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Casi cinco millones de abonados a la TV por cable y a internet que reciben su servicio domiciliario de Cablevisión y Fibertel, ambos propiedad del Grupo Clarín, podrían tener serios riesgo de seguir recibiéndolos, si el titular de AFSCA, Martín Sabbatella, lograse que caiga la medida cautelar que protege al citado grupo empresario de medios para continuar el avance contra Cablevisión y que la empresa, por ende, deje de prestar servicio en 134 localidades

Carlos Moltini, CEO de Cablevisión, aseguró que “no hay posibilidad de dividir la red, porque por el mismo cable van todos los servicios”, por lo que “si el Gobierno (nacional) pretende sacarnos las licencias de televisión por cable, también pretende apropiarse de las redes de Internet”, agregó, ya que más del 40% de los abonados de Cablevisión reciben también el servicio de Internet.

En tanto, Henoch Aguiar, profesor de la UBA y ex secretario de Comunicaciones, “la regulación del cable reposa sobre una utopía, como si hubiera dos redes diferentes para un solo servicio”, dijo en una información aparecida en el sitio digital de ‘Clarín’.

“Es imposible separar ambos servicios de la única red que los sustenta”, explicó Aguiar, porque “si Clarín tuviera que dejar de brindar televisión por cable, la ley supone que hay bienes inescindibles de la prestación del servicio que deberían cederse junto con la licencia, lo cual no es cierto, porque esos bienes son los que permiten y son necesarios en su totalidad para la prestación de Internet, que es un servicio regulado por otra ley, por otra autoridad y con otras reglas totalmente independientes de la televisión por cable”.

Esa intención de expropiar las redes quedó establecida en la Resolución N° 2.206, que la Autoridad Federal (AFSCA) dictó pocos días antes del 7D, para transferir de oficio las licencias y “los bienes imprescindibles afectados a ellas”; mientras que la Resolución 297/10 establecía que la “transferencia de oficio” era solo “de las licencias”.

Fibertel tiene el 24% de los accesos de banda ancha a Internet, después de Arnet y Speedy. Pero la ley de medios terminaría favoreciendo al duopolio telefónico, ya que los usuarios de Fibertel que Cablevisión no pueda seguir atendiendo “quedarían rehenes de las telefónicas”, aseguró Moltini.

Es que, según indicó Aguiar, “en los servicios de acceso a Internet no hay limitación territorial alguna. Desde la regulación de las telecomunicaciones no hay ningún tope de localidades.

Por el contrario, el número que alcanza Fibertel está por debajo de las que cubren Telefónica y Telecom, sus naturales competidores. Pero es imposible que se mantenga la prestación de Fibertel si se quiere escindir artificialmente la prestación del cable de la de Internet”.

La pericia tecnológica, pedida por el Gobierno en la causa del Grupo Clarín contra dos artículos de la ley de medios, que llevó adelante el juez Horacio Alfonso, concluyó que “todas las redes de cada una de las localidades asociadas a las distintas licencias reciben servicios desde esta red central unificada y la desafectación de una de ellas tendría efectos negativos sobre los derechos de los usuarios conectados a la red/licencia escindida”.

Y añadió: “Para poder brindar los servicios, Cablevisión necesita una red enormemente compleja y con costos de operación importantes, que serían imposibles de soportar sin la escala que hoy tiene la compañía. Ante una separación de redes, todos los usuarios actuales tendrían efectos negativos sobre la calidad de su servicio”. (Jackemate.com)

 

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