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ORBITER

La cuenta regresiva se inició y cuando el lector tome contacto visual con esta columna advertirá que la Sonda Orbiter se estará dirigiendo al Sol para hacerse cargo de la más compleja misión: Aproximarse al astro para estudiar sus fenómenos energéticos

Ya los científicos conocen como se genera la energía en el núcleo solar, mediante reacciones de fusión nuclear y como se propaga en el Universo.

Ahora se quiere conocer, con minuciosidad, como los fenómenos a los que hemos hecho referencia, pueden interferir en los sistemas eléctricos y los satélites terrestres.

La cooperación científica de la NASA y su par europea ESA decidieron, una vez más, fundir sus conocimientos, repitiendo experiencias similares como los casos de las misiones SOHO (1995) y Stereo (2006).

La Sonda Orbiter partirá desde Cabo Cañaveral este domingo 9 de febrero y en su recorrido espacial podrá cruzarse con la Sonda Solar Parker, lanzada hace dos años por la NASA, aunque -vale recalcarlo-, con tecnología diferente y objetivos distintos.

La nave que nos ocupa  brindará las primeras imágenes de las regiones polares del Sol, a la vez que entregará informaciones clave sobre el entorno magnético que permite entender cómo se impulsan las tormentas solares.

 Herramientas

 Con elementos tecnológicos de alta tecnificación la Sonda Orbiter pesa 1.900 kilos y posee un generador de imágenes de alta resolución que permitirán concretar coronografías de ultravioleta y luz visible que posibilitan ocultar el disco brillante del astro y revelar su atmósfera exterior.

SO lleva 10 instrumentos, 9 de los cuales son liderados por la ESA, mientras que la NASA aportó el Solo HI, para establecer visualmente que ocurre en la atmósfera solar, a lo que suma detectores y apoyo para otros tres dispositivos.

El instrumental focalizará su labor en la dinámica atmósfera exterior del Sol, llamada corona, que desde la Tierra solo se hace visible durante los eclipses solares totales, cuando la Luna bloquea la luz más intensa del astro y deja ver una tenue estructura blanca perlada.

Sin embargo, hay que decir que la corona no es tan delicada como parece ya que gran parte de su comportamiento es impredecible y no totalmente conocido.

Viento solar

La SO obtendrá nueva información sobre el viento solar, las partículas energéticas, las perturbaciones interplanetarias transitoria y la relación de la actividad solar con el entorno magnético de la Tierra, con lo que se busca una mejor protección de nuestro planeta.

La primera actividad será la de aproximarse al Sol, a 42 millones de kilómetros –más cerca que Mercurio (57.910.000 kilómetros)-, y a esa distancia deberá soportar temperaturas de más de 500ºC, utilizando un protector térmico que incluye titanio, fibra de carbono y aluminio.

Para no destruirse en el intento, SO cuenta con tres capas separadas entre sí, para facilitar la dispersión lateral del calor.

La parte exterior de titanio está recubierta con calcio carbonizado (hueso de animal triturado).

El escudo también posee varias compuertas que se abren para permitir la observación de los instrumentos incorporados.

La sonda “saldrá del plano elíptico, esto es la línea curva por donde transcurre el Sol alrededor de la Tierra a más de 32º, permitiendo ello la obtención de imágenes de los polos.

Luego del lanzamiento habrá una puesta en marcha subdividida en tres meses. Al primer punto espacial imaginario llegará en junio y la fase en la que todos los instrumentos estarán plenamente operativos comenzará en 2022.

Dos años más tarde llegará la misión extendida, con la nave arribando a las actitudes más altas, siendo operada la misión hasta el 2030, desde el Centro de Operaciones Espaciales de Darmstadt, Alemania, con el apoyo de una estación de la ESA, ubicada en la provincia de Mendoza, en Argentina. (Jackemate.com)


(*) Licenciado en Periodismo – rimar9900@hotmail.com

 

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