formó con ex oficiales militares y de Inteligencia militar, con la inclusión del especialista Luis Elizondo que aceptó colaborar con las fuerzas armadas para investigar matas materiales que, según varios indicadores, no provenían de la Tierra.
Elizondo, al que se lo ve seguido en programas de televisión investigando casos de Ovnis –siempre aclarando a sus entrevistados que responden a sus preguntas, “que no den a conocer secretos militares”-, sugirió que ya se había decidido una desclasificación de datos”.
Richard Molan, otro investigador de casos en el que están implicados Ovnis, aseveró con seguridad: “si ya hubiéramos entendido como funciona la tecnología OVNI, tendríamos una ventaja sobre nuestros enemigos en la Tierra, pero la cuestión sería distinta si Rusia o China avanzan en esa tecnología. Allí sí que tendríamos problemas ya que quien controle esa tecnología, controlará el mundo”.
Luego agregó: “Hay avances tecnológicos que se están estudiando en la dimensión de un Angstrom, que es una décima de la nano ingeniería y que se mide con un nanómetro. –estoy refiriéndome a un área de fabricación más pequeña y, ahora mismo, somos incapaces de producir a escala, lo que nos impide viajar a donde se nos antoje, ya sea por el fondo del océano o en la atmósfera. Los que conducen los Ovnis son hábiles para evadir sistemas de seguridad y para evitar la supervisión. Esto que digo no ha sido divulgado y es posible que algún pirata cibernético lo haga minuciosamente”.
En la Fuerza Aérea o en la Marina estadounidense se sostendría el criterio de dejar la propulsión a chorro por la electromagnética, a los efectos de contrarrestar la gravedad y con ello se lograrían múltiples aplicaciones que seguramente revolucionarían la industria aérea.
Molan insiste permanentemente en que “hay que observar y buscar evidencias para analizarlas, ya que hay una abrumadora presencia de inteligencia en seres que han avanzado en el campo tecnológico y con ello han logrado capacidades que nosotros no tenemos. Quizás algún día, de manera oficial, se exponga este pensamiento a nivel global”.
Es evidente que en el grupo de países en que se manejan estos datos hay una idea de comunicar gradualmente lo que se ha comprobado y que, hasta el presente, para la población global es inescrutable.
Una vez que el público haya asimilado lo que los científicos ocultan presumiblemente sobre los meta materiales del espacio, será más creíble que naves los están utilizando desde hace décadas.
Se dice extraoficialmente que “se están examinando piezas recuperadas de naves extraterrestres y en algún momento se tendrá que admitir el contacto con seres no terrestres. Ese es el programa más secreto existente del orbe”. (Jackemate.com)
(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política