Por Ricardo Marconi (*)
SÉPTIMA PARTE
Si se comprobara la existencia de una civilización extraterrestre, los historiadores deberán reescribir la historia antigua, así como la moderna, así como sus teorías sobre los mitos y creencias. Un ejemplo de lo que enunciamos podemos referenciarlo en un episodio ocurrido en una reservación india de Dakota del Sur, Estados Unidos.
Allí un “plato volador” como se acostumbraba a referenciarlo, descendió en la llanura, frente una persona que rezaba. Según el testigo “era una nave de forma cóncava y su luz era brillosa.
De la nave emergieron pequeños seres, quienes hablaban diferentes idiomas hasta que lograron comunicarse con el indio que rezaba leyéndole la mente mientras lo miraban en silencio.
El indígena que los recibió dijo luego a las autoridades que le dijeron que “eran nuestros ancestros y que sus razas mejoraron a los terrestres mediante su ADN. Por eso ustedes los Dakota y los componentes de otras tribus son extraterrestres”, le dijeron.
A las autoridades también el testigo circunstancial les dijo que “hay relatos de otras tribus que hablan de abducciones para llevar indígenas al cosmos”.
11de octubre de 1973. Pascagoula, Mississippi. Estados Unidos
Calvin Parker, de 19 años y Charles Hickson, de 40, se hallaban pescando cuando vieron, imprevistamente, destellos luminosos en el cielo.
A los pocos minutos se quedaron como paralizados al visualizar, sobre ellos, una nave de forma elíptica con un tamaño equivalente a una cancha de fútbol norteamericano. Tras detenerse la nave sobre ellos tres robots descendieron y los llevaron por el aire a la nave, donde procedieron a examinarlos.
Parker admitió que estaba aterrorizado y no podía moverse luego de que le aplicaran una inyección. Dijo ante autoridades que “a mí y a mi compañero nos pusieron sobre una mesa, en un ángulo de 45 grados, mirando al techo.
Se notaba que los que nos secuestraron eran seres que funcionaban como robots por sus movimientos y luego se hizo presente un tercer componente de la tripulación. Era diferente y parecía ser la hembra de la especie. Sus manos eran normales y los dedos, en comparación con los nuestros, eran más grandes, aunque su cara podía considerarse normal”.
Agregó que el último ser aparecido “me pellizcó la mejilla con la mano izquierda. Luego me sujetó la mandíbula y me la abrió, para meterme sus dedos en la garganta hasta el fondo. La nariz me comenzó a sangrar y se ahogó, a tal punto que no podía respirar. Sacó los dedos y me dijo mentalmente que no quería hacerme daño.
Luego se retiró y convocó a una de las criaturas que nos habían subido al OVNI, quien me aplicó una segunda inyección, luego de lo cual a los dos nos tomaron del brazo y nos llevaron de nuevo al lugar donde estábamos pescando”.
El testimonio de Parker fue confirmado por Hickson ante el alguacil de la población que los interrogó sobre su experiencia.
16 de setiembre de 1994 Simbawe
En la escuela Ariel Ruwa, 62 niños jugaban en el patio de tierra, a 22 kilómetros de la capital cuando debieron interrumpir los mismos al mirar al cielo que se oscurecía y que la luz solar era obstaculizada por una nave, de la que descendieron seres que telepáticamente se dirigieron a ellos para comentarles lo peligroso que eran “los desarrollos peligrosos de nuestro planeta” y les dijeron, además, que “esos desarrollos amenazaban con generar el fin de la vida en la Tierra”. A algunos niños los invitaron a subir a la nave y el encuentro duró sólo 10 minutos”, según los alumnos.
Tan breve fue el encuentro que al advertir los docentes lo que estaba sucediendo corrieron al patio, pero la nave ya se estaba elevando para desaparecer en el cielo. A pesar de ello, los alumnos dieron detalles idénticos y consistentes a los docentes sobre el encuentro.
Vale hacer notar que la transferencia de datos entre los visitantes y los alumnos era telepática y el psiquiatra John G. Mack y otros científicos que analizaron los hechos, comprobaron que debían ser considerados como “del tercer tipo”.
Es necesario argumentar que la población mundial, en un 84% que la comunicación con seres extraterrestres continúe, a pesar de que las experiencias, a veces, no son satisfactorias.
Tom De Longe, un conocido músico que forma parte de un grupo de activistas con conexión con altas fuentes gubernamentales de Estados Unidos, asegura que “autoridades calificadas quieren hacer algo ambicioso respecto a los contactos con extraterrestres para que algo cambie positivamente a los efectos de que la humanidad avance, ya que en el 2017 aseguraron que EE.UU. sigue investigando a los Ovnis”.
El activista, sin embargo, admitió que “se quiere terminar con el secretismo, pero en condiciones controladas. Evidentemente pretenden justificar el peligro para seguir solicitando dinero con el argumento de lograr mayor seguridad”.
Recalcó De Longe que “Hay, al menos, 500 especies hacia arriba en la escala evolutiva que están por encima de nosotros por lo que hay miedo respecto del tema de la comunicación”.
Enero de 2015.Perú
La investigadora Chale Kloetzke filmaba un informe destinado a la investigación en las cercanías de Pisco, Perú sobe la temática de las pirámides desconocidas.
Estaba la investigadora acompañada por el alcalde de Pisco, Juan Mendoza Uribe, con quien llegaron a un lago donde el funcionario le comentó que “los pobladores y él mismo habían visto como naves bajaban hasta la superficie de las aguas para llevársela en las naves y los agricultores y granjeros la necesitaban para las plantaciones y los animales”.
A Kloetzke el alcalde no le pidió que avalara la evidencia física con filmaciones, ya que él y el resto de los pobladores ya tenían evidencia suficiente. Sí le pidió que tomaran imágenes y muestras del lago seco para intentar un análisis para determinar cómo se extraía el agua. Quería que alguien hiciera conocer al mundo lo que allí pasaba.
Sin duda, el contacto con extraterrestres será un punto de inflexión en la historia humana, ya que puede desencadenar una fuente ideas sobre problemas del planeta, la desigualdad social y los avances tecnológicos. Si eso llegara sorpresivamente ¿estaríamos listos para ese momento?
Según Michael Master, un antropólogo biológico reconocido “El tema podría producir inestabilidad política si hubiera una entidad más avanzada que nosotros”.
Master opina que la cuestión aludida “quizás profundizaría la carrera armamentística para alcanzar lo que otros están haciendo y tal vez nos den algunas tecnologías que no sean armas, pero sí nos proporcionen conocimientos para curar enfermedades, ya que –al parecer-, conocen más de genética y ello nos alejaría de males físicos en gran número”.
“También podrían ayudarnos en la temática de la descontaminación de la Tierra. Hay mucha gente enojada por el ocultamiento y los ocultadores están muy preocupados por señores culpables y por la reacción mundial de la sociedad”, acotó.
Amenaza potencial
Para muchos de los habitantes del orbe, al no identificarse, los Ovnis representan una amenaza potencial y estiman que deberíamos enfrentar a quienes los conducen. La oposición expone que los alienígenas no son una amenaza por estar miles de años más adelantados que nosotros y al tomar contacto con ellos aceleraría la evolución y la conciencia humana.
Mari Rodwell, iniciadora de la fundación The Australian Close Encouter Resorces opina que “nos están preparando para un nivel más alto de conciencia, con más pacifismo y más empatía”.
Muchos avistamientos parecen estar conectados con nuestra conciencia y puede que tengamos una conexión aún desconocida con las entidades que nos “visitan”.
Kevin Day, es un controlador aéreo que se desempañaba en la Fuerza Aérea de Estados Unidos y ha dejado trascender que, en lo personal, está casi seguro que quienes conducen los Ovnis “pueden leernos la mente”.
Durante un intento de intercepción de una nave alienígena supieron de una orden secreta que varía en cada misión, que un controlador de aviones interceptores comunicó a un piloto y la nave a interceptar, en segundos se ubicó a 100 kilómetros de donde estaba. Ese mecanismo mental evita que los objetos voladores no identificados puedan prevenir hostilidades.
Es por ello que los militares argumentan que, para ese tipo de casos, lo esencial es “no dar la impresión de ser hostil con los extraterrestres”, ya que mediante la telepatía y otras habilidades poseen ventajas inconmensurables. Es mejor tratar de buscar los medios comunicacionales para obtener cambios en favor de nuestro mundo científico.
La curiosidad humana ¿es universal?
Hay especialistas que creen que la curiosidad existe en todos los seres del cosmos y con ella buscan a otros que posean ese lado instintivo. Otros científicos presumen que “tenemos el ADN de unas doce especies no humanas”, lo que implica que somos parte de ellos y piensan que con nuestras frecuencias mentales podríamos destruir la Tierra.
Un tercer grupo presupone que nuestro ADN ha sido llevado por toda la galaxia. Y forma parte de seres de otros planetas. Seguramente hay otras presunciones científicas, pero las desconozco.
Verano de 2017
Un grupo de gente en las cercanías de las montañas Sumaba, en la República Checa salió a caminar y vieron como un grupo de vacunos se reunió de golpe a un lado del camino y uno de los paseantes miró instintivamente al cielo, encontrándose con un OVNI negro.
Zoenek Sokol , otro de los caminantes, también lo advirtió y se dio cuenta que tenía un formato de diamante, con una altura de 7 metros, mientras que un tercer componente del grupo, Lucas Orozo dijo, al ser luego interrogado, que la nave “tenía líneas no muy rectas ni claras y no se hallaba lejos del grupo”.
Petr Vacher, el que primero vio al OVNI acotó que “no hacía ruido y que se fue detrás de los árboles”. La opinión de un cuarto individuo sintió mentalmente que le decían “les damos tiempo para cambiar y para salvar a la naturaleza y a los animales”.
Según él, en ese instante pensó que quizás “vengan ellos a salvarnos. Eso depende de nosotros y de que no destruyamos el planeta”.
“Evidentemente hay demasiado en juego, ya que estamos lidiando con algo extraordinario que merece atención científica y académica”, advirtió Vacher.
Código Aurora
Los programas secretos se mantienen en seguridad estricta para que no se produzcan filtraciones, aunque como ya señalamos, se han dado casos en ese sentido. Es que negar cierta información le da a Estados Unidos la ventaja de estudiar tecnología confidencial como ya han sido el caso del denominado Código Aurora.
A los científicos estadounidenses les interesa extraer de las naves presuntamente extraterrestres caídas, los sistemas de propulsión y de la aceleración generada en segundos.
Hay que recordar que Tesla trabajó sobre enormes cantidades de energía eléctrica para crear naves con extraordinarias capacidades de vuelo y lograr la propulsión antigravitatoria con ayuda de bio sensores de inteligencia artificial que recién ahora se está desarrollando en un buen nivel de escala, la que sería la base de la tecnología de los Ovnis.
Documentos parciales de Tesla fueron -como ya hemos explicado en anteriores columnas-, confiscados a su muerte por el FBI y el coronel Philips J. Corso, quien dedicó a Tesla un capítulo de su libro “The Day After Roswell” (El día después de Roswell).
Cuando Corso era mayor en el Fuerte Bliss, Kansas, EE.UU., en julio de 1947, se presentó en el Tribunal del Distrito de Scoftsdale, Arizona, para brindar un informe considerado inusual. Era una disputa ente Corso y el Ejército norteamericano. El reconocido militar declaró bajo juramente de decir la verdad el 6 de julio de 1947.
“Una criatura no humana”
Dijo, sin preámbulos, que en Fort Ryley, Kansas, vio el contenido de una carga especial llevada en secreto a la base.
“Levanté la tapa, vi un cuerpo flotando en un líquido. Lo observé por sólo 10 o 15 segundos –su declaración, me dicen, está filmada y grabada-, y agregó que era “el cadáver de una criatura no humana, de un metro y 20 centímetros, aproximadamente. Sus manos tenían 4 dedos y sus piernas eran delgadas, mientras que su cabeza era extremadamente grande y en forma de bombilla de la luz, sin cejas ni pelos”, puntualizó Corso.
“Tenía sólo una pequeña ranura plana como boca, la que estaba cerrada. Parecía más una arruga o una hendidura entre la nariz y la parte baja del cráneo que era como un mentón, más que un orificio”, detalló un hombre dedicado a temas de Inteligencia militar.
Corso se detuvo, cerró la caja y se retiró con el custodio al que no quiso meter en un problema de secreto militar. Al salir, Corso le preguntó al guardia ¿De dónde vino eso? Y el custodio respondió: “Vinieron cinco camiones desde un aeródromo de Nuevo México”. Cabe recordar que, en 1961 Corso era un coronel que trabajaba en la Casa Blanca. (Jackemate.com)
(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política