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Por Ricardo Marconi (*)

En sus primeras décadas de existencia, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) utilizó sus “presupuestos negros” para llevar adelante programas que tenían como premisa esencial la realización de acciones encubiertas durante el ciclo de la denominada Guerra Fría.

En esos tiempos millones de dólares –que significan cifras mínimas para la economía estadounidense-, fueron destinados a la propaganda etérea y a algo más concreto: las operaciones psicológicas. 

Para inducir procesos eleccionarios, se llegó a repartir dinero en países europeos tras la II Guerra Mundial, así como en la puesta en funcionamiento de emisoras de radio en el este europeo y el sureste asiático.

El hombre de la CIA, encargado presumiblemente de esta especialísima labor habría sido Frank Wisner, un experto en el tema, ya que tenía sobrada experiencia en conducir campañas, con diferentes objetivos al mismo tiempo.

Reducción y eliminación 

La década del 90 resultó mortal para el derroche y los presupuestos negros, que en principio se redujeron y, posteriormente se eliminaron con la llegada al orbe de la Internet y de inmediato la globalización.

El mazazo final lo dieron las leyes de Estados Unidos que prohibieron a la Agencia Central de Inteligencia realizar operaciones propagandistas contra los medios de comunicación para influir a los ciudadanos y ello trajo como consecuencia, casi inmediata, que los periodistas extranjeros comenzaran a ser inducidos a hacerse eco de historias que tenían contenidos reales, mezclados con falsos o totalmente fraudulentos.

Finalmente, la CIA optó por abandonar el referido tipo de campañas y ese lugar fue ocupado por el Pentágono, ayudado por el Congreso, que autorizó la realización de operaciones psicológicas

En principio, los legisladores aprobaron el mecanismo aludido para ayudar a tropas que combatían en distintos lugares del planeta luego del 11-S, aunque lo hicieran de manera tangencial, siempre y cuando el control estuviera a cargo del Departamento de Defensa. El objetivo de máxima era el de infundir determinados criterios sobre la opinión de la población del mundo musulmán, fundamentalmente tras la guerra de Irak.

La llegada del fumador 

Un individuo corpulento, fumador empedernido de Marlboro, en la cálida primavera del 2005, transitaba despreocupado frente a los stands de los vendedores tecnológicos de una convención nacional de emisoras en la ciudad de Las Vegas.

Frank Wisner, el alcohólico jefe de operaciones encubiertas de la CIA

Muchos comerciantes y empresarios lo conocían como vendedor de elementos de oficina, aunque en realidad era un experto en operaciones psicológicas que dependía del Ejército de Estados Unidos, que lo utilizaba para “hacerle la cabeza” a otros para que desataran guerras.

Se trataba de Michel Furlong, quien se dedicaba a las “guerras mentales”, ya que, por su contextura física, excedida de peso, no daba para el campo de batalla porque se movía con sudorosa lentitud.

Sin embargo, tenía una energía más que destacada cuando se expresaba hablando casi sin respirar, por lo que muchos militares y compañeros de armas no le entendían y por ello nadie le hacía preguntas –para no quedar en falsa escuadra-, cuando exponía sus planes en reuniones de alto nivel. Planes que, a veces, eran impracticables.

Así y todo, había logrado hacerse de varios títulos: de periodista, de especialista en negocios en la Universidad de Loyola, Nueva Orleans y de fundamentos de la guerra de infantería, en Fort Bragg, Carolina del Norte. Ascendió en el tiempo y llegó a ser comandante del Ejército en el Grupo de Operaciones Psicológicas.

Curiosamente, se ponía paranoico al quedar afuera en operaciones que la inteligencia norteamericana lo dejaba al margen de tareas de su especialidad en el extranjero, aunque posteriormente lo enviaron a Bosnia, donde lo pusieron al frente de un batallón de operaciones psicológicas que debía trabajar sobre emisoras de radio y televisión para convencer a los nativos para que colaboraran con las tropas pacificadoras.

El antecedente de Vietnam 

El tipo de tareas que nos ocupa, vale decirlo, tuvo preponderancia en la Guerra de Vietnam, cuando equipos de fuerzas especiales, trabajaban junto a la CIA para llevar adelante guerras psicológicas prolongadas contra los líderes de Hanoi, así como contra ciudades de Vietnam del Norte.

Se utilizaban documentos falsos para crear confusión y las actividades más elaboradas estaban a cargo del experto boina verde Robert Andrews, quien terminó siendo asesor del exsecretario de Defensa Ronald Rumfeld, en el período 2001-2006.

Un falso movimiento resistente 

Sin ánimo de distanciarme de la cuestión central –Furlong-, es necesario decir que Andrews creó un falso Movimiento de Resistencia en Vietnam del Norte, que denominó “La Espada Sagrada de la Liga de Patriotas” para propagar la idea o el mito de la existencia de una oposición armada contra el Partido Comunista Vietnamita asentado al norte de la Zona desmilitarizada.

El Movimiento lanzaba folletos y utilizaba cañones sin distintivos y a la gente que captaba les vendaban los ojos y los llevaban a la Isla de Culao Chah, frente a Da Nang, donde el grupo tenía su cuartel central.

Allí se le contaba sobre las operaciones guerrilleras para socavar al gobierno de Hanoi y se les pedía que se unieran a la resistencia. También se les regalaba radios que sintonizaba “La luz de la SSPL”.

También, habitualmente, se dejaba un cuerpo sin vida frente a la costa norvietnamita con mensajes falsos en los bolsillos y esos textos terminaban en manos de analistas de Vietnam del Norte.

A todo esto, Furlong se había retirado del servicio activo, antes del 11-S para trabajar con una empresa contratista que intentaba “ganar los corazones y las mentes del mundo musulmán, como parte de una guerra secreta”.

Y en el otoño del 2001, trabajó con el equipo de Rumfeld, desarrollando una tesis de información por la que obtuvo una medalla del Departamento de Defensa.

Hasta llegó a participar de reuniones en la Casa Blanca, en el gobierno de George Bush, donde se discutían medios para llegar a la mentalidad musulmana con mensajes específicos.

Emisora en Irak 

Aquí cabe recordar que cuando los militares iniciaron su intento de reconstruir Irak, crearon una emisora de televisión y la Red Irakí de Medios como contrapeso de Al Jazzera árabe.

Se habrían utilizado 80 millones de dólares del Pentágono. Furlong participó del proyecto, según una investigación periodística y luego se abrió del mismo en 2003.

Otras fuentes dijeron que Furlong se manejaba en un Hummer blanco por Bagdad, con matrícula de Maryland, lo que habría motivado quejas internas, pero al final se le perdonaba todo, ya que conocía como nadie el mecanismo de asegurar dinero no utilizado del presupuesto por la burocracia, para “crear imperios difusos”. 

Estuvo a punto de obtener un cargo en la División de Operaciones Psicológicas del Mando de Operaciones Especiales de Estados Unidos, conocido como SOCOM.

Generación de negocios porno 

La guerra, en muchísimos casos degeneró en negocios y U-Turn Media, una empresa de Jan Obrman, en la venta de suministros de oficinas.

Obrman, un checo, huido de Praga durante la represión de los sesenta, se encontró privadamente con Furlong para concretar los mismos, enmascarándose

U-Turn Media se había convertido en un gigante de los teléfonos inteligentes y los consumidores la descargaban como un ícono que actuaría como un portal de Internet y luego se asoció con empresas de pornografía para generar un programa de transferencia de videos porno a celulares en sociedad con Czwchmytits, que traducido significaría algo así como “Mirá mis tetas”.

El programa mostraba a un hombre caminando por las calles de Praga pagando 500 coronas checas a mujeres que aceptaran mostrar sus pechos a la cámara.

Después de hacer “sus pininos” en el porno Obrman explotó el mercado de la inteligencia al encontrarse con Furlong en Las Vegas para difundir puntos de vista estadounidenses en el extranjero.

Furlong, Obrman y el SOCOM se unificaron para difundir videos en el mundo musulmán mediante teléfono celulares y Furlong propuso que se adaptara el programa para conocer quienes ingresaban a los teléfonos para entregar el dato a los militares.

El proceso subsiguiente 

La data lograda fue procesada por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), que luego repartiría a los otros organismos de defensa para detectar conspiraciones terroristas.

La data se concentraba en Virginia y para evitar el incumplimiento de leyes se le pidió a Furlong el traslado de datos a la sede central de U-Turn, en Praga, generándose con ello un enfrentamiento entre la CIA y Furlong.

Programa piloto 

En 2006 U-Turn Media montó una presentación para dar a conocer un programa piloto destinado al Pentágono que se enviaría a países islámicos, donde crecía la utilización de los celulares.

El programa tenía que ver con la transmisión de mensajes clandestinos en los que había una mezcla equilibrada de noticias, informes de política y religión, dirigidas especialmente a jóvenes de alto riesgo y el Pentágono, si aceptaba la propuesta, podía integrarse.

Al final logró U-Turn el contrato, en agosto de 2006, por 250.000 dólares, cifra que fue autorizada por la burocracia militar. Fue el primer contrato logrado de muchos en el tiempo.

Y eso no fue todo, el espía Furlong contactó y convenció a Obrman para crear LLC JS Media Transmisión System, que se constituyó empresarialmente en las Islas Seychelles, conocidas por los argentinos por hechos que se investigaron a nivel gubernamental en nuestro país.

Hacía las islas se iban a derivar transferencias a través de cuentas extranjeras y el “Rey de las Zonas Grises” confirmó contratos para hacer operaciones de propaganda, aprovechándose de la ley que permite a empresas, cuyo propietario es estadounidense, conseguir ciertas ventajas ante ofertas por contratos gubernamentales. Una de las componentes de la asociación fue la empresa Wyan Neftel, una firma situada en un terreno de Oklahoma.

Odisea 

En Oklahoma se creó un juego consistente en una odisea en la que tira tiros como los existentes en Rosario en cantidad, en este caso van por las calles de Bagdad disparando a insurgentes que intentan matar a civiles en una oleada de ataques terroristas.

El objetivo es, en el entretenimiento, alcanzar una seccional policial iraquí y entregar los planos secretos para un ataque insurgente a realizar. –el título del juego era “Héroe iraquí” y funcionaba con la clave secreta “Eco nativo”.

En el juego se luchaba contra el flujo de extranjeros combatientes que ingresaban en Irak desde Yemen, Siria, Arabia Saudita y partes del territorio del norte africano. Dicho entretenimiento podía ser modificado según las necesidades estadounidenses para lograr anexar a jóvenes de Marruecos, Egipto y Jordania, ya que sólo bastaba modificar el diálogo que sirviera para cada situación política.

Furlong obligaba a la empresa a cumplir un calendario de entrega para terminarlos lo antes posible, a los fines de distribuirlos en Oriente Medio mediante tarjetas de memoria, regalándolos en mercados y bazares o a través de sitios web y blogs de Oriente Medio para poder monitorear cuánta gente descargaba el juego.

Paralelamente, Furlong hizo fabricar y poner a la venta una nueva marca de prendas de vestir con rostros de cantantes de Medio Oriente y hasta enviaba televisores con pantalla plana, a aldeas remotas con electricidad, preferentemente a Asia Central.

Los televisores, protegidos con blindaje, portaban una antena que permitía recibir mensajes y emitirlos a miles de kilómetros de distancia.

Las transmisiones se hacían con periodistas independientes que escribieran informes que contenían información positiva sobre Norteamérica.

Es de hacer notar que en 2008 U-Turn había ganado más de 5 millones de dólares de SOCOM, como contratista y su dueño puso en marcha una nueva empresa en EE.UU.: International Media Ventures, situada junto a otras empresas contratistas del Pentágono y la CIA. Incluso había sucursales en San Petersburg y Florida.

Y fue en ese momento en que se iniciaron problemas, ya que en la CIA se gestaron indagaciones por los motivos por los cuales U-Turn estaba en conexión con Furlong.

Es que U-Turn Media había contratado un ejército de programadores para producir juegos y páginas web para el Pentágono.

Y esa decisión empresarial motivó que el jefe de la Estación de la CIA en Praga comenzara a emitir cables a la central de Langley, en los cuales hacía preguntas sobre el acuerdo de la empresa, Furlong y la CIA, a lo que agregaba lo fácil que resultaría a los rusos infiltrar las operaciones de U-Turn.

La interna en la CIA se había iniciado contra Furlong, pero la misma forma parte de una próxima columna.

Una operación clandestina checa 

La CIA estableció una operación informática clandestina en la República Checa, sin notificarlo al gobierno de ese país y esa decisión inconsulta implicó que los espías checos se negaran a colaborar en operaciones de la Agencia.

En esos días, para colmo, la Casa Blanca estaba tratando de instalar un programa y un radar de seguimiento defensivo de misiles al suroeste de Praga, mientras que Vladimir Putin, denunciaba planes de defensa y presionaba a países centroeuropeos para que se negaran a la petición americana de colocar los aludidos radares.

La tensión entre Furlong y la Agencia aumentaba y el espía terminó por trasladarse, a mediados del 2008, a la base de la Fuerza Aérea localizada en San Antonio, Texas, donde funcionaba una célula de operaciones psicológicas denominada Mando Conjunto de Operaciones Psicológicas de Guerra, aunque –en paralelo-, continuó supervisando  a U-Turn, motivo por el cual se reunió con empleados de la empresa, implicando ello, al trascender la reunión, que agentes de la Agencia comenzaran a sospechar de Furlong y de su intención de resucitar su Programa de Búsqueda y Procesamiento de Datos, a lo que debe agregarse que el sospechado pudiera utilizar la “visita” para supervisar programas clandestinos, con lo que se corría el riesgo que con ese accionar desbaratara meses de negociaciones  diplomáticas sobre el pacto de defensa con misiles.

Furlong fuera del juego 

La decisión que surgió fue la de sacar inmediatamente de Praga a Furlong y el general John Koziol, jefe directo del espía en San Antonio lo contactó por medio de un mensaje urgente: “Haz el check out en el hotel, vete al aeropuerto y toma el primer avión que sale de Praga”.

Furlong había entrado en una lista negra interna y la CIA le cayó encima con una tonelada de ladrillos. El “fumador empedernido”, que hacía recordar a un personaje de la serie “Expedientes X”, comenzó a llamar a la CIA “su Némesis”.

Condolezza en Praga 

Unas semanas después de la expulsión de Furlong, un avión que llevaba a la secretaria de Estado norteamericano Condolezza Rice y un grupo de diplomáticos aterrizó en el aeropuerto de Praga.

Rice, esa misma noche participó de una cena de gala y chocó su copa de Champagne, bien frapé, con el ministro de Relaciones Exteriores checo: Karel Schwarzemberg. 

             

Y en la oportunidad acordaron tratar en las horas que seguían un nuevo pacto de misiles defensivos y el inicio de una nueva era en las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y la República Checa. (Jackemate.com)

 

(*) Licenciado en Periodismo – Postítulo en Comunicación Política 

 

 

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