Por Ricardo Marconi (*)
Las relaciones bilaterales entre Argentina y Turquía se llevan adelante mediante la Embajada de nuestro país en Ankara y la turca en Buenos Aires, respectivamente. En el conflicto de las Islas Malvinas Turquía apoyó al Reino Unido y el reconocimiento del genocidio armenio agrió las relaciones entre los dos países. Los contactos diplomáticos entre los dos países se volvieron difíciles durante el conflicto bélico de la Guerra de las Malvinas, ya que el gobierno turco se alineó en plenitud al Reino Unido.
En 1992, el presidente argentino, Carlos Menem, visitó Turquía como primer jefe de Estado latinoamericano en visitar Turquía. El 24 de abril de 2007, el Parlamento argentino promulgó un proyecto de ley titulado «Día de acción para la tolerancia y el respeto entre los pueblos por la memoria del genocidio armenio», reconociendo así el genocidio armenio a pesar de las reivindicaciones internacionales turcas de que no puede clasificarse como genocidio.
Turquía, como era de esperar, deploró y rechazó el proyecto de ley y en un comunicado oficial declaró que era «poco ético y lejos de ser serio».
En 2007, el embajador de Turquía en Buenos Aires, Hayri Hayret Yalav, fue convocado para consultas en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Ankara para revisar las relaciones bilaterales que nos ocupan.
Turquía y Argentina firmaron un acuerdo comercial y en 2008 las exportaciones turcas a Argentina ascendieron a 35 millones de dólares, mientras que las argentinas a Turquía sumaron 221 millones de dólares. Argentina es el tercer socio económico más grande de Turquía en América Latina después de Brasil y México.
Cooperación nuclear
Los argentinos y turcos, en 1998, mediante sus organismos diplomáticos llegaron a un acuerdo de cooperación nuclear de 15 años, luego de la campaña turca por la independencia del ciclo de combustible nuclear.
En su momento Argentina acordó analizar la factibilidad de construir un PWR de 300 MWE, diseñado por la Empresa Nuclear Argentina de Centrales Eléctricas, mientras dicho organismo exploraba ot4ras alternativas sobre el ciclo de combustible.
En octubre de 1990, las empresas turcas Sezai Turkes-Fevzi Akkaya y TEK formaron un acuerdo conjunto de ingeniería con la Comisión Nacional de Energía Atómica e Investigaciones Aplicadas para desarrollar dos reactores CAREM-25, uno en cada país, cuya construcción comenzaría en 1991 en la Argentina y en 1992 en Turquía.
El ex primer ministro turco Turgut Ozal y el presidente argentino Carlos Menem negociaron personalmente el acuerdo. Sin embargo, el mismo fue cancelado un año más tarde debido a la presión internacional, debido a las preocupaciones de la proliferación nuclear.
Fuerzas armadas turcas
Las Fuerzas Armadas de Turquía (FAT) consisten en el Ejército y la Armada, con inclusión de la Aviación Naval y de Infantería de Marina, la Fuerza Aérea, la Gendarmería y los guardacostas que funcionan como componentes de las fuerzas de seguridad interna en tiempo de paz, y están subordinadas al Ministerio del Interior de Turquía.
En tiempos de guerra, están subordinadas al Ejército y la Marina. Ambas tienen funciones policiales y militares.
Después de convertirse en un miembro de la OTAN el 18 de febrero de 1952, Turquía inició un programa integral de modernización de sus Fuerzas Armadas. Hacia el final de la década de 1980, se realizó un segundo proceso de reestructuración.
Las FAT, con una fuerza combinada de tropas, de alrededor de 1.042.850 soldados, es la segunda mayor fuerza militar de la OTAN -después de los EE. UU.). Hasta 36.700 tropas pueden ser estacionadas en el norte de Chipre como parte de la Fuerza de Paz Turcochipriota.
Pronóstico
Los partidarios de la Unión Europea (UE), como una superpotencia pronosticaron que la adición de las Fuerzas Armadas de Turquía en la estructura militar de la UE le permitiría ser un jugador verdaderamente global.
Las FAT actualmente participan en los grupos de combate de la UE, bajo el control del Consejo Europeo, y como parte del grupo de combate ítalo-rumano-turco. También contribuye con efectivos operativos en el Eurocuerpo.
Las raíces militares turcas
El Ejército turco tiene sus raíces en el resto de las fuerzas otomanas heredadas después de la caída del Imperio Otomano, al final de la Primera Guerra Mundial.
El auge del nacionalismo turco en Anatolia, bajo el liderazgo de Mustafá Kemal Atatürk, condujo finalmente a la victoria en la guerra de la independencia de Turquía, y posteriormente a la fundación de la República de Turquía, al tiempo que estas fuerzas se reorganizaron en el ejército turco.
En la Segunda Guerra Mundial Turquía permaneció neutral hasta las etapas finales de la Segunda Guerra Mundial, manteniendo distancia entre las fuerzas del Eje y los Aliados, a pesar de que en la Segunda conferencia de El Cairo (1943) Roosevelt, Churchill e Ismet Inonú llegaron a un acuerdo para que Turquía contribuyera a los Aliados bloqueando el acceso del Eje a las reservas de petróleo de Oriente Medio.
Turquía participó en la Guerra de Corea como un estado miembro de las Naciones Unidas y sufrió 731 muertes en combate. Turquía el 18 de febrero de 1952 se convirtió en miembro de la OTAN, a la vez que inició su programa de modernización de sus fuerzas armadas.
«Debemos la salvación de miles de tropas de Naciones Unidas, de quedar con certeza rodeadas al heroísmo de los soldados turcos. Los soldados turcos en Corea añadieron una nueva página inolvidable de honor a las leyendas y costumbres de heroísmo de la nación turca» recalcó Emanuel Shinwell – Ministro de Defensa del Reino Unido.
Campaña contra el PKK
A partir de la década de 1980 las fuerzas armadas turcas han estado implicadas en una prolongada campaña contra el PKK, una milicia integrada por miembros de origen kurdo, tanto nacionales como extranjeros, considerada una organización terrorista por la mayoría de los miembros de la UE y los EE. UU.
En el curso de la campaña que ha involucrado frecuentes incursiones en la vecina Irak, muchas comunidades rurales kurdas fueron arrancadas en un esfuerzo para limitar la base logística del PKK. Estas acciones de la FAT han dado lugar, a mediados de la década de 1990, al abandono de más de 3.000 pueblos kurdos, mientras que según cifras oficiales 378.335 kurdos han sido desplazadas o permanecen sin hogar.
Deberes y doctrina de defensa
El Estado turco se encuentra en una región de vital importancia y dificultad, con diferentes regímenes políticos, religiones, sistemas económicos y los poderes militares. Debido a su posición estratégica, rodeada por el mar Negro, y los mares Egeo y Mediterráneo, así como los Balcanes, el Cáucaso y el Oriente Medio, es un punto focal donde interceptan las líneas internacionales geoestratégicas y las rutas de los tres continentes de Europa, Asia y África. Turquía, que controla los estrechos del Bósforo y de los Dardanelos, también está bien posicionada para el control del Canal de Suez y por consiguiente, del tráfico marítimo en la región.
El este y sudeste de Anatolia son las rutas más cortas por tierra y transporte aéreo a los vastos recursos energéticos en el Oriente Medio. Los cambios radicales están teniendo lugar en la región alrededor de Turquía, y estos cambios traen consigo importantes retos. Mientras que las incertidumbres en el contenido y la duración de estos cambios siguen, Turquía se mantiene firme como un elemento de estabilidad en la región.
En este entorno de incertidumbre, la amenaza a la seguridad de Turquía ya no está compuesta sólo de los distintos regímenes y competencias militares en la región, sino también de la inestabilidad política, económica y social, los conflictos fronterizos, las luchas de poder y el terrorismo.
Además de las crisis regionales, las Fuerzas Armadas de Turquía deben —sobre la base de las decisiones políticas— también estar preparadas para responder a las crisis que constituyen una amenaza para la paz mundial.
Con estricto apego al principio de Atatürk, «Paz en casa, paz en el mundo», las Fuerzas Armadas de la República de Turquía están decididas a no tener ninguna intención agresiva, pero asimismo tomar medidas cuando la independencia del Estado turco y la seguridad y el honor de la nación turca sea atacada, en paralelo con los ideales comunes de las organizaciones internacionales y los tratados de los que Turquía es miembro y signatario.
Como miembro de la Alianza OTAN, la República de Turquía apoya plenamente las iniciativas en pro del desarme mundial y el control de armamentos. En este contexto, Turquía se ha comprometido a un plan de desarme mundial que se realiza bajo un mecanismo de control eficaz, que no afecta negativamente a la seguridad de cualquier nación.
Turquía, teniendo gran importancia como el último eslabón dentro de la cadena de defensa de la OTAN, debe tener una poderosa capacidad de defensa nacional y un ejército fuerte que esté listo para reaccionar de manera eficaz contra los peligros potenciales. Los principales elementos de la Doctrina de Defensa turca, son la determinación de la defensa nacional, la solidaridad de la OTAN y la lealtad a las Fuerzas Armadas de Turquía.
Fuerza activa
Las Fuerzas armadas de Turquía poseen una fuerza superior activa de 612,600 efectivos y el Ejército de tierra turco tiene alrededor de 512,300 miembros de personal activo.
Turquía firmó un memorándum para la adquisición de un conjunto de 116+8 F-35A Lightning II. Puede llevar a cabo operaciones de asalto aéreo con una capacidad de elevación de hasta seis batallones a la vez, día y noche.
Aviones y barcos
La Fuerza Aérea de Turquía es una de las fuerzas aéreas más antiguas en el mundo y opera una de las mayores flotas de aeronaves de combate de la OTAN. En su larga historia, muchos famosos ases y pioneros de la aviación han servido en la Fuerza Aérea de Turquía, incluyendo a Sabiha Gökçen, la primera piloto de combate del mundo.
Apoyada por la capacidad de reabastecimiento en vuelo de la FAT, los aviones de combate de la Fuerza Aérea de Turquía pueden participar en operaciones internacionales y ejercicios en todos los continentes más importantes y regresar a sus bases. La Fuerza Aérea tiene alrededor de 65,000 efectivos.
La Armada turca ha sido históricamente una de las mayores potencias navales del Mediterráneo. Con el apoyo de la reposición de sus buques, la Armada de Turquía puede participar en operaciones internacionales y prácticas en todos los mares y los océanos principales del mundo. Submarinos individuales pueden navegar hasta 28.000 km y regresar a sus bases. La Armada Turca tiene alrededor de 56.000 miembros de personal activo.
Comando de Fuerzas Especiales
El Comando de Fuerzas Especiales – Özel Kuvvetler Komutanlığı —OKK) fue establecido en 1992, dependiendo directamente del Estado Mayor turco. Consta de soldados de élite de rangos y clases diferentes conocidos como «Boinas Granates», entrenados para servir en cualquier terreno y condiciones de clima contra amenazas internas y externas. Su tarea es llevar a cabo operaciones especiales que superen las capacidades de otras unidades militares.
Desde que Mustafá Kemal Atatürk fundó la república laica de la moderna Turquía en 1923, el ejército turco se ha percibido a sí mismo como el guardián de la Atatürkçülük, la ideología oficial del Estado.
Las FAT todavía mantienen un importante grado de influencia en la política turca y en la toma de decisiones sobre cuestiones de procedimiento relacionadas con la seguridad nacional de Turquía, aunque disminuyó en las últimas décadas, a través del Consejo de Seguridad Nacional.
El Ejército ha tenido un registro de intervenciones en la política. De hecho, asumió el poder durante varios períodos en la segunda mitad del siglo XX. Se ejecutaron golpes de Estado en 1960, 1971 y 1980. Maniobró para la eliminación de un primer ministro de orientación islámica, Necmettin Erbakan, en 1997.
El 27 de abril de 2007, antes de las elecciones presidenciales del 4 de noviembre de 2007, y en reacción a la política de Abdullah Gül, que tiene un historial de participación en movimientos políticos islamistas y los partidos islámicos prohibidos, como el Partido del Bienestar, el Ejército emitió una declaración de sus intereses.
Dijo que el ejército es parte de los «argumentos» con respecto al laicismo, que el islamismo es contrario a la naturaleza laica de la República de Turquía, y al legado de Mustafá Kemal Atatürk.
La declaración del Ejército terminó con una clara advertencia de que las Fuerzas Armadas de Turquía están dispuestas a intervenir si se compromete el carácter laico de la Constitución turca.
Contrariamente a las expectativas de fuera, el pueblo turco no siente uniformemente aversión a los golpes de Estado, muchos acogen con satisfacción la expulsión de gobiernos que consideran inconstitucionales.
Los militares también deben cumplir con las tradiciones de laicidad; de acuerdo con la Comisión de los EE. UU., en el informe de Libertad Religiosa Internacional en 2008, los miembros que habían realizado oraciones o las esposas que llevaban el pañuelo en la cabeza, han sido acusados de «falta de disciplina». En 2015, cuando las relaciones turco-rusas no estaban en el mejor nivel, un avión de guerra soviético ingresó al territorio e Turquía y fue abatido.
Recep Tayyip Edorgan pierde las elecciones y decide bloquear las redes por lo que tuvo problemas con los medios de comunicación, tras lo cual, el 15 de julio de 2016, sectores de las Fuerzas Armadas protagonizaron un intento de golpe de Estado su gobierno. La fallida asonada concluyó con al menos 3000 militares detenidos y 250 muertos, la mayoría de ellos soldados.
La respuesta gubernamental no tardó en responder y Edorgan Inició una purga política y la persecución de sus enemigos en el mismo sentido, por lo que se le formularon denuncias de parte de los organismos de derechos humanos, lo que fue la resultante de sus pedidos de aplicación de la pena de muerte y su intento de centralizar el poder.
Pretendió aplicar pragmatismo a su accionar político frente al gobierno para intentar lograr la supervivencia de sus intereses partidarios, ya que pretendía que se destacaran los objetivos supremos de su gobierno entre los que se hallaban su relación con Rusia e Israel.
Reclamo territorial
Tras controlar interiormente el territorio turco Edorgan inició un despliegue bélico para concretar, posteriormente, el reclamo de soberanía sobre islas griegas.
Para fortalecer su posición militar decide la construcción de bases militares en Somalia, Sudán y Qatar, a la vez que intenta intervenir en Siria, mientras inicia operaciones con tropas contra los kurdos, como mecanismo de distracción para disimular la atención de la población de su país respecto de la declinante situación económica.
Es que la situación comercial turca había iniciado un circuito declinante, ya que sólo exportaba frutos secos, caños sin costura y cereales, a los fines de asegurar la situación alimentaria para su pueblo, en razón de la falta de lluvias y la creciente desertificación turca.
Como complemento de su labor para detener la crisis interior, Edorgan comenzó a importar petróleo y a adquirir tierras en el continente africano por 100 millones de dólares. El titular del Ejecutivo quería, de este modo interesarse en el manejo de los suelos y en la plantación de semillas, a lo que debe agregarse, lo atinente a la siembra directa, las técnicas de riego subterráneo y hasta por la cooperación nuclear, ya que crecía el consumo eléctrico y pretendía desarrollar la desalinización del agua.
Para ganar prestigio Edorgan comenzó a subsidiar servicios y a reducir la “huella medio ambiental”. En el aspecto nuclear dispuso que se iniciaran estudios para comenzar la exportación de hidrocarburos y crear una planta de reducción de elementos radioactivos, a tal punto que tuvo prevista una visita al Instituto Balseiro, de Argentina.
En la gestión del presidente Macri, Edorgan buscó mostrar Argentina una relación comercial y diplomática renovada para gestionar un intercambio en esos sentidos.
Macri esperaba una lluvia de inversiones en provincias mediante créditos y eso se sostuvo en el tiempo. Hasta hubo un envío de cascos blancos a Siria. Y se habló de la continuidad con vínculos con monarquías del golfo. (Jackemate.com)
(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política