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El gobierno de Washington, a través de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, reconoció la veracidad de los documentos clasificados que se filtraron en Wikileaks, entre los cuales uno se refería a una investigación en torno de la salud mental de la presidenta de la Argentina, Cristina Fernández, pero también condeno con duros términos el supuesto “robo” de la información, episodio que calificó como “un ataque a la diplomacia de los Estados Unidos y a la comunidad internacional”.

"Estados Unidos condena firmemente la publicación ilegal de información clasificada, que pone la vida de personas en peligro, amenaza nuestra seguridad nacional y socava nuestros esfuerzos para trabajar con otros países", dijo Hillary en una breve conferencia de prensa.

Wikileaks divulgó más de 250 mil documentos, algunos de ellos secretos, referidos principalmente a las comunicaciones del Departamento de Estado con más de 270 embajadas, consulados y misiones diplomáticas de Estados Unidos en todo el mundo.

Entre las comunicaciones hechas públicas figura un documento donde el gobierno de Estados Unidos manifiesta "desconfianza" hacia el gobierno de Cristina de Kirchner y, concreto, se dudaba sobre la salud mental de la primera mandataria.

La esposa del ex presidente Bill Clinton señaló que estas revelaciones constituyen un ataque a "las alianzas y negociaciones que hay en marcha a nivel internacional" para buscar la paz y la prosperidad en el mundo.

No obstante, se mostró confiada en que las relaciones que se han forjado con otros países durante el gobierno del presidente Barack Obama "resistan este desafío" y aseguró que estas alianzas continúan siendo el centro de la política exterior estadounidense.

La filtración de estos documentos dijo que puede tener "serias repercusiones" para algunas de las personas que están citadas.

La secretaria de Estado consideró que no abren un "sano" debate sino que "son una amenaza real, para gente real que dedican su vida a proteger a otros".

Los gobiernos de Alemania e Italia buscaron bajarle el tono al tema, a pesar de que varios de los cables filtrados no sólo cuestionan a los mandatarios de estos dos países sino a los de casi todo el mundo.

El gobierno alemán subrayó que no considera que la publicación de las informaciones obtenido por la web Wikileaks afecten negativamente a su relación con los Estados Unidos.

La relación entre ambos países es "fuerte, sólida y no quedará empañada de ninguna manera por la publicación", aseguró en Berlín el portavoz gubernamental, Steffen Seibert.

El primer ministro italiano Silvio Berlusconi –quien es descripto en los documentos como "organizador de fiestas salvajes y el líder más ineficiente de Europa"– no emitió una reacción oficial, pero los medios italianos informaron que a "Il Cavaliere" las revelaciones "le causaron risa".

El ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, no obstante, consideró las revelaciones "el 11 de septiembre de la diplomacia estadounidense, porque hacen saltar por los aires todas las relaciones de confianza entre los Estados".

Por otra parte, el gobierno ruso reaccionó con cautela ante la publicación de los documentos. El portavoz de Vladimir Putin, Dmitri Peskov, dijo que antes de emitir comentarios "deberíamos ver el documento original y analizar si los términos han sido traducidos correctamente", según informó la agencia Interfax.

Putin es descripto en los documentos como un "macho alfa" y el presidente Dmitri Medvedev como "débil" y "vacilante".

Además, se califica al primer ministro italiano Silvio Berlusconi como "portavoz" de Putin en Europa.

El fiscal general australiano, Robert McClelland, advirtió que el fundador de Wikileaks, Julian Assange, podría ser llevado a juicio si retorna a Australia.

El gobierno de Australia puso en funcionamiento en julio un grupo de trabajo para monitorear las implicancias penales de las revelaciones de Wikileaks.

Según el diario ‘The New York Times’, uno de los cinco medios a nivel mundial que tuvo acceso por adelantado a los correos diplomáticos, unos 11.000 documentos estaban clasificados como "secretos".

Otros 9.000 estaban considerados como "no forn", una abreviatura en inglés para indicar que se trata de material considerado demasiado delicado como para compartirlo con otros gobiernos.

La Casa Blanca ha considerado "peligrosa y temeraria" la filtración por Wikileaks y el fiscal general de EE.UU., Eric Holder, informó que su departamento abrió una investigación criminal por la filtración masiva de documentos diplomáticos. (Jackemate.com)

Fuentes: EFE y Télam

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