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El Estado Islámico (ISIS), en el inicio de su retirada militar, al parecer agotado económicamente  por  ejércitos  que quieren su desaparición de la faz de la Tierra, antes de abandonar   importantes extensiones  de Siria, se dedicó –y aún lo sigue haciendo-,  a saquear y destruir los sitios arqueológicos  de una región que es conocida   como la Cuna de la Civilización”

El ISIS, en su estela de destrucción dejó el Arco del Triunfo demolido  en Palmira, una antigua ciudad localizada en el corazón de Siria, utilizada  durante siglos  por las caravanas que transitaban por la Ruta de la Seda.

De esta manera, el umbral a las ruinas de la columnata  de la ciudad, que databa del período romano,  se convirtió en terrones de material.

Así se perdió otra porción de la herencia cultural de Irak y Siria, desaparecida  por la detonación de explosivos. Videos producidos por la National Geographic –reproducidas a nivel mundial-, muestran en estado  en que quedó el Templo de Baalshamin, de 1.900 años de antigüedad.

En tanto, en otras grabaciones de imágenes, generadas por los mismos destructores, se ven los destrozos producidos en el Museo de Mosul, en Irak, así como el arrasamiento de altares cristianos e incluso musulmanes.

Esto último es significativo: Los extremistas islámicos llevan adelante dicho plan sistemático de destrucción  de sitios antiguos por razones religiosas y en sus acciones demenciales hacen volar  tumbas y altares construidos por sectas musulmanas, argumentando idolatría  para justificar sus acciones.

Saqueos

Paralelamente,  la cúpula del ISIS decidió recurrir al saqueo para reunir fondos, destinados al financiamiento de sus operaciones militares que ya han producido centenares de miles  de muertos y millones de desamparados. 

El historiador Christopher Jones, de la Universidad de Columbia, quien hizo una crónica de los daños en su blog, señaló en la misma: “El Estado Islámico cree estar recapitulando la historia antigua del Islam”.

Cuando el ISIS ocupó militarmente la población siria de al-Qaryatain, cerca de Palmira, también se apoderó del monasterio cristiano de Mar Elian, erigido en homenaje a un santo del siglo IV y de inmediato derribó sus muros.

Asimismo, en Apamea, una ciudad comercial de la era romana fue saqueada  y de su superficie se han extraído mosaicos romanos  para ponerlos a la venta. Las versiones son insistentes en lo que concierne a que el ISIS: También obtuvo ganancias del tráfico de artefactos antiguos en un nivel que habría alcanzado a decenas de millones de dólares para adquirir armas.

Los saqueadores también se apoderaron de bienes materiales que formaban parte del asentamiento griego  Dura-Europos, en el Éufrates, en cercanías con la frontera siria con Irak. Allí se hallaba una de las iglesias cristiana más antiguas del mundo, una sinagoga decorada y templos de la Era Romana. Aviones de reconocimiento revelan un paisaje lleno de cráteres como prueba de la destrucción que dejaron los saqueadores.

A esto hay que sumarle la ciudad de Mari, florecida en la Edad de Bronce, entre 3000 y 1600 A.C…

Allí arqueólogos descubrieron palacios, templos y archivos escritos en tablillas de arcilla que dan cuenta sobre los primeros tiempos de la civilización  en esa región. En el lugar, por datos satelitales se comprobó que se produjeron saqueos sistémicos.  

Otros sitios de Irak destruidos por ISIS

Irina Bokova, directora general de la UNESCO, calificó a la destrucción de Hatra, en Irak, por parte del Estado Islámico, como un punto de inflexión en la espantosa estrategia de limpieza cultural desatada”.

Hatra  fue construida en el siglo III A.C., resultando ser la capital de un reino independiente  en los límites del Imperio Romano, con una arquitectura que combina elementos griegos y romanos, los que se fusionan, a su vez, con características orientales.

Resulta penoso que ISIS destruyera una ciudad designada Patrimonio Mundial de  la UNESCO en 1985. Fue allí que en 2014  utilizó la ciudad como un campo de entrenamiento  y un depósito de municiones y en abril de 2015  fueron los combatientes del ISIS que, en un video, se mostraban  empuñando mazos y armas automáticas  destruyendo esculturas en varios de los edificios.

Quienes cursaron la escuela secundaria en nuestro país y debieron aprobar la materia Historia de las Civilizaciones, seguramente  recordarán el imperio de Asiria, el que se extendió por Medio Oriente hasta controlar gran parte del mundo antiguo, entre el 600 y el 900 A.C.

Allí los reyes asirios  gobernaban el reino  en el que hoy es el territorio norte de Irak. Una de las diversas capitales  fue Nínive, que se expandió  bajo el emperador asirio Senaquerib, alrededor de 700 A.C. Incluso, en determinado momento histórico del mundo, Nínive fue la ciudad  más grande del mundo.

Lamentablemente, en 2014,  en el proceso de ocupación del ISIS,  fue un objetivo del Estado Islámico, debiéndose tener en cuenta que parte de la ciudad se ubica en las afueras de Mosul, la antigua capital asiria y, precisamente, muchas esculturas del sitio estaban albergadas en el Museo de Mosul, siendo dañadas las que se encuentran en la antigua  Puerta de Nirgal, en Nínive.

Incluso, los terroristas saquearon bibliotecas de Mosul y sus universidades, de donde robaron manuscritos y miles de libros  que habrían estado apareciendo  en el mercado ilegal del arte.

La Biblioteca Central de la Universidad de Mosul fue volada –construida en 1921-, siendo arrasados miles de manuscritos e instrumentos que usaban  los científicos árabes. Era el segundo más grande de Irak, después del de Bagdad (Irak).

Marguerete Van Ess, directora de la oficina de campo en Irak, del Instituto Arqueológico Alemán, admitió: ““No tenemos fotografías que muestren cuál es la extensión del daño. La única información que tenemos por ahora proviene de los habitantes y del Ministerio de Antigüedades iraquí”.

Destrucción con excavadoras

Otra de las ciudades que sufrió la calamidad del ISIS fue Nimrud.  Fue la primera capital asiria, fundada hace 3.200 años. Su opulenta decoración reflejaba el poder y la riqueza del imperio. Arqueólogos británicos excavaron el sitio en la década de 1840 y enviaron docenas de esculturas enormes a museos de todo el mundo, incluidos el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y el Museo Británico de Londres. Sin embargo, muchos originales permanecieron en Irak.

El sitio es inmenso, ya que una muralla de tierra rodea una superficie cercana a las 365 hectáreas y de informaciones suministradas por el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Irak,  surge que el ISIS utilizó excavadoras  para derribar el lugar.

Lo positivo,-si es así como el lector quiere considerarlo-, es que como el lugar no se desenterró en su totalidad, una parte sigue bajo tierra, protegida.

De Khorsabad, otra antigua capital asiria, ubicada a pocos kilómetros de Mosul no hay una información pormenorizadas del sector atacado por la organización terrorista.  El palacio de la ciudad fue construido entre el 717 y el 706 A.C., por el rey Sargón II y hoy muchas estatuas, retiradas se encuentran actualmente en el Museo Nacional de Irak, en Bagdad.

El monasterio Mar Behnam, fundado en el siglo IV, mantenido por  monjes católicos siriacos sucumbió a las hordas del ISIS, que  utilizaron en el lugar explosivos para destruir la tumba principal con sus tallas y decoraciones.

También fue dinamitada la mezquita del profeta Yunus, en Mosul, dedicada al personaje bíblico de Jonás, a quien los musulmanes consideran un profeta. La mezquita había sido edificada  sobre uno de los dos montículos que componían la ciudad de Nínive.

Otro mausoleo dinamitado  fue el de Imán Dur de la época medieval islámica, considerado como un modelo de  la arquitectura de ese tiempo.

De la destrucción al tráfico

Las agencias de inteligencia europeas tienen claro que ISIS está pasando de la destrucción masiva a la especulativa, ya que  tendrían datos precisos sobre tráfico de antigüedades del Siglo I A.C., que son sacadas de Siria.

Luego son vendidas en casas de antigüedades, fundamentalmente en Inglaterra.

Allí, ha podido establecerse, Scotland Yard habría contratado a una mujer especializada  en combatir el tráfico de arte y como puede suponerse sin ningún esfuerzo intelectual, habría bandas especializadas en el mercado negro, dedicadas a abastecer a la creciente clientela de coleccionistas de Londres, París y de Estados Unidos.

La especialista, de mediana edad, cuya identidad se reserva en la inteligencia inglesa, ha detectado que las obras de arte  son pasadas a Europa a través de Bulgaria, donde lo obtenido se vende,  cada pieza, en un promedio de 10.000 a 50.000 dólares.

Pero este no es un negocio para cualquiera. Lo que el ISIS no destruye y vende es analizado minuciosamente  por compradores con mucho conocimiento y por “copistas”, que adquieren el original y se dedican a su reproducción precisa,  difícil de detectar como falsa.  

Esto también se  da respecto del tráfico de manuscritos orientales de los siglos X a XIII, felizmente rescatados en su gran mayoría por el sacerdote  dominico Najeeb Michael, quien recientemente, en una nota del diario Clarín, señaló que logró “salvar de las garras de la destrucción a 3.500 manuscritos el 6 de agosto de 2014”. (Jackemate.com)

 

(*) Periodista

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