Por Ricardo Marconi (*)
La tumba egipcia de Ny Swt Wrst hallada en el Cementerio de los Trabajadores según renombrados egiptólogos “es la más fascinante de todas”.
La morada definitiva cuenta con jeroglíficos que adornan el dintel de entrada y da cuenta que allí yace el supervisor del distrito administrativo de la ciudad, con lo que se puede establecer que era el individuo de más alto rango hallado en Giza, motivo por el cual se estima que el enterratorio sea el más preparado del cementerio.
En el interior de la tumba, excavada en la roca fue hallado el sarcófago que en ese momento fue calificado como “el más antiguo”, hecho de piedra caliza estando la argamasa intacta, indicando a sus descubridores que estaba aún sellado.
El Cementerio de los Trabajadores fue descubierto en 1990 por los arqueólogos Zahi Hawass y Mark Lehner, junto a las pirámides de Giza, ubicadas en una meseta donde se hallaron otros monumentos funerarios, ya que en su momento era la principal necrópolis de la antigua Menfis.
El hallazgo fortuito se generó a partir de que el caballo de un turista estadounidense tropezara con una estructura semienterrada que construyeron trabajadores egipcios libres.
Esos enterramientos arrojan más luz sobre la primera época de la Cuarta Dinastía y aportan más pruebas de que el trabajo en las pirámides no era forzado.
El misterio del palacio real
Un misterio que aún persiste en torno de la ciudad y del mismísimo cementerio de los trabajadores es la posibilidad de que allí, bajo la arena, se encuentren las ruinas intactas de un palacio real.
Ello surge de evidencia arqueológica que indica que el complejo –ciudad y cementerio-, pertenecía a los reyes y que allí se hallaba la residencia del faraón y un edificio administrativo donde se almacenaban granos.
Los egiptólogos reconocen que descubrir el palacio escondido no será sencillo, ya que se presume que las ruinas del edificio se extienden más allá del sitio arqueológico, por debajo de una cancha de fútbol vecina a las excavaciones y los dueños se resisten a mudar el predio deportivo.
Estudiosos de la egiptología creen que sólo han encontrado el 30 % de los monumentos del antiguo Egipto y que el 70% restante yace sepultado bajo las arenas del desierto.
Hay que tener en cuenta que en la zona se calcula que sólo se ha excavado el 5% del yacimiento, donde se produjo el hallazgo de tumbas de obreros que edificaron las pirámides de Keops y Kefrén, hace 4.500 años.
Una prueba de ello, es que no se hubiera permitido enterrara los trabajadores en las cercanías de los faraones, según Hawass.
21 cabezas de ganado y 23 ovejas
Hawass asegura que “las familias de Egipto enviaban cada día 21 cabezas de ganado y 23 ovejas para alimentar a los 10.000 trabajadores como libre colaboración para lo que se consideraba un proyecto nacional.
Los trabajadores rotaban cada tres meses y los que morían en la construcción eran enterrados en la zona.
El caballo del turista tropezó con un muro de ladrillos de la capilla funeraria de Ptahshepsesu y, vale aclararlo, hasta ese momento se conocían 30 tumbas de capataces y de 600 trabajadores, siendo estas últimas modestas.
Los últimos allí enterrados presentaban evidencias de artritis degenerativa en la zona lumbar y en las rodillas, como resultante de haber levantado grandes pesos y, en algunos casos haber recibido tratamientos de emergencia al pie de las pirámides.
Esos tratamientos consistían en la recolocación de huesos, tales como cúbito, radio y peroné e incluso se han detectado amputaciones.
Es más, los estudiosos han detectado dos casos de mujeres enterradas que padecían enanismo, así como tumbas de personal de más jerarquía como, por ejemplo: supervisor de albañiles y director de artesanos, quienes yacían en tumbas más jerarquizadas con la existencia d estatuas.
Entre estas últimas estaba la de Nefertjetjes, director de panadería y la de Petety, en la que se da cuenta de una maldición: “El cocodrilo, el hipopótamo y el león se comerán a que haga algo malo en mi tumba”, advertencia que no sirvió de mucho porque al encontrar el sepulcro, los arqueólogos comprobaron que la momia había desaparecido y no porque se hubiera marchado por su propia cuenta. (Jackemate.com)
(*) Licenciado en Periodismo – rimar9900@hotmail.com