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Por Ricardo Marconi (*)

El titular del Gobierno norteamericano, Joe Biden, aprovechó la presencia de la canciller alemana Ángela Merkel, quien está de visita en Washington, para compartir con ella una conferencia de prensa. Biden destacó en la reunión con la prensa que “el gobierno de la isla ha fracasado y Cuba es un Estado fallido que reprime a sus ciudadanos”.

Agregó el presidente: “hay una suerte de cosas que yo consideraría hacer para ayudar al pueblo cubano, pero ello requeriría una circunstancia distinta, o una garantía de que el gobierno no se aprovecharía de ellas, por ejemplo, la capacidad de enviar remesas a Cuba».

El presidente Biden pensó al señalarlo “en la confiscación de las remesas por parte del gobierno, o al menos buena parte de ellas”.

El presidente de EE.UU., en cuanto a la crisis sanitaria estaría preparado para donarles cantidades significativas de vacunas”, aunque agregó: “lo haría si se garantizara que un organismo internacional administre las vacunas para que los ciudadanos de a pie tengan acceso a ellas”.

Cuba tiene la vacuna Abdala, con una efectividad de 92,28% y la Soberana02, con 91,2%, con un esquema de 3 dosis. Ya se aplicaron 7 millones de dosis en una población de 11,2 millones de habitantes y está previsto que en setiembre se vacune a niños de 3 a 18 años. Biden analiza la probabilidad de dar acceso a Internet en la isla, pero no se rehabilitó el sistema.

Tristes récords

En Cuba hay récords de contagios y de muertes diarias por Covid-19 y se viene repitiendo el alto número de casos desde las últimas semanas. Lo cierto también surge, respecto de las manifestaciones públicas, en torno a las dificultades económicas y por ello se decidió una elevación de los salarios y el turismo –una de las mayores fuentes de ingresos del país-, está paralizado.

Está claro que fueron los jóvenes quienes participaron en mayor medida de las manifestaciones que se expresaron contra el incremento de la inflación, la falta de energía y de comida, motivo por el cual el gobierno admitió la autorización para que puedan los cubanos importar alimentos y elementos de primera necesidad.

Faltantes

Joe Biden enfrenta uno de sus primeros conflictos políticos de la región

En la anterior crónica se referenciaron necesidades elementales que sufren los cubanos y en la presente columna agregaremos otras no menos ostensibles. Profesionales de la salud indicaron a quien esto escribe que en Cuba “faltan agujas para aplicar inyecciones y jeringas” y agregaron al unísono: “Si no fuera porque económicamente resulta imposible irse de la isla para ejercer la medicina en el exterior, faltarían médicos. Ni hablemos de enfermeros”.

Un tema menor pero indicativo del nivel elemental de necesidades no cubiertas: Los regalos que adquiere el cubano o los turistas, son envueltos en los comercios, en la vía pública y en los hoteles 5 estrellas con papel del diario oficialista y único que circula en la isla.

La bolsita, que clásicamente los rosarinos utilizamos para arrojar residuos en los contenedores, es un bien muy apreciado por su casi inexistencia y los biromes son reemplazadas por lápices a la hora de escribir.

Cuando el turismo aún no estaba afectado por el Covid-19, parejas y matrimonios e incluso turistas solitarios, eran abordados permanentemente en las calles de la Habana, siempre frente a almacenes cubanas por mujeres con un amplio dominio de varios idiomas, que piden ayuda y cuando los paseantes instintivamente meten la mano en sus bolsillos, eran detenidos en su accionar.

Es que las cubanas no querían dinero, sino que pedían que el turista ingrese al local comercial para comprar algún producto de primera necesidad para sus hijos, con la promesa de restituir lo gastado “ya que a nosotros no nos permiten ingresar con dinero extranjero”, dicen con marcada amargura.

Mientras en Rosario los ediles hacen lo indecible para resolver el problema de los recicladores de residuos, que utilizan carros y bicicletas, el centro de La Habana está “invadido” por carros a tracción a sangre para pasear a turistas. Si los concejales viajaran a Cuba les da un ataque cardíaco.

Los cubanos utilizan sus automóviles de la década del 50 y sus bicicletas con asientos anexados e incluso motos para dar “un paseo de una hora a los turistas” y por supuesto “cobran un dólar o pesos cubanos”.

Casi no existen cubanos gordos ya que pedalean todo el día a la fuerza y los turistas, ante el primer impacto visual piensan en las ciudades pobres de la India. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – rimar9900@hotmail.com

 

 

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