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Cuesta hallar una respuesta válida ante la pregunta: ¿qué ha hecho el presidente ruso Vladimir Putin para que su par norteamericano Donald Trump lo tenga más en consideración que a sus propias fuerzas de seguridad e inteligencia?

Putin se apoderó de Crimea, el botín energético ruso; invadió Ucrania de manera secreta, suministró misiles que terminaron por derribar un avión civil malayo sobre territorio ucraniano y se cansó de bombardear  a decenas de miles  de refugiados  en Europa, desestabilizando la misma, a lo que debe sumarse su involucramiento en la muerte de una mujer británica que manipuló un agente nervioso ruso, posiblemente fabricado en una de “ciudad cerrada” -a la que no entran ni los familiares del jerarca ruso- , así como disponer presuntamente el despliegue de información para ayudar a inclinar la votación  en Gran Bretaña hacia la salida y fractura de la Unión Europea.

Los temas apuntados darían para elaborar múltiples columnas periodísticas como la presente, por lo que a los efectos de avanzar, al menos, en uno de ellos, sólo haremos referencia al primero, esto es las razones del apoderamiento de Crimea para poder manejar un botín energético como el de Crimea.

Datos históricos

En 1684 el golová –alcalde-, de la ciudad siberiana de Irkutsk, Leonti Kisliánski, informó al zar ruso del hallazgo de petróleo y en aquel entonces no se prestó mucha atención a aquel líquido que ardía mal.

Años más tarde, en 1703, otros reportes de petróleo en Ujtá, ciudad en el noreste de Rusia, aparecieron en el diario Védomosti.

El zar Pedro I, en seguida se interesó por el descubrimiento señalando: “este mineral, a nosotros no, pero a nuestros descendientes sí les será muy útil”.

La extracción y el procesamiento del crudo a gran escala comenzaron a finales del siglo XIX en la región del Cáucaso. En 1853 Ignati Lukasévich y Yan Zeg inventaron la lámpara de queroseno, que pronto iluminó las calles de la ciudad de Lvov, en Ucrania occidental.

El invento inmediatamente provocó demanda de petróleo y se estableció una importante zona petrolífera alrededor de la ciudad de Bakú, capital de la actual Azerbaiyán, en las costas del mar Caspio.

Tras la revolución bolchevique, en 1918 la industria petrolera fue nacionalizada. Fue el cuarto sector económico que pasó a manos del Estado tras las industrias de producción de azúcar, cerillas y velas.

En los años 30 del siglo XX, además de los yacimientos de Bakú, fueron perforados pozos en el territorio entre el río Volga y los montes Urales.

En la década del 60, en Siberia Occidental, fueron encontrados gigantescos yacimientos del crudo que hasta el día de hoy mantienen a la Federación de Rusia entre los diez países del mundo con mayores reservas petroleras.

Rusia, superpotencia petrolífera

Rusia es el mayor extractor de petróleo del mundo. El sector contribuye significativamente al mantenimiento de un saldo comercial positivo y proporciona ingresos fiscales a los presupuestos rusos locales y federales. Su participación en el producto interior bruto alcanza más del 16 % y representa más de un tercio de los ingresos en moneda extranjera.

Estos indicadores están vinculados con las grandes reservas y el potencial de producción de la industria petrolera de Rusia.

En el subsuelo del país se concentran un 13 % de las reservas mundiales exploradas de crudo. Aproximadamente el 60 % de estos recursos está ubicado en las zonas de los Urales y Siberia, lo que facilita las exportaciones tanto hacia el Este como hacia el Oeste.

A largo plazo las regiones prioritarias en la extracción de gas y petróleo serán Siberia Oriental y el Lejano Oriente. El fomento del sector en estas zonas es especialmente importante, tanto desde el punto de vista socio-económico como desde el de los intereses estratégicos de Rusia en la región de Asia y el Pacífico.

Igualmente es de crucial importancia el desarrollo de centros de extracción de petróleo y gas en la isla de Sajalín y en los mares Caspio, Báltico y de Barents.

Las compañías extranjeras forman, con las rusas, empresas conjuntas para buscar y producir crudo. En 2011 la estadounidense Exxonmobil firmó un acuerdo con la rusa Rosneft para realizar labores de exploración y extracción de crudo y gas en la plataforma del Ártico.

Estas dos compañías también forman parte del consorcio internacional, compuesto además por empresas indias y japonesas, que lleva a cabo el proyecto Sajalín-1 en el mar de Ojotsk, en el Lejano Oriente.

Putín sabe que la economía rusa consume menos de un tercio del petróleo que produce, por lo que desde principios de 2010 Rusia mantiene su estatus de superpotencia de materias primas con una extracción total de 505,2 millones de toneladas de petróleo, lo que representa un incremento del 2,2 % respecto al año anterior. En la primera mitad del 2011 produjo más de 350 millones de toneladas.

Estructura y geografía de las exportaciones del petróleo ruso

Rusia es el segundo mayor exportador de petróleo del mundo. En 2010 la proporción de las exportaciones de crudo en el volumen total de las exportaciones rusas ascendió al 34 %,  según informó el Servicio Federal de Estadísticas de Rusia (Rosstat).

En 2010 las exportaciones de petróleo alcanzaron los 250,4 millones de toneladas, un 1,2 % más que en 2009.

Europa es el principal comprador del petróleo ruso. En la actualidad el 93 % de las exportaciones del combustible se envían a esta región.

Este índice incluye Europa del Norte y del Oeste, los países del Mediterráneo y de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

Además, los suministros de petróleo a la región de Asia y el Pacífico están aumentando. En 2010 con la inauguración del oleoducto que une los yacimientos de Siberia Oriental con el Lejano Oriente el bombeo de crudo aumentó en el 45 %.

Predominan los suministros de petróleo a China, que también son responsables del crecimiento fundamental del segmento.

En el mercado americano el consumidor principal del combustible ruso es EE. UU. En general, los principales socios de exportación son Alemania, Italia, China, EE. UU., Países Bajos, Reino Unido, Polonia y, entre los países de la CEI, Ucrania, Bielorrusia y Kazajistá

Principales compañías del sector

La mayoría del sector petrolero ruso después de las reformas de los años 90 del siglo XX pertenece a empresas privadas. Generalmente, los consorcios desarrollan proyectos a partir de sus propios recursos financieros y utilizan modernas tecnologías de prospección y producción de petróleo.

Los impuestos en el sector son los más altos. El Estado se queda con 90 céntimos de cada dólar que las empresas ganan exportando crudo a un precio de más de 27 dólares por barril.

Esta política fiscal permite a Rusia mantener uno de los impuestos sobre el valor añadido y de los impuestos sobre la renta de personas físicas más bajos de Europa.

El complejo petrolero de Rusia incluye 11 grandes compañías responsables del 90,8 % de la producción total de crudo en el país y 113 pequeñas empresas con el restante volumen de producción.

Las compañías de Rusia controlan todo el proceso: desde la exploración, producción y refinación hasta el transporte y comercialización de productos derivados del petróleo.

Las principales compañías petroleras del país son Rosneft, Lukoil, TNK-BP, Gazpromneft, Surgutneftegaz, Tatneft y Slavneft, sin embargo, según la Sociedad de Ingenieros del Petróleo (SPE), si se mantiene el nivel actual de extracción, las reservas petroleras de Rusia se agotarán dentro de aproximadamente 20-25 años.

Según los expertos, con la prospección de nuevos yacimientos y el empleo de tecnologías nuevas en los pozos ya perforados, las reservas podrán alcanzar para unos 40 años más.

Sin embargo, los expertos indican que no existe una respuesta concreta a la pregunta ya que el precio del combustible varía y determina la rentabilidad de las diferentes reservas.

En el futuro se perfilan dos escenarios del desarrollo del sector. Una posibilidad es que por causa de la reducción de las reservas aumente el precio de la materia prima y en consecuencia entren en juego los depósitos que ahora no son considerados rentables.

La otra posibilidad es que se produzca un aumento del empleo de fuentes de energía alternativa, lo que disminuiría el consumo de combustibles fósiles.

En esta columna vale agregar como punto de partida del tema abordado, que el potencial energético ruso puede ser comparado con el del mar del Norte, lo que permitió levantar las economías de Bretaña y Noruega. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo –rimar9900@hotmail.com

 

 

 

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