¿Qué puede haber detrás de las afirmaciones del gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, al sostener que su sucesor en
“Qué te puedo decir más que una verdad: Mantener vivo su proyecto personal en la provincia, y evitar el avance de otros sectores internos de nuestro partido (el socialismo)”, aseguró mi amigo.
Fue tan rápida como bisturí eléctrico su respuesta a mi inquietud, lo que me hizo repreguntarle a mi amigo si Binner realmente confía en Miguel Lifschitz (intendente de Rosario) y en Rubén Giustiniani, senador nacional santafesino y presidente a nivel nacional del Partido Socialista.
“Claro que no. No les tiene la más mínima confianza el suizo y, para colmo, teme que otra vez sea víctima del avance político sobre cargos de alta responsabilidad de gente del binnerismo de sectores socialistas que responden a Lifschitz o a Giustiniani”, me espetó mientras tranquilo degustaba una segunda media luna dulce.
Es tan así le dije a Cachito, un amigo que hizo conmigo la secundaria allá por los años 70.
“Pero claro Alfil, Antonio Bonfatti es al único que le tiene confianza ciega, porque hace muchos años que caminan juntos un mismo camino, de rosas o de espinas, pero siempre juntos”, me respondió Cachito.
"Y te digo más para tu conocimiento. Ninguno de los Migueles del socialismo rosarino (Lifschitz y Zamarini, este último presidente del Concejo Municipal) serán bendecidos por Binner para ser candidato a intendente de Rosario, porque el suizo les bajo el pulgar y lo quiere en ese lugar al jefe del bloque del FPCyS, Raúl Lamberto”, se apresuró a contarme.
Antes de levantarse de la mesa y despedirse ya cerca del mediodía de este feriado administrativo público que se vivió en esta ciudad por el Día de
Si es verdad todo lo contado, me parece se vienen tiempos tormentosos en el horizonte político santafesino del Frente Progresista. (Jackemate.com)