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Por Ricardo Marconi (*)

La sonda de la NASA OSIRIS-REx recogió material del asteroide Bennu y el astrofísico Günther Hasinger explicó cómo los investigadores lo utilizan para acercarse al origen del universo y las formas de vida primigenias.

La ESA está muy interesada en el proyecto y su responsable del área de ciencia Günther Hasinger fue informado de inmediato de los resultados por Thomas Zurbuchen, director de Misiones Científicos de la NASA, en razón que se encuentran comunicados digitalmente por tal motivo, ya que conforman una gran comunidad en un espacio pequeño.

Osiris REx  ha estado orbitando alrededor del asteroide Bennu, lo ha cartografiado y hasta eligió un lugar de aterrizaje al que podía acceder con seguridad por ser un espacio amplio y sin rocas, de modo que, además, pudiera poner el artefacto de succión y aspirar material.

La sonda no aterrizó, excavó o perforó el material, sino que lo succionó. Luego envió una onda de choque que provocó turbulencias y envió el material hacia arriba.

Muy pequeña gravedad

La gravedad de este cuerpo es muy pequeña y, por lo tanto, todo lo que allí se agita flotará en el aire durante un tiempo en el que puede ser aspirado.

Mientras ello ocurre la sonda volvió a su órbita y la tarea siguiente es la de poner en rotación la sonda para determinar la distribución de la masa y, a partir de esta acción se calcula cuánto material hay.

La esperanza es que haya menos de 60 gramos. Ello permitirá la realización de otros experimentos. El tronco de la sonda espacial posee una boquilla aspiradora con un mecanismo de disparo de nitrógeno incorporado.

Vale apuntar que los asteroides que se encuentran en el espacio profundo consisten en material que es llamado “escombro”, del cual se formó el sistema solar, por lo que proviene de un material formado en un tiempo previo a la formación del sol.

El bombardeo de los asteroides trajo los materiales a la Tierra y, en teoría, podría haber elementos prebióticos, esto es elementos para el origen de la vida.

Bennu

Bennu es uno de los asteroides cercanos a la Tierra y está en constante peligro de impactarla. Por esa razón es controlado por un sistema de monitoreo mundial que rastrea los principales asteroides y ello permite afirmar que “ningún trozo grande golpeará nuestra casa en el universo en los próximos 40 años”.

Bennu tiene 400 metros de tamaño y tiene tres veces la altura de la Torre Eifel. Bennu nos se nos cercará en los próximos 100 años.

Si necesitáramos evitar una colisión podríamos tratar de desviar de su curso al asteroide utilizando poca fuerza o bien disparar un proyectil hacia él, que es lo que la NASA piensa hacer con el asteroide Didymos en los próximos años.

O hacer detonar una bomba atómica cerca, rompiendo el asteroide en varias partes. Algunas de ellas podrían impactar la Tierra.

Pintar el asteroide

Hasinger, que fue director científico de la ESA en 2017 y director del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawai estimó que “si se pintara el asteroide de blanco, por un lado, el mismo podría girar hacia el sol y ser empujado fuera de su órbita por la presión de la luz solar. Ello tomaría décadas y se necesitaría mucha pintura”.

Vale apuntar que en danza hay un proyecto de la NASA denominado Mars Sample Return Mission (MSR) que incluye a varios satélites, rovers y cohetes De esa propuesta se espera la llegada de material desde Marte en la década del 2030.

Y para el 2024, Estados Unidos tiene previsto lanzar un satélite a Marte junto a la agencia japonesa. La idea es tomar muestra de la luna Fobos, el que se estima es un asteroide atrapado que ha recibido material marciano. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – rimar9900@hotmail.com

 

 

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