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Por Ricardo Marconi (*)

Estanislao Severo Zeballos (1854-1923), desde que cursaba en la Universidad de Buenos Aires desarrolló una actividad singular: Atesorar cráneos que terminó donando al Museo de la Plata. Zeballos admitió ser un fanático de las colecciones antropológicas y como prueba de ello fue fundador de la Sociedad Científica Argentina en 1872. Tres años más tarde se dedicó a trabajar en la promoción de la apertura de un museo en la entidad.

No sólo se dedicó a ello. Estudió ingeniería y derecho y llegó a desempeñarse como ministro de Relaciones Exteriores en los gobiernos de Juárez Celman y Carlos Pellegrini. No contento con la recuperación de cráneos fue explorador y se dedicó a la escritura, al punto de cumplir con otro de sus sueños: trabajar de periodista y de colaborador en temas científicos.

En los altos del Teatro Colón, en 1876, exhibió fósiles y minerales, así como restos zoológicos, logrando habilitar una sección antropológica compuesta de flechas –la primera manera de guerrear a distancia-, evitando la lucha cuerpo a cuerpo. Complementó su exposición con alfarería, joyas y utensilios de los indios Pampas.

Zeballos era un amante de las excursiones arqueológicas en las islas del delta, con lo que se enriquecieron museos a los que, además, sumó datos sobre la historia natural y sobre las razas que poblaron nuestra América prehistórica. Eso sí, se guardó los más preciados elementos para estudiarlos con tiempo.

Periodista y político, pero también conocido como ‘profanador de tumbas’

Entre estos elementos se encontraban las reliquias que había recogido en su viaje al territorio de los araucanos, luego de la campaña militar que tuvo lugar al Río Negro.

En 1878, escribió:” La barbarie está muerta y no quedarán en el desierto ni los despojos de sus muertos”. Ya había publicado “La conquista de las 1.500 leguas”.

Y en el final de 1879 Zeballos recogió de los médanos el escudo y la documentación del Cacicazgo de Calvocurá. De esa manera se hizo de lanzas, aperos, ponchos y “cadáveres de indios esparcidos de manera desorganizada y hasta encontró cuerpos en descomposición, con carnes adheridas a los huesos y la cara casi intacta”, escribió Zeballos.

El autor, en el relato que nos ocupa, hizo mención al combate en el que derribó al cacique general, quien comandaba a la totalidad de los indígenas.

El cuerpo del abatido cayó en las brancas del río y posteriormente fue hallado su cráneo, siendo la identidad establecida del cacique por parte de los soldados.

Cuando Zeballos se refirió al indígena señaló: “Saqué el cráneo con 6 vértebras lumbares que conservaban aún la piel de tres milímetros de espesor   en los parietales y en la frente hasta la fosa nasal con el cabello entrecano”.

Más adelante agregó que “el cuerpo del cacique estuvo en contacto con la salina y ello lo salvó de la putrefacción”. Estanislao lo lavó con alcohol y lo roció con ácido fénico, lo que permitió conservarlo para entregarlo luego para el estudio de profesores. Era el último cacique fallecido en la defensa heroica de su territorio.

Zeballos no cumplía con las prácticas antropológicas de la época en que trascendió públicamente su vida.  Es que prescindía de instrumentos y mecanismos para obtener las mediciones necesarias para comprobar o certificar sus hallazgos y en algunas oportunidades daba identidad a los cráneos sin importarle si la misma era la real.

También Zeballos, en función de la geografía, identificaba a los caciques, aunque estuvieran de paso por el lugar, esto es valles y ríos. Era un mecanismo que le criticaron los especialistas en el tema.

Jakob Tanner, un historiador suizo, aplicando su ironía, señaló que “el mecanismo de Zeballos -por él no compartido-, podría denominarse el poder creador del archivo”.

La arqueóloga académica Irina Podgorny, autora junto a Margaret Lópes, de la antología “el desierto en una vitrina: Museos e Historia Natural en la argentina, publicaron un material específico sobre Zeballos en la revista Ñ, en el 2020. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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