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Por Ricardo Marconi (*)

Hace 175 millones de años las cucarachas vieron el nacimiento de los dinosaurios y el primer crepúsculo cuando no había smog, ni se había producido el inicio de un agujero de ozono, los primeros cazadores no habían nacido y  ni vale mencionar  la primera explosión controlada de una bomba atómica.  Es más, cuando los homínidos y sus parientes arbóreos se esparcieron sobre el orbe, ellas ya habían cumplido 356  millones de años y en la actualidad  permanecen iguales sobre la faz de la Tierra.

Hay, aunque parezca difícil de aceptar, cucarachas en los desiertos de arena, de nieve, de sal, viviendo entre las rocas, en los cerrados montes y junglas, en el fondo de los precipicios, en las ciénagas, volcanes, túneles  islotes, flotando en el mar y, por supuesto, en las casas y edificios recién construidos y habitados.

Especies y familias 

Su habilidad para sobrevivir ha permitido que existan 3.550 especies y subespecies, así como 55.000 familias en cuyos caparazones  tienen colores y dibujos  minúsculos. Y como si ello no fuera posible, hay algunas que no son más grandes que un grano de arroz, compartiendo su existencia en el planeta con otras gigantescas y gordas  de hasta 23 centímetros que atacan como las pirañas y se comen  pichones  y hasta lauchitas en Asia.

Para eliminarlas se ha hecho y se sigue haciendo lo indecible. Se ha pretendido helarlas en laboratorios de investigación para mantenerlas vivas en estado latente y luego deshelarlas, arrimándolas a estufas. Inmutables, cuando recuperan su temperatura  comienzan a movilizarse  como si nada hubiera pasado en sus organismos.

¿Cuántas veces intentó matarlas pisándolas y no lo ha logrado por la velocidad de sus movimientos?

Logran huir debido a que ven en cualquier dirección, ya que disponen de sensibilidades fotodérmicas y aunque se las prive de ojos, continúan viendo sombras  y luces superando sus deficiencias.

Corren sin chocar, esquivan escobazos y pisotones y para alimentarse no le hacen casi asco a nada. Obviamente les encantan los manjares pero también se alimentan de cera, parafina de las válvulas de televisión –que ya ni se fabrican-, que, además, le brindaban calor y las vibraciones que les permitía activar su necesidad de tener “relaciones”.

Cucarachas en “patios cerveceros” 

Seguramente los lectores de esta columna han concurrido alguna vez en su vida a un “patio cervecero” y se las ha encontrado. Es que a las cucarachas les gusta la cerveza.

Y eso no es todo, también toman detergente, resinas plásticas, pintura –no importa la marca-, fósforos, jabón, poliuretano, pegamento, maderas y poseen una enzima  en el tubo digestivo que les permite asimilar  restos de enchapados sintéticos.

Por otra parte, son capaces de vivir  un mes sin agua ni comida; dos meses sin agua y cinco meses con comida pero sin agua.

Es archiconocido que toleran las radiaciones atómicas hasta 100 veces más que los seres humanos y se burlan de la fuerza de gravedad. El humano  se banca hasta sólo 12 G y nos desintegramos a los 18G. Las cucarachas  en pruebas de laboratorio  han resistido hasta 126 G hasta 4 horas.

Las cucarachas y los volcanes 

Al producirse la erupción del volcán Santa Elena, en Columbia, Estados Unidos, cuyo estallido fue mil veces más poderoso  que la bomba de Hiroshima, las “cucas”, no quedaron ni sordas ni ciegas y hasta sobrevivieron hasta temperaturas que no lograron ser  superadas por los seres humanos.

Los médicos saben que son portadoras de la poliomielitis, la fiebre tifoidea, diarreas, enterocolitis y virus cancerígenos, a la vez que causan  neumopatía aguda irreversible que mata miles de personas por año, toxoplasmosis y parvovirus.

Cucarachas “espías” 

Las cucarachas invadieron el Pentágono. Más de 2 millones de estos optóteros toman cada noche, por asalto dicho edificio, ubicado a orillas del  río Potomac, en Arlington, sin que se las pueda exterminar.

Me dicen que en 1986 el Pentágono invirtió  73.000 dólares en  toda clase de venenos, trampas eléctricas  y otros métodos de extinción  y no lograron erradicarlas.  Hasta  se llegó a estudiar una solución de compuestos hormonados, a fin de disminuir su número., según agencias internacionales de noticias como la AFP y ANSA que publicaron esa noticia el  25/01/87.

A pesar de todo esto, siempre aparece una nueva especie como la voladora  asiática a la que atrae la luz. Se adueñó de algunas zonas del Estado de Florida.

En algunas zonas alcanzan las 200 mil  por hectárea y hasta persiguen a las personas, pues no les temen. Se adaptan a los venenos sólo en una generación. Y hasta se buscó el uso de anticonceptivos para eliminarlas, según agencias de noticias.

Las cucarachas, victoriosas, están en silencio  conquistando el mundo y están proliferando, ya que es posible hallarlas hasta  en rascacielos de lujo, donde “parecen gozar de la compañía humana”. Es más, parece que les gusta viajar en colectivo, que suben a ellos para comer sus asientos y alfombras.

Distintos tipos de huevos de cucarachas que llevan en su ooteca

Cucarachas de todo tipo 

¿Se encontró nadando en la pileta de su club favorito y de pronto advierte que junto a usted nada una cucaracha?

No se asuste. Hay cucarachas de mar y de piletas. Su cuerpo es plano y con forma ovalada, mientras que su cabeza tiene una especie de caparazón. Y no son precisamente pequeñas. Miden 3,5 centímetros de largo y viven  sin aire hasta 45 minutos y, sin comer, un mes. Sobre ellas se hizo un estudio en 2018 y se estimó que pueden sobrevivir a una guerra nuclear.

La cucaracha gigante de Madagascar 

A la cucaracha gigante de Madagascar se la conoce también como la cucaracha silbadora y alcanza a medir de 5 a 7, 5 centímetros en la madurez. Hay muchas en la costa africana donde pueden encontrarse  en troncos putrefactos.

Hay seres humanos que utilizan a la cucaracha de Madagascar como mascota. Tiene la habilidad de forzar el aire y producir un siseo a través de sus poros respiratorios, localizados en su abdomen.

El siseo presenta dos formas: el siseo de alboroto (disturbance hiss) y el siseo de lucha (fighting hiss). Todas las cucarachas, a partir del cuarto ciclo de muda y superiores son capaces de producir siseo de alboroto.

Sólo los machos utilizan el siseo de lucha; lo usan cuando son desafiados por otros machos. Este enfrentamiento acaba con uno de los machos retirándose y abandonando la lucha. Los machos sisean más frecuentemente que las hembras.

La cucaracha de Madagascar se convirtió en un insecto popular en las películas de Hollywood, Ocupó un papel destacado en Bug (1975) como cucarachas que podían producir incendios frotando mutuamente sus patas.

Otras cucarachas de ese tipo “actuaron” en España, en el filme Callejón Mortal. Lo hicieron como cucarachas mutantes blindadas y asesinas tras una guerra nuclear. Otras cucarachas hicieron papeles ficticios siendo gigantes y mortales para enfrentar al ser humano, mientras que otras son utilizadas incrustadas en collares de alto costo en dólares.  Hasta se usó una que ficticiamente conducía un robot en la serie Telerrealidad Fear Factor.

Hay cucarachas escaladoras y algunas hasta trepan por el cristal pulido. Los machos  tienen antenas más gruesas y peludas. Las hembras poseen ‘ooteca’ (una caja de huevos) interna y viven con sus crías durante mucho tiempo alimentándose de material vegetal. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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