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María Schneider, la eterna joven amante de Marlon Brando en la polémica película ‘Último tango en París’, falleció este jueves en la capital de Francia, donde había nacido en 1952, a causa de un cáncer, según el diario galo ‘Liberation’. Casi nadie recuerda su último papel cinematográfico en ‘Cliente’, de 2008, porque en el fondo, por mucho que intentara liberarse de ese fantasma, siempre será la amante del también actor norteamericano fallecido Marlon Brando en ‘El último tango en París’, esa película maldita que fue su trampolín y su pesadilla durante toda la vida.

Tenía 58 años y una carrera que, tras el filme de Bernardo Bertolucci, fue caracterizada por una serie de altibajos, entre problemas psicológicos y de drogas y vueltas decepcionantes al cine.

Pese a todo, son miles los usuarios que están lamentando su muerte en la red social Twister, donde el nombre de la actriz se ha convertido en tema del momento.

Schneider nació en París en 1952. Con 20 años, en 1972, actuó junto a Brando en ‘El último tango en París, una de las películas más escandalosas de la época. Su segundo papel importante fue en ‘El reportero’, de 1975.

Pero desde entonces, lo único que consiguió fueron roles secundarios. Mientras, empezó a entrar y salir del hospital, debido a depresión y dependencia de heroína. Abandonó el cine durante una época, para intentarlo con la música, su antigua pasión: entre otras cosas, llegó a sacar a la venta un disco dedicado al cantante italiano Lucio Battisti.

"Su muerte ha llegado demasiado pronto, antes de que pudiera volver a abrazarla, y al menos por una vez pedirle perdón", declaró al periódico italiano ‘ La Repubblica el director Bernardo Bertolucci, con quien Schneider tuvo una relación muy difícil.

En una de sus últimas entrevistas, en 2007, la actriz volvió a hablar de su obsesión y de la famosa escena de la mantequilla con Marlon Brando: "Fue una idea suya. Y Bertolucci me dijo lo que tenía que hacer poco antes. Me engañaron. Casi me violaron. Esa escena no estaba prevista. Las lágrimas que se ven en la película son verdaderas".

Sin embargo, en otra entrevista, agradecía a Bertolucci el hecho de que le hubiera permitido entrar en la historia del cine. Pese a todo, amó y odió ese papel durante toda su existencia, hasta este jueves cuando la muerte la alcanzó.

No obstante, su angelical o demoníaca joven figura –según el cristal con que se la juzgue- seguirá viviendo en la retina de muchos argentinos que, tras ver ‘El último tango en París’, soñaron vivir un romance de ese estilo en la Ciudad Luz, en esa vieja casona junto al río Sena y a una estación del metro parisino. (Jackemate.com)

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