Los robos parecen no tener fin en instalaciones militares argentinas. A los últimos acontecimientos ocurridos en distintas jurisdicciones, ahora se sumarían uno que habría ocurrido hace escasas horas en el Grupo de Artillería 11 y en el Batallón de Ingenieros 11, ambos asentados en la provincia de Santa Cruz, y otro reciente en Córdoba del que nada se informó oficialmente, pero trascendió de fuentes castrenses
Si bien no hay información oficial suministrada desde el Ministerio de Defensa ni desde el edificio ‘Libertador’, sede de la comandancia del Ejército, trascendió extraoficialmente y llegaron al escritorio de ‘El Alfil’ que un grupo comando habría sido el que atacó e incendio varios vehículos militares de unidades militares patagónicas, pero aún se desconocen las razones y origen del mismo.
Entre ellos, la camioneta oficial del jefe del Batallón de Ingenieros, una Ford Ranger, así como una camioneta Berlingo del Grupo de Artillería y dos jeeps Mercedes Benz. Ambas unidades asentadas la localidad de Piedrabuena, en la provincia de Santa Cruz, y dependientes del XI Brigada Mecanizada del Ejército.
Según fuentes extraoficiales que dialogaron con ‘El Alfil’, el siniestro habría empezado –sería de forma intencional- en una rueda de una de los vehículos militares (no se da cuenta de cuál de ellos) y luego se extendió a los otros dos vehículos, consumiéndolos antes de la llegada de bomberos.
Todo habría sucedido en el playón de estacionamiento externo, afuera del predio militar.
Más allá de las pérdidas materiales, sobre las que califican como “importantes”, y más en un Ejército carente de elemento moderno y considerado por expertos “cercano al grado de indefensión”, evidencia a simple vista una total inseguridad en sus instalaciones.
Las mismas fuentes señalaron que a este hecho se le debe sumar el robo de armas ocurrido la semana pasada en Campo de Mayo, casualmente también en un Batallón de Ingenieros (tuvo difusión pública) y el robo de armas en el Regimiento de Infantería 14 de Córdoba, sobre el cual se comenta que aún no se pudo determinar la cantidad real de armas sustraídas porque los mismos militares ocultarían las novedades en torno de este robo.
Lo significativo de estos episodios, que resultan extraños porque se refiere a instalaciones militares, donde la seguridad es vital, es que aún se desconocen el destino de estas armas de fuego sustraídas y las especulaciones que surgen a partir de la desinformación son muchas y peligrosas para los tiempos políticos que vive la Argentina.
¿Serán para venderlas a bandas de narcotraficantes que operan en nuestro país? ¿Irán a parar a grupos políticos violentos que se prepararían para actuar en caso de no obtenerse resultados electorales afines? Son preguntas que surgen sin respuestas inmediatas, al menos por ahora. (Jackemate.com)