Por Ricardo Marconi (*)
Durísimas evaluaciones a futuro en torno de la invasión de Rusia a Ucrania se conocieron esta semana. Una de las mismas fue la del comandante en jefe del ejército ucraniano Valey Zaluzhny, quien admitió que en el campo de batalla el enfrentamiento entre las fuerzas militares de uno y otro bando se encuentran en un punto muerto.
En razón de ello estimó el militar que “se avecina una larga guerra desgastante que beneficiará a Moscú”. La restante evaluación hace hincapié en el presidente de ucrania, Volodimir Zelensky, quien se encontraría agotado debido al esfuerzo permanente para convencer a sus aliados para que continúen con su apoyo.
Zaluzhny, en una entrevista otorgada a The Economist apuntó que “al igual que en la Primera Guerra Mundial, hemos alcanzado un nivel tecnológico que nos sitúa en un punto muerto», a la vez que reconoció que “Lo más probable es que no se produzca ningún avance profundo y espléndido», sino un equilibrio de pérdidas devastadoras y destrucción.
Casi paralelamente, en una entrevista con TIME, Zelensky afirmó que «nadie cree en nuestra victoria como yo. Nadie». Pero añade que infundir esas creencias en los aliados de Ucrania «requiere todo tu poder, tu energía».
Zelensky está siendo retratado como “cansado y, a veces, irritable o preocupado por la disminución del compromiso aliado”.
Al parecer, Zelensky está obsesionado con la victoria y no tolerará una tregua o negociaciones. «Para nosotros significaría dejar esta herida abierta para las generaciones futuras», afirmó.
La preocupación de Zelensky y la valoración de Zaluzhny llegan en un momento en que la atención del mundo se desplaza hacia el Medio Oriente y existe por ello que “el riesgo de que la guerra de Israel contra Hamas desemboque en un conflicto regional más amplio”.
Estancamiento en el frente
Las fuerzas ucranianas han recuperado una porción de terreno invadido desde el verano; Rusia sigue ocupando casi una quinta parte del país. En algunas zonas, como los alrededores de Avdviika y Vuhledar en Donetsk, y cerca de Kupyansk en Járkiv, los ucranianos están a la defensiva, mientras Rusia vierte municiones y hombres en los enfrentamientos.
Zaluzhny, en su entrevista, afirmó que “el Kremlin no se da cuenta de las enormes pérdidas sufridas por el ejército ruso: más de 100.000 hombres según muchas estimaciones. En los últimos días, el ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, aseguró que Rusia ha perdido 4.000 hombres solamente en los alrededores de Avdviika. Imágenes de fuentes abiertas sugieren que los rusos pueden haber perdido hasta 200 tanques y otros vehículos en esa batalla.
Muertos y heridos en Zaporiyia
Zaluzhny recalcó que «Cuatro meses deberían habernos bastado para llegar a Crimea, combatir en Crimea, regresar de Crimea y volver a entrar y salir». En cambio, las profundas y bien atrincheradas defensas rusas han sido imposibles de penetrar. Incluso cuando se penetra en los densos campos de minas, a menudo a un gran coste, los rusos los restauran mediante el sembrado de minas a distancia.
La inferioridad de Ucrania en el aire obstaculizó los avances en tierra, y Zaluzhny advierte de que a finales de 2023 Rusia podría desplegar nuevos escuadrones de ataque. El comandante en jefe dice que en un momento dado recurrió a un viejo análisis soviético de la Primera Guerra Mundial, titulado «Romper líneas de defensa fortificadas». Las similitudes con la actualidad eran sorprendentes, señala.
El uso de drones y otras tecnologías de reconocimiento está en el centro del estancamiento. Zaluzhny habló de la carnicería que se desarrolla alrededor de Avdviika cuando Rusia lanza docenas de tanques para tomar unos pocos cientos de metros. «El simple hecho es que vemos todo lo que hace el enemigo, y ellos ven todo lo que hacemos nosotros», admitió Zaluzhny.
Rusia optimizó las cadenas logísticas, las fábricas están produciendo nuevos equipos y sus capacidades de guerra electrónica han reducido la ventaja de Ucrania en municiones de precisión.
Zaluzhny expuso con franqueza que Rusia «mantendrá una ventaja en armamento, equipos, cohetes y municiones durante algún tiempo». Hay que apuntar que Corea del Norte exportó más de un millón de proyectiles a Rusia, según fuentes de inteligencia militar de Corea del Sur.
La «lista de deseos» de Kyiv
El jefe militar ucraniano aseguró en las últimas horas que hará falta un salto cualitativo para acabar con la implacable guerra de desgaste que se ha desatado, justo cuando el invierno empieza a hacer mella y los rusos –estimó-, “Ucrania se enfrentará a otro invierno frío y oscuro si Rusia vuelve a atacar las infraestructuras energéticas”.
En su ensayo, Zaluzhny enumeró cinco requisitos principales para progresar, ninguno de los cuales es una solución rápida y todos exigen un compromiso renovado por parte de los aliados. Se trata de conseguir la superioridad aérea para apoyar las operaciones terrestres; romper las barreras de minas rusas; aumentar la eficacia del combate contra la artillería rusa, por ejemplo; crear y entrenar las reservas necesarias; y aumentar las capacidades de guerra electrónica.
Como alternativa para cambiar su posicionamiento bélico, Ucrania debe lanzar ataques masivos en una única formación de combate, utilizando señuelos y drones para sobrecargar los sistemas de defensa antiaérea rusos.
«También necesitamos sistemas de guerra electrónica, que son clave para ganar la guerra de drones», señaló Zaluzhny, y añadió que los rusos “tienen unos 60 sistemas diferentes”.
«Tarde o temprano nos vamos a encontrar con que simplemente no tenemos suficiente gente para luchar. Tenemos capacidades limitadas para entrenar a las reservas en nuestro propio territorio, ya que el enemigo tiene la capacidad de lanzar ataques aéreos y con misiles contra los centros y campos de entrenamiento», justificó el militar ucraniano.
El Kremlin parece satisfecho por el estancamiento en el enfrentamiento, en la creencia de que, en última instancia, su mayor maquinaria militar acabará con la moral ucraniana. Estados Unidos estaría cambiando su posicionamiento sobre el conflicto que nos ocupa, tanto en el Congreso como entre la opinión pública.
Según una nueva encuesta de Gallup, el 41% de los estadounidenses dice que Estados Unidos está haciendo demasiado para ayudar a Ucrania, frente al 29% de hace solo cinco meses. Esa cifra se eleva al 55% entre los republicanos, según el sondeo, a medida que se acercan las elecciones de 2024.
Para colmo, según la cúpula ucraniana, la parálisis en el Capitolio también interrumpió el flujo de ayuda militar a Ucrania. Los esfuerzos del gobierno de Joe Biden por vincular la ayuda de un año (US$ 24.000 millones) a otras prioridades de financiación, como la ayuda a Israel, se han topado con fuertes obstáculos entre los republicanos del Congreso.
Varios senadores republicanos han dicho ahora que las declaraciones de Zaluzhny ponen en entredicho la estrategia de Ucrania en la guerra. Uno de ellos, el senador J.D. Vance, que se ha opuesto a la concesión de nuevas ayudas a Ucrania, declaró el jueves: «Esto siempre iba a acabar con Rusia controlando parte del territorio ucraniano y con un acuerdo negociado».
Zelensky y otros funcionarios ucranianos han advertido sistemáticamente de que el volumen y el tipo de ayuda procedente de los aliados occidentales, así como lo que consideran perjudiciales retrasos en su llegada, han permitido a Ucrania mantenerse en la lucha, pero no prevalecer.
El uso de los ATACM
Actualmente se están utilizando los ATACM (misiles tácticos de largo alcance) de fabricación estadounidense contra objetivos situados muy por detrás de las líneas del frente, mientras que los cazas F-16 no se desplegarán hasta la próxima primavera como muy pronto, como ya habíamos adelantado en nuestra columna.
Para muchos funcionarios ucranianos, esta restricción ha permitido a Rusia estabilizar una situación que hace un año amenazaba con desmoronarse, tras el repentino avance ucraniano por Járkiv y la retirada rusa de gran parte de Jersón.
L os rusos tienen un talón de Aquiles: Crimea, según cree Zaluzhny. En parte porque es la joya de la corona del presidente Vladimir Putin, y en parte porque la península es un importante canal de reabastecimiento de las tropas rusas, así como el hogar de su flota del Mar Negro.
En los últimos meses, el ejército ucraniano ha intensificado los ataques con misiles, drones y sabotajes contra la infraestructura de defensa rusa en Crimea, así como contra el preciado puente de Putin con Rusia.
Zaluzhny confirmó que esta semana se utilizó por primera vez un ATACM contra un objetivo en Crimea. Pero sus fuerzas terrestres siguen estando a muchos kilómetros de la península.
En el final de sus apreciaciones, Zaluzhny describió a Rusia como «un Estado feudal donde el recurso más barato es la vida humana. Y para nosotros… lo más preciado que tenemos es nuestra gente». (Jackemate.com)
(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política