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Por Ricardo Marconi (*)

Antes de ir de lleno al análisis de las relaciones internacionales entre Argentina y Medio Oriente, haciendo un recorte histórico –primer gobierno del Frente-, cabe detallar las áreas que abarcan lo diplomático, el espectro militar y los planteos económicos proyectados al ámbito externo.

El objetivo es intentar visibilizar la tarea que se emprendió en dicho lapso para insertar a la Argentina en el contexto mundial, teniendo en cuenta los condicionamientos del mundo real objetivo, consistentes en realineamiento, ajustes, continuidad y mantenimiento de contenidos y la dinámica básica del proceso de toma de las decisiones.

Argentina, por ese entonces, pretendió profundizar relaciones con la zona del Levante, con África y con las monarquías del Golfo. Hay que tener en cuenta que a través del tiempo la región del Medio Oriente no tuvo un rol protagónico relevante con nuestro país en función de la distancia, de la inexistencia de una idiosincrasia y el desconocimiento de la región.

En el gobierno del expresidente Néstor Kirchner, nuestro país se encontraba en un marco interno y externo complejo. En el interno se ubicó la crisis del 2001, con fuga de capitales, recesión, pobreza, desempleo, generación de movimientos piqueteros y saqueos.

La resultante fue nada menos que el abandono del poder desde la misma Casa de Gobierno, en un helicóptero por parte del ex presidente Fernando de la Rúa.

En lo atinente al exterior se debe mencionar el atentado del 11-S (2001), la guerra de Afganistán y posteriormente la guerra preventiva para frenar los ataques del grupo terrorista Estado Islámico en Irak.

El presidente, luego pudo establecerse, recibió cartas de Yasser Arafat y el canciller Rafael Bielsa, como veedor, participa en comisiones por el conflicto palestino, más precisamente en la Cumbre ASPA de países árabes.

La cumbre fue una instancia de encuentro entre los mandatarios de América del Sur y los países árabes que tenían como objetivo impulsar el intercambio económico y comercial entre los países de la Liga Árabe y la Unión de Naciones Sudamericanas, además de buscar puntos de convergencia en temas políticos de gran importancia mundial.

La pretensión argentina era acordar temas económicos, comerciales, políticos y culturales, a lo que se sumaba el objetivo de iniciar un intercambio bilateral en base a consensos multilaterales. Sin embargo, el rol argentino fue calificado como pobre a nivel internacional.

La búsqueda de armonía política

Otros hechos políticos se destacaron en ese tiempo: Se autorizó la apertura de la Oficina de Representación Argentina en Palestina para buscar una resolución al conflicto entre Israel y Palestina, tratando lograr un equilibrio entre las dos posturas en el marco de un deseo de obtener una armonía política necesaria.

Yasser Arafat, líder de la OLP, y su exrepresentante en la Argentina, Suhail Hani Daher Akel

Yasser Arafat, presidente del Estado Palestino, envió cartas al gobierno argentino por su interés en resolver pacíficamente el conflicto con ayuda de organismos internacionales (2004).

Suhail Hani Daher Akel pidió Cascos Blancos como en el período 1996/99 y nuestro país no respondió en la época del expresidente Kirchner, privilegiando la relación con América Latina.

Arafat muere y el canciller Bielsa fue enviado a Palestina como veedor para tomar contacto con Muhammad Abad.

El gobierno de Cristina

Al asumir la presidencia Cristina de Kirchner, dejó claro que “América Latina es nuestra casa y el Mercosur nuestro espacio”. Apoyó el multilateralismo y criticó a Estados Unidos por ser un país “inseguro e injusto”. Además, recordó los ataques del terrorismo global y la violación de los derechos humanos como justificación a su posición en el esquema internacional.

Al hacer dichas declaraciones, sin duda, tuvo presente en su exposición los ataques de 1992 y 1994 (AMIA). Por otra parte, en 2008 Cristina viaja a Egipto, Túnez, Argelia y Libia y en 2009 Buenos Aires recibe al ministro de Relaciones Exteriores de Emiratos.

Al año siguiente llega a la Argentina el 1º ministro de Qatar y posteriormente lo hace el 1º ministro de Kuwait, sumándose la llegada de Bashar al Ásad, presidente de la República Árabe de Siria.

En 2011 Cristina fue a Kuwait, Qatar y Turquía y recibe la visita del canciller de Israel. En ese año se produce la reapertura de la Oficina de la Liga Árabe en Argentina, concretándose luego la que se denominó la Conferencia de Donantes para Palestina, a los fines de promover programas de ayuda y la apertura de la Oficina de Argentina en Ramallah.

Operación Plomo Fundido

Ante una solicitud internacional, Argentina envió una dotación de Cascos Blancos y luego se decide la participación de Argentina para la Cumbre de Reconstrucción de Gaza.

Argentina, para ayudar en la reconstrucción, aportó profesionales de la medicina y busca no enemistarse con Estados Unidos, los países árabes e Israel. Al buscar contactarse con ministros del ASPA genera el descontento de Israel. Es así que, en el 2005, Aníbal Fernández viaja a Israel.

Es en el 2009 cuando se produce la 2º Cumbre del ASPA con la participación de América del Sur y los Países Árabes.  Nuestro país pretendía profundizar vínculos económicos y comerciales y, paralelamente, convoca a reanudar negociaciones por las Islas Malvinas.

La presidenta argentina hace lo indecible para lograr una vinculación de los críticos temas diplomáticos como lo son Malvinas y Palestina y para ello la titular del Ejecutivo trata de lograr el apoyo árabe a la causa Palestina mediante la   Declaración de Doha en el citado año.

Reconocimiento

Nuestro país reconoce al Estado Independiente Palestino en diciembre de 2010 y favorece el proceso de negociación para finalizar un conflicto internacional. El tema se habría hablado en el Mercosur con injerencia acordada del Banco Mundial y la Autoridad Nacional Palestina (APN).

Nuestro país no hizo mención del tema fronterizo y propuso dejar una “puerta abierta” para negociar territorios en el marco de las fronteras de 1967. Era una forma de reconocer la necesidad de vivir en paz a Israel dentro de sus fronteras.

El comunicado que se emitió en ese entonces no dejó conforme a las partes por no ser acorde a resoluciones de las Naciones Unidas. El canciller argentino viajó a Israel y se lograron acuerdos de telecomunicaciones y de libre comercio con Israel y el Mercosur.

La denominada Primavera Árabe fue la resultante de un conjunto de levantamientos en el norte de África, nacido tras la inmolación de un puestero de frutas que originó protestas por “efecto dominó”, transformándose los hechos en manifestaciones políticas que tumbaron gobiernos y provocaron una guerra civil como la de Siria que se internacionaliza.

Argentina no se hace eco del conflicto debido a que Cristina se encontraba en una gira por Medio Oriente y por esa razón nacieron críticas por la falta de toma de posición, así como por la toma de medidas burocráticas para que se permitiera que ciudadanos argentinos salieran desde Egipto a través de vuelos.

Artillería pesada  

Vale recordar que Siria utilizó en el conflicto artillería pesada y se logró la firma de una resolución para frenar el derramamiento de sangre, estableciéndose, además, una zona de exclusión aérea en Libia.

Argentina se posiciona diplomáticamente sobre la cuestión egipcia para que se logre un avance democrático, ya que en sus antecedentes se contabilizaban regímenes autoritarios y contra la intervención militar extranjera, a lo que hay que sumar la no utilización de armas químicas.

Nuestro gobierno firmó entonces un memorándum con Irán, relacionado con la causa AMIA (atentado de 1994) que dejó una estela de 85 muertos y 300 heridos entre críticos, graves y leves.

Paralelamente se inició una causa por la denominada “Conexión Local” en la que Carlos Telledín cobró para hacer declaraciones, dejándose luego nulo lo actuado.

Agencias de inteligencia mencionaron en sus indagaciones a Irán y al grupo Hezboallah, y se emitieron pedidos de detención, los que al momento de esta columna no se concretaron.

Hay que recordar que en 6 asambleas se pidieron la detención y extradición de presuntos responsables del caso, lo que no se logró en ese entonces por falta de acuerdos por falta de pruebas.

Cristina Fernández fue parte de la ´Comisión Bicameral del Congreso sobre los atentados a la AMIA y a la embajada de Israel., donde se cuestionó la actuación del juez y del gobierno, lo que le valió su expulsión del bloque y posteriormente su renuncia al cargo. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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