La serie de ataques en la Ciudad Luz de París fue reivindicada con un comunicado por el grupo terrorista de Medio Oriente ‘Estado Islámico’, que dejaron hasta ahora casi 130 muertos y decenas de heridos, algunos de ellos de suma gravedad. Desde Jackemate.com adelantamos que podrían haber sido sus autores integrantes de esta organización yihadista con base en Siria e Irak. En tanto, uno de los ocho atacantes muertos ya fue identificado por la policía francesa
Estado Islámico, organización terrorista surgida de Medio Oriente de origen aún bastante impreciso y con aristas internacionales ligadas al petróleo, ya hizo ‘cabeza de playa’ en Europa y, según fuentes de inteligencia, ya habría infiltrado, al menos, dos millares de sus miembros escondidos entre los inmigrantes que escaparon del horror de la guerra en Siria.
Por lo que no se descuenta entre los servicios de seguridad que este no haya sido el único ataque de este grupo en Europa, sino el inicio de una ola de atentados por venir en los próximos meses en las principales ciudades de Europa, puntualmente en los países que enviaron tropas o ayudas a la alianza occidental que los combate en el Medio Oriente.
El atacante identificado se trataría de un ciudadano francés, de unos 30 años, y conocido por el espionaje francés. Fue identificado gracias a huellas halladas en el lugar de la explosión de la sala Bataclan, según detalla el parisino diario ‘Le Monde’.
Al mismo tiempo, la vecina Bélgica parece formar parte de la pista que conduce a los terroristas, al igual que ocurrió con los dos ataques que sacudieron París en enero.
La policía ha realizado varios registros este sábado en el barrio bruselense de Molenbeek, con un grupo de policías fuertemente armados.
Por su parte, el fiscal de París, François Molins, ha afirmado que los fallecidos en el atentado de este viernes ascienden ya a 129 y los heridos a 352, de los cuales 89 se encuentran en estado crítico. Siete de los atacantes han muerto.
Según ha indicado el fiscal, los terroristas actuaron "muy posiblemente" en "tres equipos que estaban muy coordinados".
El ministro de Justicia belga, Koen Geens, ha confirmado en una entrevista a la cadena flamenca VRT que ya hay cinco detenidos y que las redadas de Molenbeek están ligadas a los atentados en Francia, concretamente con el coche con matrícula belga encontrado en las inmediaciones de Bataclan.
Se trataba de un vehículo alquilado. Parece que hay un segundo vehículo belga en otro de los escenarios de los atentados. La fiscalía del país, a cargo de la investigación, ofrecerá información oficial en unas horas.
Más allá del barrio de Molenbeek, con un importante núcleo de población árabe, varios distritos de Bruselas han experimentado una fuerte presencia policial. Tres de los terroristas involucrados en los sucesos de Francia provienen de ese distrito, según recoge el diario belga ‘La Dernière Heure’.
Y algunos testigos de los atentados aseguran haber visto una matrícula belga entre los vehículos usados por los implicados. La prensa francesa detalla fueron tickets de aparcamiento de vehículos con matrículas belgas encontrados en París los que condujeron a los investigadores hasta Molenbeek.
Pasaporte sirio
Los investigadores encontraron además un pasaporte sirio en la proximidad del cadáver de uno de los suicidas de Saint Denis, sin que se haya podido establecer un vínculo entre el portador y el documento.
El pasaporte sirio encontrado fue registrado el pasado 10 de octubre en la isla griega de Leros, informó el ministro heleno de Protección Ciudadana, Nikos Toskas, en un comunicado.
El ministro subrayó, sin embargo, que no hay certeza de que el pasaporte perteneciera a la persona que lo llevaba, ni tampoco si se trata de uno de los terroristas o de una víctima.
Por el momento, Bélgica no ha decidido elevar su nivel de alerta -ya elevado desde los ataques de enero en París-, pero sí se están realizando controles especiales en las fronteras, según ha anunciado el Gobierno.
Se activará, además, un dispositivo especial de seguridad el próximo martes, con motivo del partido de fútbol entre España y Bélgica en el estadio Rey Balduino, en el distrito bruselense de Heysel. Las autoridades recomiendan no llevar ni mochilas ni nada que requiera más inspecciones de seguridad de las habituales.
En Alemania, la policía de Baviera detuvo el 5 de noviembre a un montenegrino con metralletas, granadas de mano y varios kilos de explosivos que tenía en el navegador una dirección de París.
"Ahora se está investigando si eso significa que hay una conexión con los ataques o no", dijo el ministro del Interior, Thomas de Maizière, informa Luis Doncel.
“Capital de las abominaciones y de la perversión”
En el comunicado reivindicativo de los asesinos del Estado Islámico, relacionan la acción terrorista en París con el hecho de ser la “capital de las abominaciones y de la perversión”.
Es decir, en su demencia, los terroristas identifican la ciudad como el pecado, como el demonio. Y los ciudadanos como viciosos. Las salas de música como templos paganos.
Los atentados golpean a personas inocentes en bares y restaurantes, salas de fiestas, estadios y calles. Todo lo que caracteriza un modelo de libertades en un espacio público. Odian el ocio. Por lo que lo que representa de libertad y emancipación.
Lo fanático contra lo lúdico. Se visten de negro, porque detestan el color, la música, la diversidad. Odian las risas. No quieren sonrisas, solo muecas. De dolor o de sufrimiento.
Han actuado de noche. Un viernes. Justo cuando la ciudad de las luces se ilumina con la luz de los goces y los placeres, con las sobras de las emociones y los afectos, con la claridad de las artes.
Cuando la vida parece eterna. Cuando la noche protege a los amantes, a los cómplices, a los amigos. Llegaron de noche, para hacerla eterna, para que no tuviéramos un mañana, y ganar su falsa eternidad con su incomprensible martirio.
A los asistentes al concierto de la sala Bataclan, los llaman “idólatras”. Su pecado es admirar a ser es humanos: músicos, cantantes, artistas. Les matan por paganos, por ejercer la mística de la música. Su odio es tan incompresible como peligroso y asesino.
A los asistentes al concierto de la sala Bataclan, los llaman ‘idólatras’. Su pecado es admirar a ser es humanos: músicos, cantantes, artistas."
Nos desprecian. Hablan del olor de “las calles malolientes de París", que tiemblan indefensas. Se jactan de su pureza. De nuevo asocian la ciudad y los ciudadanos al demonio y su pestilente presencia: “Seguirán oliendo el olor de la muerte por haber estado a la cabeza de la cruzada”.
Nos quieren atemorizados y paralizados. “Incluso sentiréis miedo de ir al mercado", proclamaban en un mensaje de vídeo de Al Hayat, la sección mediática de los acólitos del califato: "Se te ha ordenado combatir a los infieles donde quiera que se encuentren. ¿A qué esperas? Hay armas y coches disponibles y los objetivos están listos para ser golpeados", indica uno de los terroristas. "Sirve incluso el veneno. Envenena el agua y los alimentos de al menos uno de los enemigos de Alá", conmina.
"París tembló bajo sus pies", agregan los yihadistas. Así nos quieren: derrotados en nuestros corazones, ánimos y valores. Quietos, inmóviles, encerrados. Quieren destruir la risa y el movimiento. Ahora, hoy, más que nunca hay que reírse entre el dolor, el llanto y el desaliento. Reír llorando.
Para enfrentarnos al odio con ocio. A la barbarie con arte. A las pesadillas con sueños. Para que Paris tiemble… pero de bailes y pasos libres, no de miedos y espantos.
Hoy lloraremos, pero mañana volveremos a bailar y a dibujar. Para ganar la batalla de las ideas y los valores. La auténtica gran batalla. (El País, Le Monde, Jackemate.com)