Por Carlos Mariscal (*)
El océano Atlántico era para los argentinos un gigantesco espejo de agua que nos separaba de Europa y no me equivoco al hacer esta afirmación ya que el intercambio informativo y cultural nuestro con África era más que deficitario.
Tal vez por la influencia de nuestros ancestros, para la mayoría de los habitantes, el continente Africano era un territorio casi desconocido que quedaba mucho más lejos que la mismísima Europa, por lo menos para nuestra imaginación.
En los últimos tiempos esta realidad comenzó a cambiar para bien, gracias al aporte que en este sentido realizó el desarrollo tecnológico comunicacional, el crecimiento del intercambio comercial y el impulso que tomó la actividad diplomática.
En este marco la Cancillería Marroquí ha llevado adelante una intensa actividad en nuestro continente, guiada por una política de Estado planificada y supervisada por su Rey, Mohammed VI, aprovechando para su logro el hecho de ser el único país africano y árabe en el que muchos habitantes hablan el español y su política permanente de cooperación Sur-Sur con América Latina.
El Embajador del Reino norafricano en Argentina, Fares Yassir y un grupo de intelectuales formaron el grupo «Poetas Argentinos Amigos de Marruecos» cuyo segundo libro se llama «Historias entre dos orillas: Marruecos y Argentina», la publicación coincidió el año pasado con la realización el 08 de junio de 2022 del primer encuentro en Rabat con el Proceso de los Estados Atlánticos Africanos (PEAA) del que participaron 21 países africanos ribereños del Atlántico, entre ellos una quincena a nivel ministerial, con el objetivo de consolidar el impulso político de esta asociación africana innovadora y el 23 de septiembre del mismo año el segundo encuentro en Nueva York, marcando la intencionalidad marroquí de ir construyendo este encuentro entre las dos orillas, mas allá de la literatura.
En estos días nuevamente los representantes de todos los países africanos con costas atlánticas volvieron a reunirse en Rabat y acordaron como objetivos consolidar la paz, la estabilidad y la prosperidad compartida en la región en torno a este Programa de Acción que contiene recomendaciones para la acción colectiva en tres prioridades estratégicas.
Se trata, en efecto, de diálogo político y de seguridad en torno a la lucha contra el terrorismo, la delincuencia organizada transnacional, la piratería marítima y la migración ilegal; economía azul, conectividad marítima y energía; y finalmente el desarrollo sostenible y la protección y conservación del medio marino.
Todo esto mientras de nuestro lado sus embajadores trabajan en nuestro continente como por ejemplo las actividades coordinadas con la Cancillería Argentina en el Foro Mundial de DDHH o el reciente viaje de los tres gobiernos de la Región Centro a Argelia, Egipto y Marruecos, sin olvidarnos del intenso intercambio entre Universidades Argentinas y Marroquíes con proyectos como la creación de la Casa de América Latina y el Caribe en la Facultad de Letras de la Universidad Mohamed V de Rabat o en Centro América y el Caribe con gobiernos como el de Guatemala que también desarrolla una actividad conjunta y constante para lograr que Marruecos sea un puente de integración de nuestra región con África y Europa.
Para construir día a día la integración entre las dos orillas, la revitalizada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, “Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur” (ZPCAS) donde Argentina tiene un importante respaldo en la Cuestión Malvinas y está conformado por 24 Estados sudamericanos y africanos ( Argentina, Brasil, Uruguay, Angola, Benín, Cabo Verde, Camerún, Congo, Costa de Marfil, Gabón, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea Bisáu, Guinea Ecuatorial, Liberia, Namibia, Nigeria, República Democrática del Congo, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Sierra Leona, Sudáfrica y Togo) es otra herramienta útil para aportar al objetivo de unirnos. (Jackemate.com)
(*) Periodista Parlamentario