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El Gobierno español anunció  una reforma laboral que rebaja de forma generalizada el coste del despido para las empresas, tal como avanzó el ministro de Economía, Luis de Guindos. La respuesta de los trabajadores se hizo sentir de inmediato con protestas en las principales plaza españolas, donde hubo violenta represión del aparato contra los manifestantes

Las recetas neoliberales que el FMI impuso en Sudámerica, ahora caminan por Europa con sus letales consecuencias en el cuerpo social y económico de los países que las aplican.

Entre los cambios que establece la nueva normativa, se generaliza el contrato con indemnización por despido de 33 días y un máximo de 24 mensualidades, así como se flexibilizan las causas para que los empresarios puedan acogerse a la vía del despido procedente, que se limita a 20 días por año trabajado y fija un máximo de 12 meses.

La clave para ello es que se prescinde de la autorización administrativa en los Expedientes de Regulación de Empleo.

A partir de ahora, las empresas tendrán más opciones para acogerse a la vía del despido procedente, que es el que tiene una indemnización de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades.

Así, según explicó la ministra de Empleo, Fátima Báñez, bastará con que tengan "pérdidas actuales o previstas" o una "disminución de ventas durante tres trimestres consecutivos" para poder plantear un Expediente de Regulación de Empleo (ERE).Mariano Rajoy, jefe del Gobierno español

 Sin embargo, gracias a la reforma, los ERE no requerirán autorización administrativa como hasta la fecha. Con la legislación vigente, las empresas que querían acogerse a un expediente de regulación tenían que recibir una autorización del Ministerio de Empleo, para lo que era esencial que el ERE fuese pactado entre los empresarios y sindicatos.

Con vistas a superar el bloqueo del proceso y que las negociaciones se eternizasen, la empresa solía optar por aumentar las indemnizaciones frente al mínimo de 20 días y 12 mensualidades que permiten los ERE. Prueba de ello es que el 70% de los despidos se tramitan por la vía del despido exprés procedente.

A partir de ahora, no obstante se liberaliza la opción de los ERE. Además, sin necesidad de autorización ni acuerdo, solo el juez podrá detener el procedimiento.

Por su parte, el descenso en el coste de despido que supone la extensión del despido de 33 días afectará también a los contratos ordinarios (los de 45 días) firmados antes de la reforma, la octava desde que se creó el Estatuto de los Trabajadores en 1980.

Es decir, cuando se despida a un trabajador con contrato ordinario firmado antes de mañana, la indemnización se calculará según dos escalas: el periodo previo a la reforma se computará de acuerdo a la indemnización de 45 días por año; el posterior, con respecto a la nueva fórmula de 33 días por año trabajado.

Nuevo contrato para las pymes

Por el lado de la contratación, la reforma pone en marcha un nuevo contrato indefinido para las pymes que combina el cobro del paro con el de un salario y reinstaura la prohibición que suspendió el anterior Gabinete de concatenar contratos temporales más allá de los 24 meses a partir del 31 de diciembre.

Para reducir el paro juvenil, que sufre una tasa de desempleo del 48%, el Ejecutivo ha creado un nuevo contrato indefinido para emprendedores. En él, se establece una rebaja en los costes laborales de 3.000 euros para las pymes con menos de 50 trabajadores al contratar al primer empleado menor de 30 años que esté en paro. Ese trabajador seguirá cobrando el 25% del paro al que tenía derecho mientras, el empleador, podrá dejar de pagar el 50% de lo que le correspondía de la prestación a la que tenía derecho el empleado durante un máximo de un año, aunque este periodo coincide con el tiempo de prueba que prevé el nuevo contrato.

Junto a este contrato, el Gobierno modifica las bonificaciones en la cuota de la Seguridad Social. Así, las empresas podrán ahorrarse hasta 3.600 euros a la hora de contratar de forma indefinida a jóvenes entre 16 y 30 años durante tres años. La bonificación se incrementa conforme aumenta la antigüedad del trabajador.

En formación, la edad máxima para optar a un contrato de aprendizaje se eleva a los 30 años hasta que la tasa de paro baje del 15% y no tendrá que limitarse a un único sector. Asimismo, se regula que las empresas de trabajo temporal puedan funcionar como agencias de colocación.

Para otro de los colectivos más afectados por el desempleo, se establece una ayuda de hasta 4.500 euros para quienes den trabajo a las paradas de más de 45 años durante los tres primeros años de contrato en función del sector y a razón de 1.500 euros al año. La ayuda se reduce a 4.200 euros durante todo el periodo si son hombres.

 En caso de suspensión temporal de trabajo por causa de un deterioro de la actividad, se introduce una bonificación del 50% de las cuotas empresariales a la Seguridad Social de los trabajadores afectados por reducción de jornada, con una duración de 240 días máximo y condicionada a la estabilidad en el empleo (al menos un año). Si al final la empresa extingue el contrato, no se verá afectado el derecho a la prestación por desempleo.

La ministra ha apuntado que el principal objetivo de la reforma, diseñada para atajar la destrucción de empleo en España, es acabar con la dualidad existente en el mercado laboral español entre temporales e indefinidos.

Sin embargo, no aparece por ningún lado la anunciada simplificación de contratos temporales, de los que actualmente existe un amplio abanico, y solo se limita a limitar la concatenación de ellos.

Modificación de la negociación colectiva

En cuanto a los convenios, se limita a dos años la prórroga de los convenios colectivos vencidos, conocida como "ultra actividad" y que permitía hasta ahora la prórroga casi indefinida de los convenios. Gracias a ello, y a que se concretan las causas que permiten dejar inactivo el convenio, Báñez ha defendido que aumentará la flexibilidad interna de las empresas.

Según ha añadido, esto permitirá que los ajustes a los que se vean obligados en épocas de deterioro económico no se traduzcan, como hasta ahora, en recortes de plantilla. En este punto, el Gobierno también traspasa parte del acuerdo de moderación salarial a la ley, aprobado la prevalencia del convenios de empresa al sectorial.

En opinión de Báñez, el nuevo marco legal aumenta los derechos de los trabajadores, aunque solo ha enumerado uno: que tendrán más derecho a la formación. En este apartado, se aborda una amplia reforma de la Formación Profesional y se establece que cada trabajador tenga derecho a 20 horas de formación anuales pagadas por su empresa.

Según ha descrito la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, se trata de una “reforma importante, de calado y completa. Marcará un antes y un después del mercado laboral”, aseguró antes de señalar que sienta “las bases para volver a crear empleo”.

Eso sí, ha admitido que la reforma, si bien es necesaria, no es suficiente para atajar el paro.

España ha comenzado a comer de la peor de las recetas económicas.

Las mismas que durante la gestión presidencial del riojano Carlos Menem en la Argentina se pretendió imponer, incluso con la flexibilización en la gestión del radical Fernando de la Rúa.

Todos sabemos que ese recertario indefectiblemente termina con la entrega a precio vil de empresas nacionales de absoluta necesidad para mantenerse independiente frente a los avances extranjerizantesen temas como la energía, petróleo, agua, gas, carbón, minería, y sólo por decir de las más importantes.

Manifestaciones en todas las plazas españolas

Las anunciadas reformas de los primeros días de la gestión gubernamental de marino Rajoy, del Partido Popular, trajeron también manifestaciones de protestas callejeras que observaron en las principales ciudades españolas.

Alrededor de unas 600 personas se manifestaron en la plaza del Sol de Madrid para protestar contra la reforma laboral aprobada por el gobierno español. Los convocados se aglomeraron en la calzada impidiendo el paso de los vehículos.

"El próximo parado, que sea un diputado", era uno de los eslóganes que podían leerse. La concentración acabó con varias detenciones y una intervención policial muy contundente que incluyó porrazos y acabó con nueve detenidos y seis agentes heridos de carácter leve.

La concentración, vigilada por unos 12 furgones policiales, se fue desplazando hacia el Congreso cuando ya llevaban algo más una hora de cánticos en Sol, entre los que el más unitario fue el clásico: "Lo llaman democracia y no lo es".

Los agentes de la UIP (antidisturbios) pidieron la documentación y hubo varias carreras y empujones. También algunos enfrentamientos entre los policías y los manifestantes. Desde las 21 del viernes las cargas se sucedieron durante más de una hora y los agentes se emplearon con dureza.

Además de los manifestantes contra la reforma laboral, también se concentraron miembros de la ‘marea violeta’ en protesta por los "recortes" en las políticas de igualdad. (Jackemate.com)

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