Por Ricardo Marconi (*)
En esta semana los medios de comunicación avanzaron informativamente sobre la causa por presunto espionaje ilegal a políticos, periodistas y empresarios, realizado durante el Gobierno nacional anterior al que actualmente preside Alberto Fernández.
El objeto de esta columna no es el de ofrecer al lector una primicia sobre este supuesto caso, sino el de brindar una perspectiva distinta: la relación entre el espionaje, el poder espiritual, el linaje y el dinero.
La presión del poder –dicen los mismísimos diplomáticos-, «es un factor poderoso cuando se trata de elegir entre distintos amos, ya que el que tiene la facultad de dominar siempre es un demandante y quizás allí estribe el porqué de la presión».
El poder tiene dueño, pero no le interesa quienes son los amos, puesto que el mismo se nutre de oportunidades y fortalezas efímeras.
Quienes vienen siguiendo las columnas que generamos sobre los grupos sociales que conforman hermandades –en este caso de espías-, habrán advertido que sin secretos no hay logias y sin misterios no hay ardid que valga.
El misterio es un factor prioritario en cualquier secta, sea esta esotérica o plutocrática.
Ello es así porque la sugestión de lo oculto potencia el marco de la intriga en las reuniones donde lo que está en juego es el secreto del poder para la consecución del dinero, el prestigio y el status.
Poder y persuasión necesitan de grandes dosis de hermetismo y en ello influye la aglomeración de signos…y de espías.
El valor del secreto mejora la calidad del poder y ello se magnifica aún más si se trata de una cuestión lucrativa o de alta esfera gubernamental.
Llegado a este punto, el lector advertirá que no se trata de un mero formalismo utópico o esotérico, sino de una condición aristocrática en torno a tres objetivos concretos: Poder espiritual, linaje y, obviamente, dinero.
Quien está siguiendo estas líneas se preguntará que tiene que ver en todo esto el poder espiritual y la respuesta es: con el arte de instigar; el linaje con el de la posición social y el dinero con las transacciones económicas.
Por ello es importante una adhesión global entre poderosos de un gobierno –cualquiera sea-, porque sin esta adhesión sería imposible disfrutar de un poder expansivo y de gran magnitud. Allí reside el secreto del éxtasis global. (Jackemate.com)
(*) Licenciado en Periodismo – rimar9900@hotmail.com