El presidente Mauricio Macri, en su condición de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, con los cambios propuestos en las jefaturas del Ejército, la Armada Argentina y la Fuerza Aérea Argentina, pretende darles un verdadero tono de "profesionalización" y abandonar así el tinte "político" que tuvieron en estos últimos doce años de gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández
Es por ello, según dejaron trascender fuentes de la Casa Rosada y del Ministerio de Defensa en conversación con ‘El Alfil’, que no se trata de una “purga” al estilo ‘stalinista’, sino que para las nuevas autoridades nacionales entienden que los militares “no tienen ni tendrán el rol político como en el pasado y en los últimos tiempos”, y todo producto de tres circunstancias” que se habrían registrados en estas tres gestiones presidenciales del kirchnerismo.
En ese sentido, se indica que la primera es por “los constantes problemas y conflictos” que se vienen dando en las fuerzas policiales y de seguridad, haciendo que “el kirchnerismo designara al general César Milani al frente del Ejército como punto de apoyo político”.
La segunda es que este ex jefe del Ejército llevó adelante “una política de alineamiento del Ejército con el llamado ‘Proyecto Nacional’, lo que implicó el uso de la inteligencia militar con fines políticos”.
Y la tercera circunstancia es que ya la ex presidente Cristina Kirchner, en su segundo mandato, dispuso que las FF.AA. participaran en la lucha contra la droga, a través de la operación ‘Escudo Norte’, destinada a impedir el tráfico de drogas en dicha región del país.
Según le dijeron las mismas fuentes, el Ejecutivo nacional a cargo de Mauricio Macri analizó mantener por un tiempo las cúpulas que venían de la gestión de gobierno anterior, para luego mantener sólo al general Ricardo Cundom, que era el Jefe del Ejército, como Jefe del Estado Mayor Conjunto, pero finalmente optó por una política de renovación drástica, relevando a los cuatro jefes de estado mayor.
Para las fuentes de Defensa detrás de este movimiento en las cúpulas de las Fuerzas Armadas subyace un objetivo claro, quie “es eliminar la influencia que pueda quedar en el Ejército de Milani, quien durante los ochos años que gobernó Cristina, influyó y controló esta Fuerza, e influyó sobre las otras dos, por su condición de subjefe y jefe de inteligencia primero, y como subjefe y luego jefe de la fuerza después.
Fue entonces que desde la mesa chica del macrísmo se tomó la decisión que el jefe del Estado Mayor Conjunto siga siendo del Ejército y el designado fue el general de brigada Bari del Valle Sosa, que pertenece al arma de Infantería y es un veterano de la guerra de Malvinas.
Cabe recordar para los inmemoriosos que a fines de 2014 Milani fue pasado a retiro, pero a mediados del año pasado (como los militares quedan un año en “disponibilidad”) antes de pasar a retiro efectivo, el general Cundom –lo había reemplazado a Milani al frente del Ejército- lo retornó a la actividad como director de la Obra Social del Ejército y, no es desafortunado pensarlo, quizás siguió haciendo su trabajo profesional de inteligencia a favor del kirchnerismo.
Para la Jefatura del Ejército, Mauricio Macri eligió al general de brigada Diego Luis Suñer, un militar del arma de Ingenieros como lo era Milani, aunque todo dice y supone que no integraba su círculo y estuvo en ese tiempo a cargo de la Dirección de Administración y Finanzas.
Para las fuentes, su designación implica el pase a retiro de dos decenas de generales ascendidos bajo la impronta de Milani por ser más “antiguos” que el nuevo jefe, a los que podrían sumarse algunos más en los próximos días.
Todo hace suponer que es posible que pudieran pasar a retiro cerca de la mitad de los actuales 55 generales.
El nuevo jefe del Ejército egresó del Colegio Militar de la Nación en diciembre de 1978, mientras que Suñer lo hizo a fines de 1981. Por razones generacionales, a ninguno le tocó estar en actividad durante la represión, ya que esos años eran cadetes del CMN.
En el caso de los nuevos jefes de la Armada, el vicealmirante Hipólito Srur y el de Fuerza Aérea, brigadier Enrique Víctor Amrein, implican renovaciones de menor alcance y sin el contexto político que se da en el caso del Ejército por el alineamiento con el kirchnerismo que impuso Milani desde la acción como desde sus mismas palabras.
Además, esas mismas fuentes destacaron que no sería nada casual ni improvisado que el presidente Macri haya designado a los mandos de las Fuerzas Armadas el día siguiente que ordenó prorrogar por un año más la participación de las FF.AA. en el Operativo ‘Escudo Norte’ y cuando se mantienen los problemas de alineamiento a las nuevas autoridades políticas de las fuerzas policiales y Seguridad federales. (Jackemate.com)