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Sobre Ayman al-Zawahiri, –abatido en una operación antiterrorista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)-, en la presente columna, estamos en condiciones de acercar nuevos datos que hacen a su criminal trayectoria.

Zawahiri inició su camino en un suburbio de Maadi, (El Cairo); en el seno de una familia adinerada de Egipto. Hijo de un profesor de farmacología que lo vio nacer el 19 de junio de 1951, en una ciudad con mayoría poblacional de origen Indio, donde había muy pocas mezquitas.

Fue un referente ideológico que logró formarse en un nivel universitario y transformarse en un académico reconocido e influenciado por su tío Mahfouz Azzay, quien era un opositor al gobierno secular egipcio.

Abrevó en lecturas de Sayyid Qutb, autor egipcio fundador del extremismo islamista del siglo 20, quien terminó sus días ejecutado por el gobierno egipcio en 1961, cuando Zawahiri tenía sólo 15 años.

Célula clandestina 

El último líder de Al Qaeda  junto a Bin Laden fundador del movimiento

Pese a su corta edad Zawahiri logró conformar una célula clandestina que tenía el objetivo de derrocar al gobierno para establecer en su lugar una teocracia islamita. El grupo se convirtió en una organización yihadista que era conocida como Tawhid Wal-Yihad o Al-Yihad.

Se recibió de médico en la Universidad de el Cairo y ejerció en el ejército, casándose luego con Azza Nowair, hija de una adinerada familia egipcia que, además, tenía importantes conexiones políticas. Nacieron de esa unión, un hijo y 5 niñas.

Mientras trabajaba en una clínica, Zawahiri visitó campos de refugiados en la frontera entre Afganistán y Pakistán, donde conoció a Osama Bin Laden. 

En la década del 80, con su grupo insurgente, lanzó complots para asesinar líderes egipcios y cumplió un destacado papel en el asesinato del ex presidente egipcio Anwar Al Sadat, el 6 de octubre de 1981. Terminó con sus adláteres preso y cumpliendo una condena de 3 años, luego de lo cual fue puesto en libertad.

Tras salir de la prisión recorrió Asia y se unió a los Muyahidines y al propio Bin Laden que lo consideró como su médico personal para que lo atendiera de su baja presión y de otras dolencias crónicas que sufría.

En Estados Unidos 

El terrorista muerto por la inteligencia norteamericana, en la década del 90, visitó mezquitas en el estado de California, obviamente utilizando una identidad falsa. En esa oportunidad se dedicó a recaudar fondos para apoyar a refugiados afganos y, de paso, convencer a islamistas de concretar actos terroristas en Egipto para llamar la atención de los medios de comunicación y para eliminar enemigos a los que consideraba moderados.

Mientras los terroristas se entrenaban para conducir los aviones que se estrellarían en las Torres Gemelas, Zawahiri planificó una oleada de atentados y se lanzó a la obtención de un programa de armas biológicas e instaló un laboratorio en Afganistán, mientras enviaba a sus hombres a buscar científicos adeptos y cepas de bacterias del ántrax.

No tuvo el tiempo suficiente porque Estados Unidos lanzó su campaña militar para expulsar de Afganistán a los talibanes y se vio obligado a abandonar el laboratorio, destruido por bombardeos que también hicieron lo propio con los hogares de los líderes de Al Qaeda. Zawahiri y Laden huyeron a Pakistán, abandonando a sus seguidores.

Pionero mortal 

Zawahiri, actual jefe de Al Qaeda, tras la muerte de Osama Bin Laden, fue el pionero de una serie de atentados espectaculares, así como de matanzas indiscriminadas de militares y civiles.

Fue el cerebro que logró fusionar a los elementos dispersos de Al Qaeda y de modificar las tácticas de la red terrorista para atacar objetivos de Occidente.

Como ideólogo postuló la teoría de “la derrota del enemigo lejano”, con la que se refería a Estados Unidos y derrota “al enemigo cercano”, esto es los regímenes árabes occidentalizados que en su entorno se interponían a su proyecto de unificar a los musulmanes bajo un califato global.

Fue, además, el mentor de la idea de asesinar estadounidenses y a sus aliados, sean estos militares o civiles, según surge de su Manifiesto de 1998.

Y respecto de ello, debemos decir que puso en acto su teoría, ya que colaboró en la planificación del atentado contra las Torres Gemelas y el Pentágono del 11 de setiembre de 2001, donde fallecieron más de 3.000 estadounidenses.

Tras ese episodio, su grupo comenzó a decaer, debido a que el contrataque norteamericano obligó a la red terrorista a esconderse, luego de que comenzaran a morir los líderes de Al Qaeda en sucesivas operaciones de inteligencia de EE.UU., como ya detallamos en anteriores materiales periodísticos en Jackemate .com.

Ese accionar maquiavélico no le impidió, paralelamente, establecer otros objetivos: Conseguir la provisión de armas nucleares y biológicas mientras lideraba el resurgimiento de Al Qaeda en las zonas tribales de Afganistán, a principios de 2002.

Para colmo, Zawahiri debió admitir, hacia el interior de su red, que lo superó el liderazgo del Estado Islámico (EI), considerado por las fuerzas internacionales como más agresivo. Ello derivó en un desgajamiento de su red, circunstancia militar que se inició en Siria, según la CIA, a partir del 2011, años en que –al parecer-, se iniciaron los problemas de salud del ideólogo que nos ocupa.

Esos males físicos lo obligaron a retacear sus apariciones públicas, las que sólo se hacían mediante videos que fueron calificados de “aburridos y fuera de época” por sus seguidores, aunque mortal al hacer concretar sus ideas, implicando ello que Al Qaeda no lograba unificarse.

En 2020 Zawahiri se mostraba distante del accionar terrorista como conductor y al año siguiente protagonizó un video de 1 hora para desmentir su muerte, mencionando como ocurre en estos casos, hechos recientes. Sin embargo, la muerte lo alcanzó mientras dialogaba con sus colaboradores en el balcón del edificio donde se hallaba. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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