Por Ricardo Marconi (*)
Henry Cancelado, especialista colombiano en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia e investigador de Estrategias, Observatorio de Seguridad Global de la Universidad de Los Andes, expresó su posición sobre las perspectivas futuras del desarrollo de la problemática narco en América Latina.
El analista aseguró que “hay una diáspora de las mafias con el negocio, cuyo ascenso en la actividad ilegal se está viendo en Ecuador”, un país con costas sobre el Océano Pacífico que debe controlar rutas internas que vienen desde México, en la frontera con nuestra Colombia”.
El gobierno ecuatoriano, a través de sus voceros gubernamentales, expresó que “el Estado se ha fortificado y está dispuesto a golpear al narco.
Un Ecuador dolarizado desde el año 2000, la permanente búsqueda de capitales “frescos” y el aditamento de la violencia, con incremento del número de armas en movimiento, compradas en los mercados negros internacionales para enfrentarse entre ellos y dominar el territorio centroamericano, son elementos que han ayudado al desarrollo narco criminal ecuatoriano que tienen una ventaja especial: la existencia del tercer puerto más importante de América Latina (Guayaquil) y a ello hay que agregar la debilidad fronteriza por los inmigrantes.
Las mafias narcos son globales y el fentanilo, tal como lo anticipamos en esta columna, está llegando a los puertos de Ecuador. Con anterioridad hacía lo propio desde Asia, al noreste de Estados Unidos.Para colmo, una variable mísera son los sueldos de los policías y de las fuerzas armadas. Esa circunstancia ayuda a la posibilidad de generar corruptelas y, para colmo, la justicia es atacada con amenazas para presionarla. Es por ello que los jueces “miran para otro lado”.
A esa creciente problemática hay que agregar las fugas de jefes mafiosos de los penales de alta seguridad, el creciente número de secuestros de policías y la presunta colaboración del personal de las cárceles, amenazados tanto ellos como sus familiares cuando no ayudan en las fugas.
Sólo les resta a los narcos corromper a los políticos de manera masiva o empezar a asesinar algunos para que el terror los invada en su conjunto. Esto último es un comentario que se escucha diariamente en las principales ciudades de Ecuador.
Un trabajo mafioso muy fino
Hay que dejar claro que las mafias hacen un fino trabajo en las estructuras medias del poder para no actuar necesariamente sobre las cabezas políticas y a los sindicalistas temerosos, así como a los profesionales cobardes.
Indagaciones de las autoridades han permitido establecer que los narcos de Sinaloa están conectados con Los Choneros, una de las bandas más antiguas de Ecuador, mientras que los de Jalisco Nueva Generación se estarían uniendo para trabajar en conjunto con los Tiguerones, la banda que asaltó, en su momento, una planta televisora, generando una crisis estatal de insondables consecuencias.
En nuestro país se busca un rol especial para el Servicio Penitenciario y orientar a la Policía Federal hacia el campo específico de las investigaciones complejas.
La situación de Rosario es más que inquietante, por lo que se habla de una Reforma de Segunda Generación en la Policía Federal Argentina y la integración del Servicio Penitenciario para atacar, junto a la policía provincial el narcomenudeo.
Se presume la decisión de concentrar unidades federales en “lugares calientes” de generación de violencia, a partir de la venta minorista de drogas, mientras que la PF se dedicaría a desplegar gente en barrios, donde operan los clanes narcos desembozadamente para concretar asesinatos y balaceras, ya que, trascurrida la primera semana de enero sin crímenes, empezaron aparecer cuerpos sin vida.
Nuevas ideas
La idea sería la de copar barrios para pacificar con gendarmes donde se movilizan bandas narcos, piratas del asfalto y secuestradores.
Por otra parte, trascendió que a la Policía Federal se le buscará dos perfiles: Uno destinado a investigaciones complejas y custodios de alto perfil. Sería como si se hubiera decidido una fusión del FBI y el Servicio Secreto, de EE.UU.
Asimismo, se dejará de lado la seguridad ferroviaria, de la que deberán hacerse cargo las policías de cada lugar, atravesadas por el tren, función que se decidiría en mediano plazo.
Los más calificados se tendrán que hacer cargo de investigaciones complejas, de casos de terrorismo y de narcoterrorismo, estando previsto que se profundice la relación con las policías de Paraguay y Brasil, e incluso con agencias que manejen información clasificada del conflicto de Medio Oriente y sobre el Primer Comando Capital, que es la más compleja maquinaria narco en Brasil, nacido como un sindicato criminal en las prisiones de San Pablo, tema sobre el cual profundizamos en informes anteriores.
En las prisiones brasileñas el uso de los Smartphone cambió la dinámica del funcionamiento de los penales que funcionaban, debido a ellos, como filiales carcelarias interconectadas entre los narcos que hasta utilizaban aplicaciones de mensajería de los celulares.
Allí, ha crecido otro grupo de altísima peligrosidad, enfrentada al PCC. Nos referimos al Bala Na Cara, conducido por Carlos Eduardo Reinike, el que estaría intentando expandirse en el Cono Sur, luego de nacer en Rio Grande Do Sul. (Jackemate.com)
(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política