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Por Ricardo Marconi (*)

Está claro que la balacera ocurrida contra el supermercado Único de Lavalle al 2500 no fue un episodio delictivo más de los que diariamente ocurren en el Paraíso de los narcos que es Rosario. El ataque, minuciosamente preparado para involucrar a la familia Roccuzzo, cumplió su objetivo: Exponer al mundo la situación crítica que se desarrolla respecto de la actividad narco criminal en Santa Fe, utilizando a Lionel Messi, protagonista máximo del fútbol en el orbe.

Es más que evidente la pericia con la que se llevó a cabo la agresión, con el disparo de 14 balazos, al punto tal que hasta el momento en que se concreta esta columna no hay un   dato que permita a las autoridades acercarse al esclarecimiento del hecho.

Y no sólo la familia política de Messi cayó en la volteada. El intendente Pablo Javkin recibió un coletazo del ataque y se vio forzado a salir con los tapones de punta, una vez más, para cuestionar al gobierno provincial e incluso al nacional por lo que había ocurrido y para dejar claro que nada tiene que ver con el narcotráfico, a pesar de la nota dejada en inmediaciones del super.

Ya se había visto obligado a actuar con celeridad, en la tarde del 6 de febrero, cuando un individuo, que circulaba en bicicleta, baleó la seccional, 32º y no fue perseguido.

A las 24 horas siguientes, el gobernador Perotti se vio en la necesidad de pedirle la renuncia a ministro de Seguridad Rubén Rimoldi y nombrar a otro funcionario en su lugar.

En octubre pasado, producto de otra balacera, había sido capturado otro individuo que el 28 de setiembre había disparado contra los Tribunales Federales de Oroño al 800 y recién a la primera hora de la mañana, con el cambio de guardia, se dieron cuenta del ataque. Felizmente, la cámara del lugar “no estaba durmiendo” y mostró el rostro del agresor, que se fue a pie del lugar.

A los quince días, el atacante fue detenido, luego que la policía lo esperara que saliera a la calle a barrer la vereda. Así evitó darle tiempo al tirador a que borrara su celular con datos comprometedores que terminaron relacionándolo con otros narcos detenidos a los que habría ido a visitar.

Los atacantes del Único llegaron en moto y tomaron todos los recaudos necesarios, ya que a pesar de la ola de calor que afecta a los rosarinos, estaban vestidos con buzos y capuchas, barbijos –¿para evitar contagiarse de COVID 19? -, pantalones largos y guantes para no dejar huellas en las armas y en el cartel que dejaron.

El cartel amenazante que dejaron los atacantes al frente del supermercado ‘Único’ de la familia Roccuzzo en la zona oeste rosarina

Investigación silenciosa 

Evidentemente, ante la magnitud del conocimiento de las víctimas y las implicancias políticas e institucionales del episodio calificado de gravísimo, no se han dado a conocer oficialmente informaciones sobre la balacera.

Lo que sí se pudo saber que hubo, en las últimas horas, un aporte nacional de cámaras que permiten identificar a delincuentes por sus rasgos.

Allanamientos 

La necesidad de mostrar resultados, con carácter de urgencia por las razones apuntadas, se decidieron allanamientos en cárceles federales, relacionados, al parecer, con el asesinato de Lorenzo “Jimi” Altamirano, frente al estadio de Newell`s Old Boys, quien fue secuestrado al azar y usado como “sobre” para con su muerte dar un mensaje a enemigos de los asesinos.

Se requisaron las celdas y oficinas administrativas, ya que se sospecha de complicidad estructural del Servicio Penitenciario del “Capo di Capi” de Los Monos, Ariel Máximo “Guille” Cantero.

Las penitenciarías allanadas fueron Ezeiza, Marcos Paz y Rawson y las órdenes fueron impartidas por los fiscales provinciales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, de la Agencia de Criminalidad Organizada, la Fiscalía Federal Nº 2, conducida por Paula Moretti y la Procunar, a cargo de ´Diego Iglesias.  Los objetivos previstos fueron tomados por la Policía Federal y la División de Inteligencia de la Agencia de Intervención Criminal.

La grieta mafiosa 

Los investigadores que decidieron las actuaciones tomaron debida cuenta de la interna existente   entre dos grupos de Los Monos, subdivido en el trípode formado por Leandro Vinardi, Damián Escobar y Nicolás Avalle, presos en Ezeiza, mientras que el restante está conformado por Rodolfo Héctor Massini, Leandro Vilches y Pablo Nicolás Camino, alojados en el penal de Rawson.

Organización conjunta 

De los datos surgidos de la investigación se habría podido determinar que a Altamirano lo mataron por un encargo de la dupla Massini-Vilches, quienes decidieron utilizar mano de obra de Camino.

Y entre las razones del homicidio figuraría una importante deuda dolarizada de Vinardi, Escobar y Avalle con Massini-Vilches.

Entre otras versiones se destaca una que señala el enfrentamiento generado por el regenteo de los negocios de la barra brava del club del Parque de la Independencia.

Las autoridades judiciales solicitaron, además, allanar a los allegados que visitaron a los presos en las cárceles, los que dialogaron entre ellos antes y después del crimen de Altamirano. El “Guille” habría oficiado de mediador, lo que habría sido detectado mediante las escuchas telefónicas existentes en el expediente.

 La “guerra” entre las dos facciones de Los Monos también se vio reflejada en el ataque a tiros contra la sede de la Agencia de Investigación Criminal y el Sindicato de la Carne, donde los mensajes habían sido dejados para Massini y Vilches.

Vale apuntar que el allanamiento administrativo aludido en la cárcel del Marcos Paz habría sido por la sospecha judicial de que el líder de Los Monos utiliza el teléfono fijo del sector del edificio donde está preso, a lo que debe agregarse que se le secuestraron celulares el 20 de marzo y 27 de mayo del 2022. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política

 

 

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