Por estas horas, a los europeos los preocupa más un posible ataque de Israel a la República Islámica de Irán para terminar con una posible amenaza nuclear a su territorio, que la debacle económica que se viene registrando en los últimos meses en la casi totalidad de países que integran la Comunidad Económica Europea.
Es que crecen los riesgos de que Israel lance un devastador ataque contra Irán para hacer imposible la fabricación y el lanzamiento de bombas nucleares por parte del régimen de Teherán, inevitablemente destinadas a cumplir el sueño proclamado de destruir al “Estado sionista”.
En el 33er. aniversario de la revolución, el líder iraní Mahmud Ahmadinejad alimentó otra vez los temores, al afirmar que “en los próximos días viviremos la inauguración de nuevas instalaciones nucleares” y prometiendo que su país “no va a ceder a sus derechos”.
Si se materializa el choque militar, Europa se sumiría en una profunda depresión económica de la que tardaría años en recuperarse, según se desprende de informes de los principales analistas políticos y económicos del Viejo Continente.
Israel está preparando desde hace mucho el ataque, que reclamaba hace años el entonces premier Ariel Sharon a los presidentes George Bush, padre e hijo.
Los israelíes afirman que Irán está al borde de entrar en posesión de armas nucleares transportables en misiles ya operativos y que pronto ingresará en la “zona de inmunidad” que hará imposible echar para atrás o parar el reloj que cuenta el tiempo que falta para una guerra de consecuencias desastrosas.
A los europeos les basta pensar la catástrofe económica que sobrevendrá con un aumento del petróleo a 160-200 dólares el barril, además del disparo en el corazón a los intercambios mundiales.
El economista norteamericano, Nouriel Roubini, que predijo la actual crisis global, le dijo a la agencia AP en el Forum de Davos que el ataque y lo que siga causará un agravamiento de la recesión global, primero en Europa.
Barack Obama confía en las sanciones para obligar a Irán a aceptar un acuerdo que le impida el desarrollo de armas nucleares. Pero el mismo Obama, que en noviembre luchará por su reelección, afirma que “todas las opciones están siendo consideradas”.
El ataque podría ser en abril o junio
Si el ataque se produjera, los analistas barajan que podría ser en abril o junio, porque se abre para Israel una ventana estratégica favorable.
Otros pensadores de lo peor creen que es inútil plantearse estos plazos, cuando tal vez el ataque sea inminente aunque ayer la poderosa Turquía advirtió que un ataque “sería un desastre”.
Hay dos antecedentes de la determinación de Israel de impedir que en la región haya un país potencialmente enemigo con armas nucleares.
En los ‘80, aviones con la estrella de David destruyeron la usina nuclear de Irak y, en 2007, las instalaciones de Siria.
Como las estructuras atómicas iraníes están en profundas grutas en las montañas, Israel cuenta con un centenar de las llamadas “bunker busters”, capaces de penetrar y explotar una carga devastadora. EE.UU. está por enviarle otras 200 mejoradas, las GBU-31, con guías de precisión de la Boeing y cargas explosivas todavía más poderosas.
Si las “bunker busters” funcionan, Israel evitaría utilizar contra las grutas que protegen el sistema nuclear iraní micro bombas atómicas de fabricación propia. Aunque Israel lo sigue negando, se sabe que tiene al menos doscientas bombas nucleares.
Un ataque de este tipo causaría una crisis sin precedentes, la peor desde el fin de la Guerra Fría, al convertir en un inmenso Irak a todo Medio Oriente. Los contragolpes políticos y estratégicos serían incontrolables y planetarios, con una segura recesión global que llevaría años superar. El mundo quedaría al borde de un conflicto bélico general.
Israel, sostiene ‘The Washington Post’, apunta a una guerra de unos cinco días seguida de una decisión de alto el fuego de la ONU. Tel Aviv cree que los daños al programa nuclear iraní serían buenos, por lo que haría falta otro ataque en los años siguientes.
El premier Benjamín Netanyahu no lo ha decidido aún. Pero sugestivamente suspendió las maniobras militares con EEUU previstas para mayo.
Una parte de la inteligencia israelí es escéptica y espera que EE.UU. logre convencer a Teherán que debe aceptar que su programa nuclear seguirá adelante, pero bajo control internacional y con propósitos civiles exclusivamente. No queda mucho tiempo para esta opción pacífica. (Jackemate.com)