Por Ricardo Marconi (*)
El 30 y 31 de octubre próximo –con la propuesta de que se adelante la fecha-, Italia tiene previsto impulsar una cumbre del Grupo de los 20 (G-20) para analizar concienzudamente la situación imperante en Afganistán. Sería muy probable que se invite al presidente argentino Alberto Fernández.
El canciller ruso Sergey Lavrov se reunión en Roma con el primer ministro italiano Mario Draghi, quien preside el G-20, un foro que agrupa a los países más importantes del orbe, siendo Argentina uno de los componentes.
Draghi, luego se comunicó con el presidente indio Narendra Modi sobe idéntica cuestión, a los efectos de consolidar posiciones sobre una cuestión primordial: la seguridad fronteriza para evitar filtraciones terroristas.
Lavrov habría insistido en su conversación con Modi en invitar a los países vecinos a Afganistán, “que son los que más sufren las consecuencias bélicas”.
Objetivo: prolongar evacuaciones
Pudo saberse extraoficialmente que se buscará que se prolonguen las evacuaciones del territorio afgano, ya que se calcula que aún hay miles de personas dispuestas a irse por vía aérea y los talibanes no les permiten salir de Afganistán, aunque –vale aclararlo-, se estima que ya medio millón de afganos cruzaron las fronteras y otro gran número de habitantes abandonaron dicho territorio, debido a que los insurgentes no poseen suficientes militantes para controlar las fronteras.
Alimentos argentinos
Hay insistentes versiones que indican que, en la conversación entre los funcionarios ruso e italiano, también se dialogó acerca del posible pedido de aporte de alimentos a Argentina para enviarlos a una población que, en semanas, probablemente comenzará a sentir con fuerza los problemas vinculados con una creciente hambruna, fundamentalmente en zonas periféricas de las ciudades principales de Afganistán.
El proyecto islamista checheno
Como si lo que acontece en Afganistán no fuera suficientemente grave y caótico, la inteligencia soviética le habría hecho saber a la CIA que la gente que depende del terrorista Doku Umárov pudo haber dirigido ataques que se generaron en la frontera de Rusia y con Afganistán y Pakistán. Umárov ocupó el lugar en el proyecto de la Yihad Universal tras la muerte de Aslán Masjádov.
En anteriores columnas ya indicamos que la inteligencia pakistaní pudo haber apoyado a los talibanes, mientras que los rusos, preventivamente, ante los últimos sucesos en Afganistán, adoptaron un mecanismo de control que denominó “multidimensional”, el que habría sido copiado de la inteligencia inglesa.
Hoy por hoy esto es imposible de aplicar tras el retiro de fuerzas norteamericanas. Vale puntualizar que los rusos, al invadir Afganistán designaron “presidentes civiles” en las repúblicas del Cáucaso Norte, donde el presidente ruso Putin intentó controlar a los terroristas y a la cúpula policial, fundamentalmente en la región de Ingushetia, la más afectada por el terrorismo de Umárov, quien ha sido investigado por ejecuciones sin juicio previo y el rapto de personas.
Los rusos combatieron el proyecto islamista checheno, ante el incremento del accionar terrorista en Chechenia, por lo que los primeros decidieron aplicar una política aislacionista.
Umárov, jefe de los rebeldes habría indicado que su “emirato” debe formar parte de la “Umma Islámica” que combatió en Afganistán, entre otros países para “traspasar lo étnico y acoger el universalismo”. (Jackemate.com)
(*) Licenciado en Periodismo – rimar9900@hotmail.com