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Por Ricardo Marconi (*)

Es creciente la producción y comercialización de narcóticos a nivel trasnacional y transfronterizo en el ámbito nacional, implicando ello el incremento de asesinatos, extorsiones y  el tráfico de armas de bajo y alto calibre para atacar  a enemigos que forman parte de otras bandas, debido a que ocupan espacios de poder para traficar drogas. Colombia, más precisamente Cartagena de Indias, es un claro ejemplo de lo puntualizado y una muestra palpable de la creciente dimensión del narcotráfico en América Latina. 

Es más, se nota el incremento de casos de lavado de dinero colombiano a raíz del desarrollo de bandas de narcotraficantes como el Primer Comando de la Capital -del que ya informamos extensamente en anteriores columnas-, o el venezolano Tren de Aragua, del que ya hemos aportado más que suficiente información.

La existencia  de cárteles en Cartagena, en la capital mejicana, así como en Bolivia, Ecuador y en Argentina, es una realidad tangible, ya que las autoridades notan la creciente cooperación entre ellos a partir de acuerdos estructurales para obtener mayor rédito económico, a pesar de que, en algunas oportunidades, hay enfrentamientos  por porciones de territorios.

Desconfianza 

La DEA estadounidense no tiene mucha confianza en los organismos de seguridad de los países latinoamericanos, ya que estiman que estos últimos no se esfuerzan suficientemente para coordinar sus acciones a nivel regional y sospecha que en el accionar subregional también hay fallas  en las policías  y falta de colaboración entre los servicios de Inteligencia, entre los fiscales y en mayor medida  entre los diplomáticos y funcionarios de prisiones nacionales.

Carlos Malamud, catedrático de Historia de América  de la UNED e investigador del Real Instituto Elcano de España, hizo hincapié en que “se insiste en el remanido discurso  que separa a productores de consumidores, así como a víctimas de victimarios”. “En ese relato –profundizó-, los latinoamericanos  están en un solo lado: Los perdedores.

Malamud habla de la paradoja que representan las dictaduras militares al incorporar la ventaja de la integración  regional a su accionar durante la  pasada Operación Cóndor y hoy los carteles vuelven a hacer lo mismo.

Obviamente, entre los perdedores están los que en Rosario cometieron homicidios, produjeron lesiones graves, participaron de encubrimientos, efectuaron amenazas, concretaron extorsiones, fueron imputados de violaciones, abusos y portación y tenencia ilegal de armas de fuego, robo de celulares y de venta ilegal de estupefacientes -el delito “estrella” en Rosario-, y así podríamos seguir hasta hacer mención a todo el Código Penal Argentino, ya que en nuestra ciudad los delincuentes no se privan de nada. Saben muy bien  que ya no hay espacio libre en las cárceles ni en las seccionales barriales.

Me dicen –a modo de ejemplo-, que  la detección en un preso, de un celular, le baja el concepto que pasa por 6 estados: de pésimo a ejemplar. Si no lo agarran con el celular en la mano  es muy factible que el delincuente, desde el vamos, está “habilitado” para las salidas transitorias.

Así y todo, la policía es testaruda y en enero interceptó 192 aparatos. En la primera quincena de febrero 36 y entre el 15 de febrero y el 17 de marzo, 191. En Coronda se recuperaron 419 teléfonos, significando ello un promedio de 5, 5 diarios.

Cambios en el contexto narco 

El diputado provincial de Santa Fe, Carlos del Frade, tiene claro que “el contexto narco santafesino  ya no pasa en gran medida ni por Los Monos ni por la banda de Alvarado, ni por los Ungaro ni por los Funes”. Según el legislador, la cuestión fundamental  está “en la exportación desde el 24 de abril de 1978, cuando Jorge Rafael Videla y Hugo Banzer Suárez, de Bolivia acordaron mirar para otro lado, cuando, por año, se lograsen traficar  23 toneladas de cocaína por la actual Hidrovía”.

Las sobras del polvo blanco 

Más de cien kilos de cocaína fueron hallados abandonados en Rosario en una lancha al ‘garete’

Ya hemos apuntado en varias oportunidades que las organizaciones narcotraficantes, a nivel provincial asesinan o narco menudean por las  sobras de la cocaína. Para Del Frade, los 134 kilos de cocaína  hallados en el río por pescadores y secuestrados por Prefectura “no fueron producto del abandono apresurado de la droga, proveniente de Bolivia. Por el contrario, se dejaron exprofeso para que fueran hallados como una señal política internacional que presumiblemente generó el Primer Comando Capital, una agrupación asesina y a la vez empresarial, de la que también expusimos datos en Proyecto Escaño.

Del Frade estima que redes narcos controlan todo el Paraná. Además apuntó en una entrevista radial que “es difícil pensar que lo enunciado, por negligencia de la DEA, se produzca la exportación de la droga”. El legislador, en el reportaje antes explicitado, también  mencionó al boliviano Delfín Casedo, un importante narco metido en el negocio que nos ocupa.

Los mecanismos de traslados de grandes cargamentos de cocaína y marihuana son investigados por organismos internacionales  y el Comando Sur estadounidense admitió en su momento que trabajó en la planificación para controlar –desde afuera-, los traslados de cargas ilegales en la Hidrovía.

El diputado provincial  entiende que “no hay salida en el tema del tráfico de cocaína, si no se limpia la corrupción fronteriza  y no se hace lo propio con los nichos policiales de corrupción. Massa o Milei, gane quien gane en las elecciones, tendrán que hace ese trabajo para, además, combatir el lavado de dinero millonario que llevan adelante bandas regionales».

La Organización de las Naciones Unidas  ya ha referido que nuestro país  es la 2º exportadora  de metanfetaminas. Por los puertos de  Argentina exportamos cocaína y ya estamos en el 7º puesto  en lo atinente a la marihuana.

“Argentina tiene cocinas de droga desde 1977 –dijo para aportar datos-, esto es en plena dictadura”, aseguró Del Frade, “por lo que es importante cortar la articulación del dinero, cuestión que, evidentemente, nadie quiere terminar”.

La pesca de polvo blanco 

Para el diputado, “lo que pasó el sábado con los 34 kilos de cocaína encontrados, fue un llamado a la Prefectura para ser usada como medio de comunicación de estas bandas”, indicó sobre grupos delictivos de Colombia, Brasil y Bolivia.

Sobre este último país, señaló: “Es por esto que además de la imagen de Tony Montana se le agrega la de un delfín, vinculado a “Delfín” Cacedo, un importante narco de la zona de Bolivia”, explicó.

Narcovía  

Para dar sólo un ejemplo  de lo que señalamospodemos hacer mención a la detención de Julieta V., una influencer rosarina arrestada por formar parte de una organización  dedicada a la venta de drogas sintéticas en gimnasios. Era la novia “del mayor traficante de pastillas de Rosario”, según la apreciación del ministro de Seguridad Aníbal Fernández.  

La novia “Hot”, según Fernández –lo publicó en la red  social X-, fue apresada en la Peatonal Córdoba por la División Antidrogas de la Policía Federal. Su novio, Emiliano Tesera estuvo tras las rejas desde el año pasado.

En tanto, Julieta  fue excarcelada y luego la Sala B de la Cámara de Apelaciones rosarina decidió su captura, siendo atrapada  cuando salía de “hacerse las uñas”, según acotó irónicamente el propio Fernández.

Julieta diariamente se mostraba en fotos y haciendo rutinas en gimnasios de Rosario mientras promocionaba productos.

La caída de Emi Trix  

El nombre de Emi Trix lo utilizaba el novio de Julieta, antes de ser detenido el 12 de junio de 2022, junto a otras cinco personas, entre las que se contaba un policía, siendo acusados de venta de drogas sintéticas en fiestas  electrónicas  y  en gimnasios de Funes y Fisherton.

Emi Trix debió entregar 130 gramos de MDMA (éxtasis), 2.622 pastillas, 28 troqueles de LSD, 155,9 gramos de cristal, 170 gramos de cogoyos de marihuana, 3 pistolas calibre 9 milímetros (dos Bersa y una Browning), municiones, 823 mil pesos, 1200 dólares, 200 euros y 5 balanzas de precisión, según La Nación.

El manejo personal de Emi Trix, hizo recordar a quien esto escribe, el mismo nivel de vida  de otro narco que se paseaba por las calles rosarinas  en un auto Rolls Royse  y en una camioneta Hummer, sin levantar sospechas entre las autoridades: Mario Segovia.  

Segovia fue condenado  por narcotráfico, apresado por la Policía Federal, luego que se lo investigara  por tener propiedades  valuadas en millones de dólares obtenidos en sólo tres años.

El narcomenudeo en Rosario se expande a lo largo y ancho del territorio del municipio

A Segovia se lo consideraba  un “perro sin collar” o sea un personaje  sin vínculos  al que se podía adosar la culpa de otros narcos. No era detenido a nivel local y se presume que ello era así porque había un temor: No vaya a ser que se pusiera a hablar y se supieran cosas que, presumiblemente, pudieran obligar a la detención de “alguien importante”.

Emi Trix no era autista, por el contrario tenía contacto con  cómplices como el policía Leandro Walter M., hijo del comisario general retirado Walter M., todos dedicados al menudeo de drogas sintéticas y de diseño. El comercio de drogas sintéticas se incrementó en forma importante en la ciudad del Monumento Nacional a la Bandera.

Ya no hay quien no conozca en el universo de los consumidores de drogas sintéticas que  los pedidos se hacen a través de aplicaciones de mensajería encriptadas –como en el mundo de los espías- y la entrega muchas veces es a través de delivery o de manera directa   en fiestas. Se sabe que cuando se acerca un show, la venta de drogas sintéticas se incrementa.

Por ese motivo se  hizo un control exhaustivo  en las torres Maui, donde vive Alejo Marban López, de 24 años, un monotributista que se movilizaba en un BMW y  ocupaba un departamento con vista al río.

En el allanamiento del departamento, “Che Rolita”, como se hacía llamar Marban López, tenía un stock de 2860 pastillas de éxtasis un bidón de ketamina de cinco litros- que se utiliza en equinos-,  ocho frascos de popper, y 104 gramos de tusi, droga alucinógena visual y auditiva.

Expansión de bandas narcos en penales 

Un ejemplo del incremento del poder de los jefes narcos en las cárceles  lo tuvimos a partir de la llegada de  Brandon Bay  -jefe de Los Gorditos-,  a la prisión de Coronda, Entre Ríos.

Su poder había estado centralizado  en el sur rosarino, aunque su pretensión  era expandirse –como un empresario-, a la zona del cordón industrial santafesino.

Empezó desde abajo, instalándose  en el sector sur rosarino y luego hizo gestiones para tomar el Barrio Norte de San Lorenzo, generando acuerdos –presumiblemente- con policías.

Brandon Bay admitió “manejar San Lorenzo” en lo atinente a la venta de drogas  gracias a sus contactos con los sistemas de seguridad. Ahora Brandon sigue sus procesos, entre otros, por delitos como la venta de drogas desde la Cárcel Federal de Marcos Paz.

Brandon y su gavilla  eran reconocidos por su temeridad  desde mediados del 2015, en el Complejo Habitacional Fuerte Apache y en el barrio tiro Suizo. Hasta su tío Diego Bay cayó en la volteada, junto a la pareja de Brandon, Nair  Cintia Estrella y el resto de la banda  Fabiana Sandoval. Claudio Ríos y Juan Manuel Pera.

No pasó mucho tiempo hasta que la Agencia de Investigación Criminal  descubriera la “pata policial” en San Lorenzo, donde se detuvo al jefe de la comisaría 7ma, y al sumariante. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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