La República Argentina es una enorme caja de sorpresas que, diariamente, aún nos sorprende, y mucho. En esta ocasión, una alta jerarquía de la Iglesia Católica del país debió intervenir reclamando que se reactive un servicio de trenes de pasajeros de relevante importancia, como es el que cumple ‘El Gran Capitán’ para la zona litoraleña.
El obispo emérito de Puerto Iguazú, monseñor Joaquín Piña, se metió en el conflicto que mantiene parados desde hace 17 días los coches de ‘El Gran Capitán’ y por eso le envió una carta personal a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para pedirle por la reactivación de este servicio ferroviario que permite unir la estación Lacroce, en Buenos Aires, con su par de Posadas, al que, dijo, los litoraleños conocen como "El tren de los pobres".
Desde que arribó a Misiones la formación que había salido de Buenos Aires el viernes 11 de noviembre, el tren está parado y el servicio se presta con micros, aunque parcialmente y en especial con los pasajeros que tienen boletos para ir de un extremo a otro del recorrido.
En la empresa que lo opera –Trenes Especiales Argentinos (TEA)- temen que esos micros dejen de salir, según da cuenta en su sitio digital el porteño matutino Clarín.
Este servicio ferroviario es usado sobre todo por gente de bajos recursos que tiene que viajar entre Misiones y Corrientes, y también Paraguay y Buenos Aires.
En eso focalizó su intervención el obispo Piña, quien argumentó su pedido en que ‘El Gran Capitán’ es "la única alternativa de comunicación, traslado sanitario y oportunidad para buscar trabajo" que tienen muchos habitantes del litoral argentino.
El prelado le recordó a Cristina que ya le había pedido que intercediera en el conflicto "hace unos años" y que en 2007 el entonces presidente Néstor Kirchner se había comprometido a buscar una solución.
También destacó que "la prioridad del ferrocarril" en el noreste "la tiene el servicio de cargas" y que, por eso, "hay grandes intereses en juego".
Y agregó: "Pero estoy seguro de que su espíritu solidario y su gran voluntad le permitirán encontrar el camino correcto", le escribió a la Presidenta antes de cerrar la misiva con un pésame por el fallecimiento, hace más de un año, de su esposo y de saludarla "con gran afecto y sinceridad cristiana".
El servicio de ‘El Gran Capitán’ quedó interrumpido en medio de una denuncia insólita que tiene como marco una pelea que involucra a TEA, el gremio de maquinistas de La Fraternidad, la Secretaría de Transportes de La Nación y la firma ALL, que es la concesionaria que está a cargo de las vías y las locomotoras.
Según la denuncia que presentó TEA en la Policía de Corrientes, la formación que llegó a Misiones en las primeras horas del domingo 13 de noviembre fue "secuestrada" por maquinistas que trabajan para ALL y son dirigentes de La Fraternidad y transportada a una vía secundaria en el paraje correntino de Casa Pava, donde fue "peligrosamente" cruzada sobre las vías.
Ante esa denuncia, el secretario de prensa de La Fraternidad, Horacio Caminos, había cuestionado a Emilio Franchi, el titular de TEA, a quien acusó de tener "una actitud mendaz e irresponsable" y de haberse beneficiado "con una licencia provisoria".
De hecho en la empresa reconocieron en su momento que, sin autorización federal, el servicio funciona gracias a los amparos con los que fue beneficiada por la Justicia Federal de Corrientes.
En medio de esas denuncias, la Secretaría de Transportes de la Nación emitió un comunicado para insistir en que TEA no tiene permiso para operar.
En esa comunicación –que ya antes había sido emitida para la provincia de Corrientes- se basó, a su vez, ALL para no volver a traccionar con sus locomotoras las formaciones de ‘El Gran Capitán’, que están en Casa Pava, una, y en Lacroze, la otra, desde hace 17 días. (Jackemate.com)